Es el año 270 a. C. y Alexandros Agathos, un joven griego nacido en Egipto, se despide del anciano que lo educó, dejando atras la tierra macedonia donde ha crecido. El joven se dirige a su ciudad natal, porque sin los textos que atesora la biblioteca de AlejandrÃa no podrá concluir la historia de Grecia que está escribiendo, pero también lo mueve otro propósito: esclarecer el asesinato de sus padres y hermanos —una masacre de la que se salvó milagrosamente—, encontrar al culpable y castigarlo. La recepción que los alejandrinos le dispensan es hostil, y los pocos que lo tratan con cortesÃa pronto serán sospechosos. La investigación de Alexandros culmina al descubrir la identidad del asesino, tan sorprendente como la verdad oculta tras los crÃmenes familiares que deseaba vengar.