Me ha sorprendido este libro que aunque juvenil, la premisa que nos presenta es fácilmente aplicable al mundo del adulto.
Dejando de lado su calidad literaria, que no soy quien para juzgarla, la historia en su parte de fantasÃa está tan bien descrita que podÃa sentir el correr de las aguas en los arroyos, las piedras bajo los pies del avatar que jugaba en ese momento y la tensión del chaval de cola de caballo mientras combatÃa con sus contrincantes. de verdad que ha sido muy visualizable y a pesar de no ser lectora de fantasÃa, lo he disfrutado mucho.
Pero vayamos a la parte de la trama; lo que este libro nos trata de contar. Aparte del problema de las adicciones tecnológicas, nos encontramos con un planteamiento moral que nos dice que todos en un momento dado de nuestra vida hemos tenido oportunidad para hacer el bien o el mal en provecho nuestro... Siempre hay oportunidad de elegir, depende de los escrúpulos que se tengan. Y esa en mi opinión, es la enseñanza del libro :¿vale cualquier acto para alcanzar nuestros objetivos?
Cómo veis es un libro muy apto para debate y una lectura que dará mucho juego con los jóvenes. Yo le he pasado ya el libro a mi hijo de doce años y espero que disfrute con él tanto como yo y sepa ver (con mi ayuda) lo que la autora quiere contar.
Si tengo que poner alguna pega es alguna cosa bastante inverosÃmil en una parte del libro (pero a los chicos les gustará) y la pésima traducción, me consta que la autora no escribe asÃ) que hace que las frases queden raras en alguna parte.
En definitiva, es un libro que recomiendo ya que tiene acción a raudales, fantasÃa, enseñanza, debate y por supuesto, mucho entretenimiento
El mundo de los videojuegos, es cada vez más una afición más cercana al riesgo que al entretenimiento.
En esta historia la autora nos lleva a través del mismo, y su influencia en los chicos de un instituto, del cual Nick forma parte. Un juego que va más allá de la interactividad, que, indicia a los jugadores a perder los limites entre la realidad y la ficción, llevándolos a cometer actos de violencia a fin de conservar sus bonos en el juego. . Ofrece ademas un pequeño atisbo a la mitologÃa griega, un poco del arte de Miguel Angel. y la literatura de Dante, recreados en el juego y un pequeño paseo por Londres, en la vida de los protagonistas.
Un juego que, se apodera de la voluntad de los participantes, y persiste aún después de la derrota. Un Thriller, que resulta en una llamada de atención acerca del riesgo de los videojuegos y su influencia que pasa del aspecto lúdico a la a la adiccion enfermiza. .
Thriller con buena estructura, muy entretenido, con un final apresurado, a fin de rescatar lo positivo. Y resolver a satisfacción.... de los protagonistas.
Videojuegos, un mundo para el cual estoy negado (difÃcilmente paso el nivel uno de Tetris o Pac- Man ) pero presentado asà me ha atrapado, afortunadamente, he dado click a tiempo .
No soy ganador, solo un participante, y ahà ha cumplido su función.
Comentarios de lectores del libro Erebos
Me ha encantado la historia que narra esta autora en Erebos. Mezcla el misterio, amor y amistad. Un juego que puede tener consecuencias en la vida real. Muy recomendable.
Autor del comentario: AROA_18
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Me gustó mucho la originalidad base de la historia, como se entrelazan los personajes, pero esperaba el clÃmax un poco más detonante.
Autor del comentario: J. LEON
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Interesante el libro. Por el tema que utiliza, la trama y la forma en que se va desenvolviendo la historia. Por todo esto hace que Erebos se salve de ser un libro más del montón. Un libro que va a agradar a todos los que gustan de los vÃdeojuegos.
Autor del comentario: ANTONIOJR
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Leer Erebos me dejó más intrigada por los personajes de la madre y del padre de Nick dado un proceso personal... escribà estás lÃneas tratando de explorar acerca de estos personajes:Desde la perspectiva de la madre de Nick:Un grueso libro rojo, pesado, me espera en el buró, lo dejó ahà con una nota “leélo”. ¿Hace cuánto que no hablamos? Como buena madre de adolescente asumà que su cambio de conducta, de actitud, era producto del coktel de hormonas que invadÃan su cerebro. No le dà importancia, pero ese libro rojo, pesadoÂ… ¿para qué quiere que lo lea? Cuando niño, casi un puberto mejor dicho, un dÃa dejó un chicle con una nota más elaborada que esta, decÃa “pruébalo, lo recordarás por siempre” y cómo no si se trataba de un chicle sabor a ajo. Ahora cada noche que veo ese libro rojo a un costado de mi cama blanca me pregunto ¿qué quiere?, ¿será un libro pantalla, de esos que son caja y se activará un resorte cuando lo abra con una cosa viscosa estrellándose en mi caraÂ… No, hoy no lo abriré… es pesado.Casi no sale de su cuarto. Ya no recuerdo cuándo dejó ese libro rojo, ¿Erebos? El tÃtulo no me dice nada. Intenté sacarle plática en el desayuno y apenas contestó “Tengo examen de quÃmica” tragó y salió corriendo ¿en sábado?, desde cuándo estoy tan lejos de mi hijo que no sabÃa que iba a la preparatoria en sábado y menos que llevara quÃmica en este semestre.Subo la escalera, entro a su cuarto, la computadora rodeada de libros, papeles, cuadernos y discos; la cama sin hacer y sin deshacer, la cortina cerrada y el aire encerrado. No, no fuma. Me da gusto, es un buen muchacho este mi Nick, mi pequeño Nick. Si por mi fuera esa coleta ya se hubiera ido, o quitarÃa la greña o la dejarÃa suelta, pero no en esa indefinida coleta que deja al descubierto aquellos ridÃculos cuervos tatuados por su hermano. Él ya no vive aquÃ. Su padre se decepcionó de nuestro primer hijo.“Erebos”, por fin registro al menos el tÃtulo. Lo leeré, después de mi revista, claro está y la taza de café después del desayuno. Él, el padre de Nick apenas habla. El otro dÃa entró cuando limpiaba la recámara, se recargó en el marco y dijo que habÃa sorprendido a Nick entre libros de quÃmica estudiando por el examen. Ahora sà está orgulloso de su hijo. Del mayor ni hablamos. Nunca entenderé porque renunció a la medicina para dedicarse a rayonear gente rara como esa mujer con la que vive. Es negocio sÃ, sin duda y ha sabido aprovechar lo que sabe de medicina, pero vive en amasiato y sin nuestro consentimiento.Desde la perspectiva del padre de Nick:Hola Cariño: Te dejo este papelito para no despertarte con un pensamiento que me asaltó mientras me bañaba. Recuerdas el dÃa que mientras limpiabas la recámara de Nick te dije que estaba muy orgulloso de él y que me habÃa dado mucho gusto, una gran alegrÃa, una satisfacción indescriptible el hecho de haberlo visto sumergido entre sus libros de quÃmica. Es que eso yo nunca lo hice y aún hoy no lo harÃa. Quién estudia quÃmica ahora, para qué. La medicina esÂ… bueno, ese no es el ´punto. Lo que quiero decir (y me cuesta trabajo) es que estoy preocupado porque lo he notado absorto, no distraÃdo sino muy concentrado en su cuarto, ni ruido hace. Es un muchacho y pasa las semanas estudiando. Eso no está bien. La verdad es que le creo, le creo porque yo mismo lo vÃ, pero no estoy a gusto. Ahora lo que ya no puedo más aguantar y te dejo en esta carta, es que fui a la escuela con la esperanza de verlo, entre jóvenes, charlando en alguna jardinera quizá con el cigarro en mano o la novia yÂ… nada. No lo vÃ. No sólo no lo và sino que quedé esperando en la pizarra de evaluaciones y si bien nuestro hijo no es una eminencia (tiene 9 en literatura universal), tampoco nada fuera de lo normal. Hasta ahà asumà que todo era normal y que el afán de Nick se debÃa a la gran presión que le pesa ahora que es el único en casa, el que puede reivindicar la educación que como familia le hemos dado, sin embargo, en eso estaba mi mente cuando me sorprendà escuchando a unos jóvenes en relación al misterio de un disco, la tribu del videojuego y la perdición de los muchachos atrapados por ese secreto que no los deja dormir. Sin entender lo que habÃa escuchado, seguà mi camino hacia la salida y me topé con el profesor Watson, quien me preguntó por Nick. Dijo que lo habÃa visto ojeroso, como a otros y que eso le preocupaba. Ese detalle tampoco me pareció trascendente dado lo mucho que sé que estudia y que me consta también los horarios de NickÂ… ah, cariño, no te lo habÃa dicho, pero ya en repetidas ocasiones he pasado al baño de madrugada y me da la impresión de ver la luz de la computadora encendida, pero como no hay ruido, prefiero respetar su intimidad. Para eso tiene puerta su cuarto, verdad querida.Bien, pues eso justo es lo que hoy, en plena regadera, me ha hecho voltear la mirada, suspender la respiración, detenerme un momento. Como sabes no he perdonado al mayor, pero eso no quita que me duela haberlo perdidoÂ… y ahora Nick. Es que no he notado si tiene o no ojeras; no le he dicho que sé que se desvela. ¿Ya hizo el examen de quÃmica? ¿A qué hora entrena básquet? ¿Ha tenido partido? ¿Te das cuenta, querida? No sé en dónde está mi hijo. Una cosa es que crezca y nuestras vidas tomen un cauce y otra es que ni siquiera sé, sabemos, lo que le ocurre. ¿Quiénes son sus amigos? ¿Fuma? No lo creo porque no huele a cigarro, porque juega básquet, pero ¿juega aún?Creo que deberÃamos hacer un esfuerzo por pasar más tiempo juntos sin la televisión o las revistas de por medioÂ… Ahora que te escribo esto, estas lÃneas, noto también que hace mucho que tú y yo tampoco estamos juntosÂ… eres hermosa dormidaÂ… ya habrá tiempo estando juntosÂ… ahora no sé si dejarte este papel o mejor no angustiarte con nada. En verdad Nick está bien y no deberÃa sino impulsar mi orgullo el que este hijo si valore lo que le damosÂ… pero hay algo que me deja intranquilo…¡Felicidades a la Autora!, este libro me deja mucho en la vida. Gracias
Autor del comentario: PADRE
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