Los hijos de la lluvia (a. C.) es, en cierto modo, la «Historia novelada del hombre», como dice con otras palabras su fingido autor, el sabio y misterioso profesor norteuropeo Hans Weber, quien se ve obligado a ocultar su verdadero nombre y a falsear sus circunstancias personales, para no caer en el desprestigio académico de contar como propias unas memorias personales que abarcan desde la indefensión del «hombre arborÃcola» hasta el testimonio del Sermón de la Montaña. No obstante, todo cuanto narra ha sido vivido por él. Es testigo personal de cuanto relata. Y demuestra y contradice no pocos errores de la «Historia oficial».
Hans Weber es indistintamente hombre o mujer, y tan pronto es la criada o limosnera del profeta ElÃas, como un prÃncipe maya, un antropófago alemán, un pre-mongol esclavizado por los romanos, un estudiante francés de nuestros dÃas o una puta egregia de la antigua Hélade, amiga de Sócrates y esculpida por Fidias en tiempos del gran Pericles.
El paréntesis que sigue al tÃtulo significa que las «memorias de Hans Weber» sólo abarcan sus metempsicosis anteriores a Cristo.