«K» completa la trilogÃa de Martin Lord iniciada con «YÂ… » y continuada con «T». La acción se traslada ahora a los EE.UU. de América (Okefenokee, en el argot de los mismos yanquis) y nos introduce en un mundo alucinante: «runeways», «Tinajeros», sexo, violencia, ambiciones polÃticas y, centro de todo, la Gran
Hijamadre, la Computadora destinada por la ambición polÃtica a convertirse en rey, Papa, presidente, legislativo y ejecutivo, todo en una pieza. Y los EE.UU. son el Gran Guiñol donde tiene lugar el «ensayo con todo».
El futurismo histórico que comencé en las dos novelas anteriores, adquiere caracteres definitivos en «K», k de «killer», asesino (porque Lord, por primera y única vez en su vida, se convierte en asesino) y yo mismo estoy asustado de la carga premonitoria que contiene esta novela. En dos planos, distintos pero complementarios, el visible y el oculto, «K» se va desarrollando como una profecÃa apocalÃptica.
¿Dicen que la novela ha muerto? i
JaÂ…! Ahora comienza, hacia el futuro: y creo que esta trilogÃa será una pieza fundamental». (Tomás Salvador)