Por su crimen, Faetón ha sido exiliado de la Ecumene Dorada, una utopÃa hecha realidad. Desprovisto de todas sus posesiones, nadie puede ofrendarle ni venderle ningún bien ni servicio sin arriesgarse a recibir el mismo castigo. Sin amigos, sin posibilidades, acechado por los misteriosos agentes que desean su perdición, Faetón no se rinde: su única esperanza es seguir la crÃptica sugerencia de Sabueso Sofotec y alcanzar la ciudad de Talaimannar, donde una sociedad de desposeÃdos puede tener la clave para devolverle al lugar que le corresponde y ponerle, al fin, a los mandos de su nave estelar, la Fénix Exultante.