Dos amigos, Teófilo y Tomás, se comprometen bajo juramento a que el que primero muera hará de guía y tutor del otro.
Muere Tomás y se le aparece insistentemente a Teófilo para advertirle que no se case con Juana, su novia, porque no será feliz y que lo haga con Petrilla, la hija de su patrona.
El amigo muerto le advierte también de que no entre en un negocio porque se va a arruinar, que lo haga en otro
El espectro del amigo vuelve a advertirle de otro asunto y Teófilo sigue sin hacerle caso y se muere. La conclusión es que el hombre nunca aprende porque es demasiado orgulloso
Por eso el propio hombre es el enemigo de su felicidad