En su poema «A High-Toned Old Christian Woman», perteneciente a su primer libro, Harmonium (1923), Wallace Stevens (Reading, Pennsylvania, 1879 - Hartford, Connecticut, 1955) comenzó asÃ: «Poetry is the supreme fiction, madame» (La poesÃa es la ficción suprema, señora).
La verdad es, sin embargo, que los crÃticos todavÃa no se han puesto enteramente de acuerdo acerca de si la «Ficción Suprema» del presente poema es la poesÃa, como parece indicar el mencionado antecedente, o bien el poeta en el momento de crear su texto (el yo poético que poetiza la realidad por medio de su imaginación).
Esta falta de acuerdo no es de extrañar, dada la frecuente opacidad de la poesÃa de Stevens y de este poema en particular; hay numerosos pasajes de Notes toward a Supreme Fiction que se han visto sometidos a las más variadas y arbitrarias interpretaciones. Y no en balde el propio Stevens puso la palabra «Notas» en el tÃtulo de su poema: «Debo decir que no he definido una ficción suprema», escribió en una carta de 1943, y añadió: «En principio parece haber ciertas caracterÃsticas de una ficción suprema y las “Notas” se limitan a expresar unas pocas de esas caracterÃsticas. Tal y como veo el tema, podrÃa ocupar a toda una escuela de rabinos durante las próximas generaciones». Y en otra carta, de 1954, dijo: «Que la obra de un hombre quede indefinida es a menudo algo intencionado. Por ejemplo, al proyectar una ficción suprema, no puedo imaginar nada más fatal que expresarla de manera definida y sin precaucionesÂ… Se trata de poesÃa, no de filosofÃa. Lo último que querrÃa hacer serÃa formular un sistema». Javier MarÃas