¿Se puede tener 66 años, ser un ex consejero de Nixon, y aún conservar la inocencia? SÃ, se puede. Es el caso de Walter F. Starbuck, el “pájaro de celda” que da tÃtulo a esta novela cruel y divertida, sarcástica y tierna, sonriente y patética. Con ironÃa y malicia, Vonnegut nos presenta la gran farsa —a veces dolorosa— de los mitos sociales y polÃticos norteamericanos, y, sobre todo, del mÃtico dinero (o, mejor todavÃa, de los extraños sistemas que la gente ha inventado para adueñarse de él, conservarlo y no soltarlo por nada del mundo). No obstante, si observamos la prolongada lista de injusticias y fechorÃas que se evocan en esta novela, cuesta trabajo imaginar el regocijo que depara su lectura: desde el escandaloso proceso a Sacco y Vanzetti hasta el Watergate, la insaciable codicia de las multinacionales, la segunda guerra mundial, las consecuencias de la radiación atómica, la mugre urbana y las pelÃculas pornográficas. Pero la pluma de Vonnegut —maestro de ceremonias en este baile de fantasÃa que él mismo inventa— equivale al espejo deformante de las ferias y parques de atracciones: una vez delatado el aspecto cómico o grotesco del drama, todo se resuelve en una sonrisa. Vonnegut es uno de los pocos humoristas excepcionales de la última generación. La aparente sencillez de su diáfana prosa es buena prueba de su finura estilÃstica y de su segura inspiración. Con Pájaro de celda se supera a sà mismo y nos convence de que una sátira rigurosamente lúcida puede ser también ligera y divertida.