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El sueño de la crisálida de Vanessa Montfort es de esos libros que te llama la atención por su portada, de un color azul celeste que invita a la relajación, y una combinación de mujer mariposa que te hace pensar en un cambio, en una transformación. Pero en mi caso eso no ha ocurrido, hace años que tengo una máxima con los libros: si las primeras 50 páginas no despiertan algo en mí, no me merece la pena perder el tiempo en las restantes; la vida es demasiado corta como para leer libro malo y esa sensación la he sufrido con este libro (aunque por orgullo seguí dandole oportunidades hasta que lo terminé). Pero eso no quiere decir que este libro sea un libro malo, simplemente es un libro que no me ha llenado, que no me ha ilusionado, que no me ha hecho desconectar de una realidad que ya es lo suficientemente cruda, al contrario me ha bañado en una realidad que es así, cruda, dura e injusta y ya la sufro a diario, no necesito leerla también en un libro. Vanessa nos cuenta la historia de 2 mujeres en crisis, una de de, Greta, otra profesional, Patricia; las crisis son así, te hacen dudar hasta de ti misma. Ambas mujeres se utilizarán mutuamente para redimir sus pecados, para intentar encauzar sus vidas. El ser humano es así, Vanessa lo ha clavado, no somos capaces de dirigir nuestra vida y volcamos frustraciones y esperanzas en los demás, con el anhelo de encontrar en ellos la solución a nuestra anodina vida. La novela, realista y actual, está muy bien escrita, es coherente y expresiva, pero resulta demasiado densa, le sobran mínimo 100 páginas de descripciones innecesarias que ralentizan la lectura y no aportan nada adicional a la historia. Aunque sus nutridas descripciones sirven para enriquecer y ampliar los vocabularios simples y escasos que nos rodean.

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Una historia original, diferente y entrañable Me ha parecido una historia original y diferente, dos mujeres aparentemente muy distintas, que se conocen de forma casual y a partir de entonces comienzan una aventura juntas, una transformación. Vemos que hay mucha similitud en sus vidas, un pasado doloroso, personas dañinas y situaciones por superar. Esta contado en primera persona por Patricia y dividido como en tres partes, como las fases de la crisálida. Primero conocemos poco a poco la vida de Greta y todo por lo que ha pasado, en la segunda parte conocemos la de Patricia y en la tercera es como la superación de todo. Esta lleno de reflexiones y frases para recordar, busca comparaciones y similitudes de todo, de las religiones, de las dictaduras, de las sociedades. Incide mucho en la falta de libertad y en querer sobre todo a uno mismo y empezando por eso, a los demás. Me gustaban mucho sus conversaciones, como poco a poco van haciéndose más íntimas, más de verdad, más amigas al final. Ambas se ayudan a dejar esa vida que las tenía atrapadas y en las que no eran felices, una en el ámbito de la iglesia y la otra entre la publicidad y el periodismo. Hay partes que me han gustado mucho y otras que me hicieron pesadas y lentas, pero en general es una gran lectura, para mí de las que hay que disfrutar despacio porque nos da tanta información que es imposible retener todo rápido. Los personajes pasan por distintas fases, pero me gusta su forma de ser, tienen sentido del humor, se gastan bromas y sobre todo son buenas personas y se merecen ese final del libro. Es un libro con unos temas muy de actualidad, tiene intriga también porque no sabes que es lo que ha ocurrido con Greta y lo vas descubriendo poco a poco en forma de sesiones, entrevistas y reuniones. Hay secundarios entrañables como Leandro, esa madre que siempre está ahí, el Aita y el grupo de meditación. En resumen es una historia entrañable, muy intimista, de dos mujeres muy diferentes pero muy similares, con mucho por vivir y que te deja con un buen sabor de boca y mucha esperanza, que hay gente dañina, pero también hay gente buena en todas partes. Lo recomiendo.