La crÃtica señala dos fuentesde los relatos de Voltaire. Una, el libro de Las Mil y Una Noches; otra, Los
Viajes de Gulliver (1726) de Jonathan Swift. El hecho es indudable, pero losmateriales de una obra no son otra cosa que estÃmulos para la imaginación delcreador. Las fábulas de Las Mil y Una Noches fueron pensadas para ser creÃdaspor los oyentes; los lúcidos relatos de Voltaire son puros y altos juegos queno exigen credulidad sino una voluntaria y gozosa participación. Swift, hombrede amargura esencial, querÃa que Los Viajes de Gulliver fueran un alegatocontra el género humano; intelectualmente, Voltaire se propuso lo mismo, peroalgo habÃa en él que propendÃa al regocijo y a la dicha y que, por fortuna paranosotros, hizo del alegato una burla espléndida. Jorge Luis Borges