«Soy gay».
Jimena y Eloy habrÃan respondido con un simple «Pues vale», con toda la normalidad del mundo, de no ser porque Cristian, quien habÃa pronunciado esas palabras, estaba a punto de comprometerse. Con su novia.
Jimena ya no vestirÃa de blanco, al menos no con quien creÃa que lo harÃa.
«Seguro que el imbécil de su hermano se alegra por ello».
Eloy ya no serÃa el padrino de la boda de su hermano.
«Menos mal, no querÃa verlo casado con esa vÃbora».
Ahà podrÃa haber acabado la relación que los unÃa de no ser porque eran jefe y empleada.
Y porque la vida les tenÃa guardada una sorpresa.
¿Qué será de ellos cuando el odio que creen sentir los haga temblar? Pero de placer…