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Desierto sonoro de Valeria Luiselli

de Valeria Luiselli - Género: Drama
libro gratis Desierto sonoro

Sinopsis

Un matrimonio en plena crisis viaja en coche con sus dos hijos pequeños desde Nueva York hasta Arizona. Ambos son documentalistas y cada uno se concentra en un proyecto propio: él está tras los rastros de la última banda apache; ella busca documentar la diáspora de niños que llega a la frontera del país en busca de asilo. Mientras el coche familiar atraviesa el vasto territorio norteamericano, los dos niños escuchan las conversaciones e historias de sus padres y a su manera confunden noticias de la crisis migratoria con la historia del genocidio de los pueblos originales de Norteamérica. En la imaginación de los niños, las historias de violencia y de resistencia política colisionan, entrelazándose en una aventura que es la historia de una familia, un país y un continente.


Los viajes familiares pueden dar para mucho, especialmente cuando hablamos de trayectos largos en los que al menos tres personas comparten vehículo y hay algún niño entre ellas. Seguro que hay paisajes nuevos, bares de carretera pintorescos y habitaciones de hotel de todo tipo. Habrá momentos tensos producto del cambio de rutinas o del mayor contacto con los demás, pero también muchas risas. La aventura será fácilmente olvidable o todo lo contrario, como sucede en Desierto sonoro, la novela de Valeria Luiselli de la que hoy os hablaré. Tras trabajar varios años juntos documentando los sonidos de Nueva York, el marido de una de las narradoras de esta historia decide que ha de emprender un viaje en coche hasta Arizona para inventariar los ecos de Gerónimo y los últimos apaches libres. Con la esperanza de llegar lo suficientemente al sur como para encontrar allí a las hijas de una conocida, niñas que han migrado solas desde su país latinoamericano originario para encontrarse con su madre, nuestra narradora se embarca en el viaje junto a su marido, el hijo que este aportó al matrimonio y a la hija que ella ya tenía cuando le conoció. Es evidente que el matrimonio está en crisis. Aun así, los integrantes de la pareja intentan, durante todo el largo trayecto, aparentar cierta normalidad ante los niños, muy interesados por todo lo que los adultos dicen. Dentro del coche, los relatos de los audiolibros se entremezclan con las historias de los niños perdidos que migran a Estados Unidos y las de los últimos indios americanos sin que los adultos lleguen a imaginar que la mezcla de toda la información hará que los niños creen una historia nueva: una que acabarán yendo a buscar por su cuenta. Todo comienza con los preparativos de un viaje. La narradora encargada de contárnoslo es una mujer que trabaja documentando los sonidos de Nueva York junto a su marido. Una vez terminado este trabajo, su marido decide ir en busca de los ecos de los últimos apaches libres, con la idea de, una vez en Arizona, quedarse allí. La mujer y su hija no se quedarán. Está claro que estamos ante el preludio del final de un matrimonio, si bien en la parte final de esta historia sobre los ecos del pasado, los niños migrantes, la vida familiar, los largos viajes en coche y el amor por la buena literatura, el destino de esta familia de cuatro podría cambiar drásticamente. El viaje ha de realizarse en coche, lo que permitirá a la familia comprobar lo diversa que es América, en todos los sentidos. En el maletero, el marido ha metido cuatro cajas con materiales que necesitará para su trabajo, y los otros componentes de la familia, una por cabeza. El contenido de las cajas, tan variopinto como dispar de una caja a otra, nos será descrito a lo largo de esta historia, de manera que los lectores nos sentiremos aún más como parte de esta aventura. Desierto sonoro nos habla de la importancia de los sonidos en las ciudades y fuera de ella; de las historias que tuvieron lugar hace muchos años, de cómo nos llegan y cómo las interpretamos; de la crisis migratoria mundial; de los niños que viajan solos y se pierden por el camino; de la soledad que vivimos estando en sociedad; de la incertidumbre que nos produce este mundo tan cambiante y de la fantasía. Y para alimentar la fantasía, ¿qué mejor que un buen puñado de buenas lecturas? A lo largo de este libro encontraremos muchas, pero aquellas que más influyen en los niños que se sientan en los asientos traseros del coche que seguimos, ya sea en forma de libro tradicional como en la de audiolibro, son El señor de las moscas y Elegías para los niños perdidos. Y así es como llegamos a una segunda mitad del libro, una parte en la que la desazón de la madre da paso a la narración del hijo, un niño que se dirige a su hermana, mucho más pequeña y que de seguro no recordará el viaje en unos años, para contarle cómo interpretaron ellos las narraciones de los indios americanos y los niños perdidos, y cómo esa interpretación les llevó a emprender su propia aventura. Desierto sonoro, en definitiva, es una obra rica en matices de todo tipo en la que la esperanza y la desesperanza viajan hacia un final incierto. Una historia sobre un hombre que se aferra a los ecos del pasado, una mujer que se angustia por lo que le pasa a los niños que migran solos y unos hijos dotados de una gran imaginación que acaban emprendiendo su propio viaje. Dicho esto, ¿a qué esperas para subirte al coche de estos neoyorkinos y ver qué te depara esta aventura? Tal vez sea algo muy distinto a lo que me ha aportado a mí. Pero, sin duda, será algo interesante. Enlace: https://laorilladelasletras...
En esta novela confluyen dos historias: la de una familia ensamblada de una mujer con su hija de 5 años y un hombre con su hijo de 10 años, y la de los niños migrantes de México y el Triángulo del Norte de Centroamérica, perdidos cruzando el desierto y la frontera a los Estados Unidos. Todos esos niños huían de circunstancias indescriptibles de abuso y violencia sistémica, huían de países en donde las pandillas se habían convertido en para-Estados, usurpando el poder y adjudicándose la impartición de justicia. Y esos niños habían venido a Estados Unidos en busca de protección legal, en busca de sus madres o padres, o en busca de otros familiares que habían migrado antes y que quizás los recibirían. No buscaban el Sueño Americano, como suele decirse. Los niños buscaban, simplemente, una escapatoria de su pesadilla cotidiana.Valeria Luiselli, escritora y ensayista que se dedicó a visibilizar esta tremenda realidad, narra con fluidez y sensibilidad esta historia de ecos, sonidos, viajes, mapas, proyectos de vida, libros, músicas y archivos, relatada por dos voces, la de la madre y la del hijo de esta familia. Una pareja de acustemólogos, que documentan a través del sonido la diversidad de lenguas existentes en Nueva York, ensamblan sus familias, pero años más tarde, emprenden proyectos personales diferentes. Ella se involucra con la historia de los niños migrantes y, como periodista política radiofónica, decide investigar y visibilizarla desde la perspectiva de los niños. Su marido, en cambio, se sumerge en un proyecto documental sobre los apaches chiricahua, pobladores originarios del sudoeste estadounidense. Estos caminos diferentes los llevan a vivir en Estados diferentes y disgregar su familia. Desierto sonoro es su último viaje juntos por las rutas desde Nueva York hasta Arizona.Una bellísima y necesaria novela, que emociona y me hizo estrujar el corazón, sobre las familias ensambladas, la maternidad y la paternidad, el desamparo, la migración, el riesgo afrontado por la esperanza de un futuro mejor. Una historia que nos invita a reflexionar cómo construimos nuestro mundo a partir del lenguaje que utilizamos, cómo documentamos la historia, cómo construimos la memoria personal y colectiva. Es un privilegio acompañar a esta familia. Regálense este viaje.
En la lectura de Desierto sonoro se me han intercalado otras lecturas, una mudanza, el comienzo del curso, el final de un TFM... Con todo, lo he disfrutado tantísimo que no me hubiera importado que fuera un libro eterno, quedarme a vivir para siempre en él, unirme al viaje o convertirme en documentalistóloga. Desierto sonoro tiene muchos ingredientes que me gustan, lo cual lo convierte en un plato para mí irresistible: tiene periodismo y realidad, tiene literatura, tiene una historia emocionante, tiene tristeza, crudeza y ternura y tiene puertas y ventanas abiertas. Con lo de puertas y ventanas abiertas me refiero a la intertextualidad; en este libro las referencias son tantas que, aunque a veces me han abrumado, quiero otra vida para poder empaparme de todas, las musicales, las literarias... Y es que la novela tiene incluso otra novela dentro.Desierto sonoro es eso, una novela de sonidos y silencios, un título muy bien encontrado. Qué habilidad la de Luiselli: saber tocar la tecla. Es una novela de búsqueda permanente, de busca fuera y dentro, de una familia y de un continente, ligando Historia e intrahistoria para hacernos reflexionar no solo sobre América y sobre esa familia que está rompiéndose, sino también sobre nosotros mismos, nuestras relaciones con los otros, con todos, nuestra postura ante la(s) realidad(es). En la persecución de voces y ecos que encontramos, me quedo con las voces de los niños, bien captadas las conversaciones, y con sus miradas: un reconocimiento a su inteligencia y a nuestra torpe manera de tratarlos. Qué agudeza, qué ternura, qué conciencia. Y me quedo, sobre todo, con la voz de Valeria Luiselli, con su trabajo, con su literatura, para siempre.
Lo sublime o el éxtasis de lo inasumible, el dolor de la imposibilidad extrema, son categorías que bien podrían comprender la totalidad de esta lectura, pero que seguramente sean insuficientes para asir con fuerza el recuerdo agridulce de una experiencia única. Ahora entiendo que la palabra de la autora no es un círculo perfecto, pero sí un infinito e íntimo eco de posibilidades. Luiselli ha construido una obra polifónica, multisensorial de algún modo, inteligente en su acepción más brillante y humilde, una obra en la que referirnos al argumento sería interrumpir la melodía silenciosa, el tambor del latido, el balbuceo de la grabadora, el murmullo de la cámara fotográfica; en definitiva, limitar el desierto a solo un puñado de arena. Creo que para adentrarnos en este libro es fundamental saber lo menos posible, dejar que sea la propia historia la que nos proyecte los sonidos, las imágenes, las soledades que no se comparten pese a respirar los mismos espacios. Es un viaje en el que me sorprendí a mí misma consultando mapas del inmenso continente americano, quería saber qué se siente compartiendo kilómetros de una narrativa familiar donde cada miembro vivencia una búsqueda propia, bien sea un inventario de los ecos de los últimos apaches libres o el rastro de unos niños perdidos, arrancados y escupidos hacia la muerte por la problemática y eufemística política migratoria estadounidense.El resto: habitaciones de motel, el descenso a los infiernos en el techo de un tren, los juegos de la infancia como código de supervivencia de la seriedad adulta, el sonido común que acaba fragmentándose, el amor como principal equipaje de un viaje sin retorno.Es un libro que toca más aspectos de lo que la historia sugiere, pero que nos deja entrever verdades incómodas, como el hecho de que somos instantes, murmullos que se pierden en las peligrosas extensiones desérticas o en las profundas latitudes de las montañas. Y puede que este (re)descubrimiento de la futilidad de nuestras vidas construya un lenguaje más propio que aquel que nos empeñamos en perpetuar, agujerear y perfeccionar para comunicarnos con un mundo que está cada vez más sordo. Enlace: https://www.instagram.com/p/..
Desierto Sonoro de Valeria Luiselli, publicado por Sexto Piso en 2019, originalmente publicado en inglés, la traducción es trabajo de la autora y el también escritor Daniel Saldaña.La idea de esta novela nace del libro «Los niños perdidos» (2016), ganador del National Book Award. Un ensayo donde la autora denuncia las realidades que sufren los miles de migrantes latinoamericanos que ingresan ilegalmente a Estados Unidos.Una pareja, un matrimonio, que ha formado una familia con sus dos pequeños hijos de relaciones anteriores, se encuentra en crisis. Durante la etapa de transición de quiebre, la familia emprende un viaje de NY a Arizona, la madre en busca de unos niños migrantes detenidos y a punto de ser deportados, el padre en busca de los registros sonoros en las tierras de los Apaches. . Una historia de desplazamientos físicos e interiores, de sonidos externos e internos, de niños perdidos que han viajado solos para reencontrarse con sus familias y una familia que viaja para que cada uno se reencuentre consigo mismo.Esta novela contada en 7 archivos, 7 cajas, nos proporciona también una serie de sonidos, canciones, fotos, mapas y referencia a otros libros. Una de las autoras latinoamericanas más importantes en la actualidad y un libro que sin duda no se pueden perder.