Denostado en su dÃa por «inmoral» e incluso por «ficticio», y a la vez aclamado como un examen despiadado del yo que Rousseau habrÃa envidiado, El diario de un hombre decepcionado de W. N. P. Barbellion es una obra singular. Iniciado cuando su autor tenÃa trece años como un cuaderno de notas de historia natural, se irÃa convirtiendo poco a poco en la crónica de una profunda decepción: limitado en su formación académica por circunstancias familiares, y aquejado ya tempranamente de dolorosos y paralizantes sÃntomas de lo que luego se revelarÃa una esclerosis múltiple, el que soñaba con ser «un gran naturalista» acabarÃa obteniendo un modesto puesto de entomólogo en el Museo Británico de Historia Natural; pero, con un cuerpo «encadenado a mà como un peso muerto», se darÃa cuenta de que «mi vida ha sido una lucha continua contra la mala salud y la ambición, y no he conseguido dominar ninguna de las dos». La escritura puntual del diario, incisiva, repleta de ingenio y desesperación, se erige entonces en la única y verdadera razón de ser (o de seguir siendo): «Si somos gusanos —anotará—, al menos seamos gusanos sinceros». Barbellion murió apenas unos meses después de ver publicada su obra, pero su ejercicio de introspección, que ha sido comparado con Kafka y con Joyce, perdura como uno de los más notables y significativos del siglo XX.