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La señora Fletcher de Tom Perrotta

de Tom Perrotta - Género: Realista
libro gratis La señora Fletcher

Sinopsis

Eve Fletcher es una mujer divorciada de poco más de cuarenta años que vive en una tranquila ciudad de Nueva Jersey. Ahora que su hijo se acaba de ir de casa para empezar la universidad piensa que ha llegado el momento de dedicarse un poco más a sí misma, de aprovechar todo el tiempo que tiene a su disposición. Eve se apuntará a un curso universitario sobre «género y sociedad», donde conocerá a gente de lo más variopinta, se obligará a cultivar nuevas amistades, descubrirá la pornografía en internet y las aplicaciones de citas, y hará cosas que meses atrás le hubieran parecido inconcebibles. Mientras, Brendan, su hijo, se dará cuenta de que su idea de lo que sería la peripecia universitaria estaba completamente obsoleta y de que la vida en el campus está muy lejos de los estereotipos que había imaginado.

En esta novela, Tom Perrotta —uno de los escritores norteamericanos con más talento para captar la plácida existencia suburbana— construye una divertidísima sátira sobre la vida actual, un certero e ingenioso fresco sobre el sexo, el amor y la identidad en el siglo XXI.


La señora Fletcher me ha resultado un libro extremadamente frustrante. Y es extraño que diga esto porque tanto la sinopsis como en general el ritmo de la lectura me eran agradables pero lo que acaba siendo la novela es todo lo contrario de lo que esperaba. Pero vayamos por partes. La novela, a partir de sobre todo una madre y su hijo, para mi reflexiona (o más bien lo intenta, más tarde intentaré ir a eso) sobre las contradicciones a las que se enfrenta el sujeto en este mundo donde se convive con discursos de género y sexualidad que parecen obligarnos a todos a cuestionarnos quién somos hasta límites insospechados e incómodos. Y soy la primera que empatiza con ese párrafo del libro donde, hablando de Fletcher, escribe sobre como la sociedad actual nos vende modelos de feminidad tan contrarios como la madre perfecta y la mujer trabajadora y capaz de hacerlo todo por ella misma, que causan que en el intento de ser mil cosas a la vez una siente que no llega a nada de lo que debería ser y sintiéndose culpable por todo lo que no es. Por otra parte incluso el personaje del hijo que viene ser alguien que nunca en su vida se ha cuestionado sus privilegios (o más bien lo ha intentado evitar toda su vida), ni su posición en el mundo como sujeto me parece interesante como puede afrontar la crisis de todo lo que le identifica como persona delante de un mundo que le parece decir que ya no va a lograr ninguna aceptación. Sin embargo, la cuestión aquí es que todo esto se esboza, queda en nada y lo peor la gran solución de la novela parece ser algo como: mira cuanta diversidad hay en el mundo, observa a todas estas personas exóticas, pero tu vuelve al modelo más tradicional que encuentres que es lo que te dará seguridad y seamos todos tolerantes. ¿Qué quiero decir con todo esto? Básicamente que el intento de poner diversidad de este libro, sobre todo a nivel de sexualidad y género, se siente como un tour de las rarezas de la sociedad. Sobre todo si tenemos en cuenta como el personaje de Fletcher parece acercarse a todo un discurso de género y sexualidad, parece empezar a cuestionarse por lo menos su sexualidad, para acabar alejándose de todo ello y acabar siguiendo el modelo más tradicional que podía encontrar de felicidad. Además, luego está todo el asunto del porno y de las MILF, de nuevo, soy la primera que le parece interesante reflexionar sobre las contradicciones que se pueden dar en un sujeto que se masturba con cosas que sabe que son moralmente deleznables, directamente machistas o racistas o que te hacen sentir culpable, creo que es algo que pasa y que es interesante analizar. Además más vale eso que reprimir todo tipo de inclinación hacia este tipo de contenido. Pero una cosa es eso y la otra es que se acabe normalizando lo que supone un término como ese y que sea llevado como una coña hasta la última escena donde parece que la novela cierra con todo el tema. Simplemente me parece tan problemático como se utiliza ese término en esa escena y como simplemente es una preocupación pasajera sin importancia. De nuevo, no quiero decir que esto sea lo peor y no tenga arreglo, simplemente es algo que la protagonista debería hablar y no pasar por alto sin más. En cualquier caso, no quiero enrollarme mucho más pero se trata de una novela que si bien se lee prácticamente sola por como el estilo es muy accesible y no tiene ningún tipo de profundidad, precisamente por la falta de esta es por lo que para mi fracasa estrepitosamente y me ha resultado muy decepcionante. En el intento de hacer una especie de representación de las distintas contradicciones que pueden afectar a la construcción del sujeto en relación con la cuestión de género y de sexualidad acaba siendo una especie de (lo peor es que creo que sin darse cuenta) vuelta al pasado donde si bien está muy bien que exista la diversidad, siempre es para los demás dando el típico mensaje de tolerancia completamente vacío donde vamos a respetarnos todos equivale a que suerte tengo de no ser una de esas especies extrañas, pero yo soy tolerante, ¿eh?. O esa es la sensación que he tenido, probablemente me equivoque en cuyo caso me alegraré porque el libro no es tan frustrante como lo he interpretado, pero en fin tampoco se salva por calidad literaria así que, bueno, por lo menos es fácil de leer y entretenido.
La señora Fletcher es una novela que gira entorno a la figura de una mujer que, como muchas madres, se ve a sí misma afrontando el momento en que su único hijo se marcha a la universidad y de alguna forma es cuando de nuevo recuperará su propia vida, antes dedicada en exclusiva al cuidado de su hijo y a su trabajo. Eve es una mujer divorciada con poco más de cuarenta años que trabaja como directora de un centro de día para personas mayores. Es una gran profesional y una madre ejemplar, pero cuando Brendan se marcha al campus tendrá que descubrir qué hay más allá de la madre y más allá de la profesional. En qué ocupará ahora su tiempo se convierte en una especie de obsesión y tratará de darle respuesta apuntándose en un curso universitario sobre género y sociedad que suscitará en Eve más preguntas que respuestas. Además, este curso le permitirá conocer a personas muy diferentes a las que suele tratar en sus círculos habituales. Una miscelánea de personalidades que la ayudarán a enfocar su propia existencia desde un ángulo nuevo y desconocido.La soledad es un tema constante que subyace en el fondo de toda la trama. En ocasiones escondida tras el síndrome del nido vacío, como excusa al sentimiento de aislamiento que sufre Eve a menudo. Como si el hecho de que Brendan se haya marchado pueda de algún modo explicar que tenga que salir sola a cenar o tomar una copa. Por supuesto Eve tiene amigas. Y hacen aparición en algún momento a lo largo de la historia, pero se trasluce de la relación con ellas que lo que las unía cuando sus hijos eran pequeños ya no las une tanto ahora. El concepto de amistad hará aparición entonces cuando Eve conozca a sus compañeros de curso. Si bien es cierto que no forjará una fuerte alianza con todos ellos, sí que encontrará figuras interesantes con las que compartir más que una relación de camaradería. El personaje que encarna Margo, su profesora de curso, es doblemente interesante. Primero por el debate interno que creará en Eve su condición y más tarde por la fluidez con la que se desarrollará una relación que ambas parecen necesitar. Pero el secreto de Margo será algo que tengáis que descubrir a golpe de página y que no quiero desvelaros yo. Bajo mi punto de vista, La señora Fletcher es una novela que trata también sobre las expectativas. Las expectativas que se crea a sí misma Eve sobre sus relaciones ocuparán gran parte de la trama. El dilema sobre una posible crisis de género (ojo aquí al personaje de Amanda) o incluso sobre una relación íntima con alguien, la llevan a la ensoñación y la fantasía, mientras que una y otra vez reconduce sus pensamientos hacia unas perspectivas u otras a medida que crecen unas esperanzas, se esfuman o nacen otras. Os toca a los lectores y lectoras averiguar si Eve cumplirá con alguna de sus fantasías o si todas las expectativas se terminarán esfumando como irrealizables.No nos olvidamos de las expectativas de Brendan, que también es narrador en esta historia en la que se alternan las voces de personajes más y menos principales. La expectativa de una vida universitaria tópica y perfecta plagada de fiestas y éxitos que se va tornando más y más amarga a medida que las decepciones ocupan un lugar protagonista. La historia de Brendan está marcada por ese misterio de la vida que gira en torno a si al final cambiaremos nosotros o cambiará nuestro entorno y entonces puede que comprendamos que ni una cosa ni la otra resolverá ninguno de los problemas a los que nos enfrentamos.Si algo hay que reprocharle a Eve es que da la sensación de que no vive hasta que Brendan se marcha. Cabría preguntarnos qué hubiera sucedido si su hijo nunca hubiera decidido partir a la universidad. ¿No se habría apuntado al curso? ¿No habría conocido a todas esas personas? ¿No habría conocido jamás esa nueva forma de mirarse a sí misma?La señora Fletcher invita a la reflexión en este y otros muchos más aspectos. Y cada lector o lectora extraerá su propio aprendizaje de esta novela que, no siendo precisamente corta, se lee casi del tirón gracias al estilo de Perrotta. Capítulos de medida correcta, desarrollo que no se estanca, una historia que engancha y una prosa que destila en ocasiones una cierta ironía y cinismo en medidas justas que denotan una elegancia narrativa a destacar.No puedo evitar recordar la historia de otra protagonista, casi con el mismo nombre, que apareció en mi estantería mucho tiempo atrás. Eva es la protagonista de la mujer que vivió un año en la cama. Cuando sus mellizos superdotados se marchan a la universidad, le invaden unas ganas enormes de meterse en la cama y no salir. Y eso es lo que hace. En esta historia, si bien algunos personajes quieren enmascarar de nuevo el problema atribuyendo el estado de ánimo de Eva al síndrome del nido vacío, cuanto más la vamos conociendo, más nos damos cuenta de que simplemente es su forma de decir basta. Esta historia, fruto de la pluma de Sue Townsend, así como todos los variopintos personajes que van desfilando frente al lecho de Eva, es muy recomendable para quienes busquéis reír... hasta pensar.Si bien ambas mujeres tienen una forma muy diferente de afrontar una situación similar, en ambos casos se hace una suerte de ensayo sobre qué sucede cuándo dejamos de ser lo que debemos ser, o lo que esperan que seamos y nos dedicamos a ser quienes realmente queremos ser. Tom Perrotta es un escritor y guionista nacido en 1961 en el estado de New Jersey. Sus dos libros de cuentos y ocho novelas han sido traducidos a múltiples idiomas. Election (1998) fuer llevada al cine, como Juego de niños (2004) que además le valió una nominación al Óscar por su guión. The Leftlovers (2011) se convirtió en una serie de éxito en HBO. No quiero terminar esta reseña sin hacer mención a Libros del Asteroide, que nos hace llegar esta historia en una edición, como siempre, impecable. El tacto de su portada y sus páginas es un deleite para los amantes de la lectura en soporte físico. Enlace: http://lacopela.blogspot.com..
Tom Perrotta vuelve ha utilizar la familia como eje y punto de partida para desarrollar una sátira sobre la vida contemporánea.Una familia de dos: hijo y madre divorciada. La historia empieza con la separación, cuando el hijo se marcha a la universidad y la madre se queda sola. Ambos inicias dos caminos diferentes, paralelos. La historia que cabría esperar es la del sufrimiento de la madre por el nido vacía y la etapa de descubrimiento del chico. Sin embargo, Perrotta invierte los papeles. Brinda a la madre una historia donde descubre una nueva vida, le imprime carácter, seguridad, nuevas experiencias, sexo... Y el hijo adquiere un personaje con dudas existenciales e inseguridad.Tom Perrotta ya ha demostrado con sus anteriores y exitosas novelas que es un genio de la narración, la sátira, el divertimento, la emoción. En esta divertida sátira social toca temas como la identidad, el acoso, el sexo a diferentes edades, la paternidad, problemas transgénero...Pero si esperan que ahonde o reflexione en profundidad, se estarán equivocando. Perrotta es de los que se centran en narrar el primer hervor, cuando rompe el agua. Pero no se sumerge. No quiere decir por eso que la historia se quede coja. Ni mucho menos. El autor cuenta justo lo que quiere contar y en su justa medida. La reflexión que ello suscite es cosa del autor.Sin duda, La señora Fletcher es brillante en la sátira, la emoción, los tiempos, los ritmos y el equilibrio. Con una narración cinematográfica, que facilita y agiliza la lectura. Se nota que Perrotta es guionista. de hecho, casi todas sus novelas llegan a la pantalla.En definitiva, divertida y auténtica. Enlace: http://librodelosviernes.blo..