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La montaña mágica de Thomas Mann

de Thomas Mann - Género: Filosófico
libro gratis La montaña mágica

Sinopsis

«La montaña mágica» (Der Zauberberg, en el original alemán) es una novela de Thomas Mann que se publicó en 1924. Es considerada la novela más importante de su autor y un clásico de la literatura en lengua alemana del siglo XX que ha sido traducido a numerosos idiomas.

Thomas Mann comenzó a escribir la novela en 1912, a raíz de una visita a su esposa en el Sanatorio Wald de Davos en el que se encontraba internada. La concibió inicialmente como una novela corta, pero el proyecto fue creciendo con el tiempo hasta convertirse en una obra mucho más extensa.

La obra narra la estancia de su protagonista principal, el joven Hans Castorp, en un sanatorio de los Alpes suizos al que inicialmente había llegado únicamente como visitante.

La obra ha sido calificada de novela filosófica, porque, aunque se ajusta al molde genérico de la novela de aprendizaje, introduce reflexiones sobre los temas más variados, tanto a cargo del narrador como de los personajes (especialmente Naphta y Settembrini, los encargados de la educación del protagonista). Entre estos temas ocupa un lugar preponderante el del «tiempo», hasta el punto de que el propio autor la calificó de «novela del tiempo», pero también se dedican muchas páginas a discutir sobre la enfermedad, la muerte, la estética, la política, etc.


Acabo de plantearme un reto, un más difícil todavía: intentar explicaros este pedazo de obra maestra donde las haya, coloquialmente. No es moco de pavo creedme, pues a La Montaña Mágica se le puede denominar muchas cosas, mas ningún sinónimo de llana o coloquial se le aplica. Pero yo, que como os he dicho en muchas ocasiones soy más chula que un ocho, voy a cometer tal sacrilegio sin culpa. Que no sigan los puristas (esos de los eventos consuetudinarios)La razón es simple: es uno de esos libros que me llevaría a una isla desierta, pues cada vez que lo leo descubro cosas nuevas. Casi mil páginas, dependiendo de la edición, de narrativa, filosofía, política europea pre-guerra mundial... ahí es nada. Debo avisaros que no es para lectores desacostumbrados, sino para aquellos que, habituados a devorar con ansia de gourmands todo escrito que cae en sus manos, los ojos ya acostumbrados a textos densos sin apenas pausas, la mente ya ducha en navegar por mares de prosas inacabables, deciden arriesgarse a ser gourmets. Y claro, no todos los paladares están hechos a ello.Vaya por Dios, me ha salido un estilo un tanto settembrino, ya sabréis lo que quiero decir si me seguís leyendo. Os lo cuento en palabras simples: es un tocho. He dicho. Pero un tocho que atrapa, hace pensar, enamora, emociona y enseña historia desde el punto de vista que quien la vive. Vale la pena llevarlo en el metro o en el bus aunque el bolso pese un 🐣(si, es un huevo con pollito) en los traslados. Y os acompañará cientos de kilómetros de transporte urbano e interurbano, muchas noches de lamparita y pre-siestas tranquilas, porque no se lee en dos días. Hay que paladearlo. Hay que entenderlo. Es alemán, con lo que no digo nada y lo digo todo. Vamos a conocer un poquito a Herr Thomas Mann, pues aunque no acostumbro a poner biografías de los autores en mis recomendaciones, en este caso es importante para situarnos en el contexto sociocultural de la novela (¡toma palabros! si hasta voy a parecer seria y todo).Esto nos cuenta Biografías y vidas sobre él:(Lübeck, 1875 - Kilchberg, 1955) Escritor alemán, premio Nobel en 1929. Criado en Lübeck en el seno de una familia patricia, a la muerte de su padre en 1893 siguió a su madre a Munich, donde trabajó como aprendiz en una compañía de seguros. Más tarde, aprovechando en parte las relaciones de su hermano Heinrich, colaboró con varias revistas, entre ellas Simplizissimus. de 1895 a 1897 estuvo en Italia, acompañando a su hermano. Se dice que entre 1900 y 1903 mantuvo un bromance con el violinista y pintor Paul Ehrenberg, cosa que menciono porque pienso que la bisexualidad de Mann está notablemente presente en las relaciones masculinas de casi todas sus obras, aunque se casó con Katia Pringsheim en 1905.Y fué precisamente una visita al Sanatorio Wald de Davos en 1912, donde se encontraba ingresada su esposa aquejada de una afección pulmonar, la que inició La Montaña Mágica. No se publicó hasta 1924, once años de novela que atravesó en su proceso de escritura la primera Guerra Mundial (1914-1918) y parte del periodo de la República de Weimar (1919-1932)Podéis continuar leyendo la biografía de Mann en el enlace o en la wiki, pues lo que a nosotros nos interesa es hasta ese momento y para qué complicarlo más de lo necesario, que ya vamos densitos. En el argumento, Hans Castorp, un joven de una familia pequeñoburguesa de Hamburgo, viaja a Berghof, un sanatorio de afecciones respiratorias (tuberculosis vaya, para que nos entendamos) en los Alpes suizos, a fin de pasar unos días con su primo allí ingresado. Berghof es un micromundo dentro del mundo, con sus costumbres y su pequeña sociedad estamental.Mientras se adapta al ambiente de balneario europeo burgués y decadente, con la muerte acechando cada alma que allí se encuentra, va conociendo a los personajes que trazan la novela, dividida en siete capítulos o etapas de su estancia, pues lo que iba a ser una visita de tres semanas se convierte en una estancia de siete años, que acaba con el estallido de la Primera Guerra Mundial.Vamos con esos increíbles e icónicos personajes principales de Mann. No se nota nada que estoy enamorada de todos y cada uno de ellos, y de las conversaciones sobre lo divino y lo humano que mantienen ¿verdad?. Añado una frase representativa de cada uno, así podréis decir que lo habeis leido sin mentir en exceso, amen de valer la pena:Hans Castorp, un joven burgués idealista en torno al cual Mann desarrolla la línea narrativa como presencia constante, un poco nuestros oídos y ojos en la novela para conocer e interactuar con los demás, aunque con caracter y líneas argumentales propias, como su enamoramiento de Madame Chauchat. El eterno discípulo. Y muy muy alemán. Frase (excelsa frase): Oh, el amor, ¿sabes...? El cuerpo, el amor, la muerte, esas tres cosas no hacen más que una. Pues el cuerpo es la enfermedad y la voluptuosidad, y es el que hace la muerte; sí, son carnales ambos, el amor y la muerte, ¡y ése es su terror y su enorme sortilegio! Pero la muerte, ¿ comprendes?, es, por una parte, una cosa de mala fama, impúdica, que hace enrojecer de vergüenza; y por otra parte es una potencia muy solemne y majestuosa (mucho más alta que la vida risueña que gana dinero y se llena la panza; mucho más venerable que el progreso que fanfarronea por los tiempos) porque es la historia y la nobleza, la piedad y lo eterno, lo sagrado, que hace que nos quitemos el sombrero y marchemos sobre la punta de los pies... de la misma manera, el cuerpo también, y el amor del cuerpo, son un asunto indecente y desagradable, y el cuerpo enrojece y palidece en la superficie por espasmo y vergüenza de sí mismo. ¡Pero también es una gran gloria adorable, imagen milagrosa de la vida orgánica, santa maravilla de la forma y la belleza, y el amor por él, por el cuerpo humano, es también un interés extremadamente humanitario y una potencia más educadora que toda la pedagogía del mundo...! ¡Oh, encantadora belleza orgánica que no se compone ni de pintura al óleo, ni de piedra, sino de materia viva y corruptible, llena del secreto febril de la vida y de la podredumbre! ¡Mira la simetría maravillosa del edificio humano, los hombros y las caderas y los senos floridos a ambos lados del pecho, y las costillas alineadas por parejas y el ombligo en el centro, en la blandura del vientre, y el sexo oscuro entre los muslos! Mira los omóplatos cómo se mueven bajo la piel sedosa de la espalda, y la columna vertebral que desciende hacia la doble lujuria fresca de las nalgas, y las grandes ramas de los vasos y de los nervios que pasan del tronco a las extremidades por las axilas, y cómo la estructura de los brazos corresponde a la de las piernas. ¡Oh, las dulces regiones de la juntura interior del codo y del tobillo, con su abundancia de delicadezas orgánicas bajo sus almohadillas de carne! ¡Qué fiesta más inmensa al acariciar esos lugares deliciosos del cuerpo humano! ¡Fiesta para morir luego sin un solo lamento! ¡Sí, Dios mío, déjame sentir el olor de la piel de tu rótula, bajo la cual la ingeniosa cápsula articular segrega su aceite resbaladizo! ¡Déjame tocar devotamente con mi boca la «Arteria femoralis» que late en el fondo del muslo y que se divide, más abajo, en las dos arterias de la tibia! ¡Déjame sentir la exhalación de tus poros y palpar tu vello, imagen humana de agua y de albúmina, destinada a la anatomía de la tumba, y déjame morir con mis labios pegados a los tuyos!Luigi Settembrini, un erudito que ejerce de mentor de Castorp, representante de los valores de la burguesía de la siempre vieja Europa, vitalista, demócrata, humanista y proactivo. Su antagonista en la novela, Naphta, le define despectivamente como un Zivilisationsliterat (Literato de la civilización). Frase: el mundo entrañaba la lucha entre dos principios, el poder y el derecho, la tiranía y la libertad, la superstición y el conocimiento, el principio de conservación y el principio de movimiento imparable: el progreso. Se podía definir al uno como el principio oriental; al otro como el principio europeo, pues Europa era la tierra de la rebeldía, la crítica y la actividad para transformar el mundo, mientras que el continente asiático encarnaba la inmovilidad y el reposoLeo Naphta, antagonista ideológico de Settembrini, un judío convertido al catolicismo que ingresa en la orden jesuita. Extremista muy radical, con ideas un tanto medievales, filósofo y defensor del totalitarismo. Frase: El hombre es la medida de todas las cosas y su felicidad es el criterio de la verdad. Un conocimiento teórico que careciese de referencia práctica a la idea de felicidad del hombre estaría tan sumamente desprovisto de interés que no se le podría conceder el valor de ser verdadero y tendría que ser rechazadoAmbos, Settembrini y Naphta, se disputan la atención de Castorp en conversaciones y disertaciones que encarnan los valores, movimientos sociales, preocupaciones y costumbres de la Europa convulsa del momento, donde ya se intuye la escalada belicista que desembocaría en la Primera Guerra mundial, a la vez que los ideales heterogéneos de la República de Weimar. Disertan tambien sobre mente y espíritu. Conversaciones profundas, áridas a veces. pero didácticas y en mi opinión, perlas de sabiduría y filosofía absolutamente imprescindibles.Un amigo me decía siempre que yo tenía trazas de Clawdia Chauchat (Chaud chat = gato cálido. Se cree que el apellido es un guiño a la felinidad del único personaje femenino relevante de la novela). Ya me gustaría. Creo que me miraba con ojos demasiado soñadores y literarios). Ella es el amor de Castorp, la esposa con rasgos asiáticos - ojos tártaros - de un alto funcionario ruso. tiene en sus diálogos con Hans los pasajes más bonitos y a la vez mórbidos, que no morbosos, en cuanto a la descripción del amor. Frase (Ya traduje a Hans, me niego a traducir a Clawdia): - Adieu, mon prince Carnaval! Vous aurez une mauvaise ligne de fièvre ce soir, je vous le prédis. Al decir esto se levantó de la silla, se dirigió a la puerta, dudó un momento en el umbral, dio media vuelta, elevando uno de sus desnudos brazos con la mano en el pestillo y, por encima del hombro, dijo en voz baja: - Noubliez pas de me rendre mon crayon.Ya al final aparece Mynheer Peeperkorn, un hedonista de aspecto grotesco que cautiva a Castorp y aborrece a Settembrini. Frase: Nuestros sentimientos son la fuerza viril que despierta a la vida. La vida duerme. Quiere ser despertada para desposarse en la embriaguez con el divino sentimiento. Porque el sentimiento, joven, es divino. El hombre es divino en la medida en que es capaz de sentir. Es el sentimiento de Dios. Dios le ha creado para sentir a través de él. El hombre no es más que el órgano mediante el cual Dios se desposa con la vida, despierta y embriagadaJoachim Ziemssen es el primo de Hans Castorp. Representa el sentido del deber y los valores militares. Abandona la Clínica para incorporarse al ejército, aunque regresa posteriormente. Destaca por la serenidad y aceptación de su destino.La Vida y la Muerte en presencia constante y demoledora en todas sus páginas.Hay muchos otros personajes secundarios, complementos fundamentales de esta obra maestra, profunda, rica y reflexiva que es La Montaña Mágica.Podría escribir muchísimo más, pero no quiero que me odiéis así es que hasta aquí hemos llegado. Si os animáis a leerla, seguid el consejo de Rosa Montero: Sáltate páginas, en fin, sumérgete y disfruta. (Aunque si de verdad queréis disfrutar, yo no lo haría. Bajo mi puno de vista cada palabra es una joya)Id con mascarilla que hay rebrotes, no me seáis inconscientes, a ver si vais a terminar en Berghof.Versión Kindle: La Montaña Mágica Versión tapa blanda : La Montaña Mágica Tapa blanda: 1024 páginas Editor: Edhasa (23 de abril de 2009) Colección: Pocket Idioma: Español ISBN-10: 8435018385 ISBN-13: 978-8435018388 Enlace: https://www.desdeelredondal...
¿Qué se puede decir de una obra de semejante magnitud? Salí de esta novela absolutamente deslumbrada, agotada también, como si hubiese efectivamente pasado siete años con Hans Castorp en la cima de los Alpes, y sobre todo con muchos interrogantes que me sugieren que quizás sea una novela que amerita varias lecturas (aunque tendrá que esperar un tiempo).La montaña mágica es una novela de iniciación, donde el joven e inexperto Hans Castorp va experimentando la enfermedad, el amor, la elevación espiritual, la irritación, la cercanía de la muerte, la violencia, la exaltación artística, y va dejando de ser un joven mimado por la vida, como Mann expresa en reiteradas ocasiones, para poder volver a tomar su lugar en el llano, con el resto de la humanidad. La novela está repleta de diálogos profundísimos sobre la vida y la muerte, la salud y la enfermedad, el progreso y la tradición, que en gran medida encarnan los grandes debates de la belle epoque, época en que transcurre la novela. Esos diálogos son puestos en boca de personajes memorables y originales como Settembrini, Naphta, Behrens y Peeperkorn, y es la vehemencia y la impronta personal de cada uno de ellos la que anima el debate y nos manipula como lectores.Mann refleja de manera brillante el proceso que va llevando hacia la primera guerra mundial. Las diferencias culturales entre los huéspedes del sanatorio pasan de ser meramente una cuestión de color o de esnobismo a convertirse en escenas sumamente violentas cuando el antisemitismo y el fanatismo político irrumpen en escena. Los diálogos entre los antagonistas amigables que son Settembrini y Naphta van subiendo de tono hasta culminar en un duelo. Los progresos técnicos, tan alabados por el doctor Behrens, pasan de estar del lado de la vida y de la curación a ser vehículo de muerte y aniquilación en los campos de la primera guerra mundial, donde los obuses levantan a la altura de una casa un chorro de tierra, de fuego, de hierro, de plomo, de humanidad despedazada.No es una novela de lectura sencilla o pasatista. Requiere paciencia y mucha atención. Pero vale muchísimo la pena.

Comentarios de lectores del libro La montaña mágica

¡Con que elegancia y sensibilidad nos sumerge el autor en esa micro sociedad formada por los residentes burgueses de un sanatorio centro-europeo de principios del s XIX!

Autor del comentario: DAISY
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Es un escenario en el que el tiempo, a medida que transcurre, cambia la forma de ver la vida para los que viven en un sanatorio de tuberculosos, muchas veces esperando la muerte, otras veces yéndose para luego regresar o no volver jamás. A pesar de lo extenso es una obra agradable para leer, si bien en ocasiones las discusiones filosóficas se hacen un tanto complejas, la personalidad de los individuos involucrados (Setembrini y Naphta) y de los distintos personajes hacen que no sea del todo una lectura pesada. Es una historia con momentos tristes, otros de profunda reflexión y algún tinte de humor, aunque el final es un tanto inesperado.

Autor del comentario: BENJAMíN KAPPA
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Uno de los mejores libros que he leído en mi vida. Imperdible clásico de la literatura mundial. Después de leerlo, sin dudas habrás ampliado tu nivel de cultura general.

Autor del comentario: RBK
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No negaré que he aprendido, y que en algunos momentos he disfrutado intensamente. Pero también me he aburrido, he suspirado y me he ofendido por el desarrollo de la historia. ¿Una buena novela? Puede ser. ¿Una obra magna? No me lo parece.

Autor del comentario: BL4CKY
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Libro excepcional. Una montaña en lo más profundo, donde la enfermedad y el goce se confunden, donde la descomposición física y la belleza son las dos caras de la misma moneda, donde el tiempo no es el tiempo que conocemos y vivimos en la vida normal. Además dialéctica de ideas en el antes y después de la Gran Guerra, ambientación excepcional, etc...

Autor del comentario: CAPVESPROL
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Un clásico. Muy al estilo del escritor, la historia se desarrolla de una manera lenta y pausada, entre medias reconocemos a distintos personajes con unas cualidades que quizás no resulten tan apasionantes como en novelas de otros autores, pero en los que el escritor refleja maneras de ser bastante singulares en una situación también muy peculiar.

Autor del comentario: MICALET
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Me ha sido difícil terminarla ya que está escrita con gran minuciosidad y es muy densa, aunque el esfuerzo merece la pena. Los coloquios filosóficos son largos pero fascinantes. Lo que más me ha gustado son las reflexiones que hace sobre el paso del tiempo.

Autor del comentario: JAVIER72
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Llevaba muchos años queriendo abordar esta obra. Esperaba un tiempo propicio para leerla con continuidad. Criticar una obra de un premio Nobel, un autor consagrado por el tiempo e infinidad de lectores, incluso ponerle una nota baja me produce rubor. Su argumento no se compadece con sus 949 páginas; es una síntesis que para bien o para mal no son ni aproximación a su globalidad. En mi opinión es una novela filosófica en la que el autor habla de multitud de temas a través de sus personajes y mediante diálogos interminables, y muchas veces ininteligibles, utilizando como escenario un hospital antituberculoso en medio de altas montañas suizas. En los primeros capítulos la descripción del hospital, su régimen interno, sus pacientes, médicos y sus interrelaciones, es atractiva, pero poco a poco el autor se va adentrando en aspectos filosóficos, digresiones de poco interés, aparición de nuevos personajes, alguno de ellos grotesco, poco creíble. Creo que fue Savater el que dijo en una ocasión que las novelas filosóficas envejecen mal. Esta, en mi opinión, es una de ellas.Resulta en general una novela fría, con poco ritmo narrativo, sin sentimiento, con conversaciones rígidas, acartonadas, sin alma.

Autor del comentario: GIMENO
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"No, ese mundo, en su silencio insondable no tenía nada de hospitalario; admitía al visitante a su propio riesgo y peligro; no le acogía, toleraba su intromisión, su presencia, de una manera poco tranquilizadora, sin responder de nada, y era la impresión de una amenaza muda y elemental, no de una hostilidad, sino de una indiferencia mortífera, lo que de aquellos parajes se desprendía."La gran novela de Thomas Mann referida al tiempo y al destino, narra la vida de Hans Castorp, joven ingeniero que, en principio, concurre como visitante al "Sanatorio Internacional de Berghof", en las montañas suizas, para ver a su convaleciente primo Joachim. Sin embargo, luego de ciertas circunstancias de salud, Hans también queda internado en el lugar, desarrollando una rutina particular donde tendrá que adaptarse a otro ambiente, además de relacionarse con otros residentes que padecen diversas enfermedades. Durante el período de estancia del protagonista principal, se van sucediendo hechos y contactos que provocan en su personalidad ciertos cambios: traba amistad con dos personajes, Settembrini y Naphta, de ideas muy opuestas en relación a temas políticos, filosóficos y religiosos, y cuyas extensas discusiones, presenciadas por Hans, resultan muy densas, además de tensas y agotadoras. En el tramo final, sin embargo, conocerá a Mynheer Peeperkorn, breve y curioso personaje que le dejará una grata impresión, sobre todo en las confidencias tratadas entre ambos.El interés amoroso queda marcado por cierta ambigüedad planteada por el autor en relación al pasado de Hans (con un ya muy lejano chico, Pribislav Hippe), que se refleja en Clawdia Chauchat, amante quizás algo superficial y pasajera. Este tema del amor se unirá junto a otros como la muerte, la enfermedad, la música, el aislamiento, el olvido progresivo en relación a su propia familia y al "país de abajo", en medio del transcurrir inexorable del tiempo. Será con la llegada del "trueno", es decir la Gran Guerra (1914), en la que Hans, "el hijo mimado de la vida", alistado como soldado (un cambio algo brusco, incluso irónico), se jugará su destino. El final abierto permite al autor reflexionar sobre un porvenir donde aspira a que el espíritu y el amor se eleven sobre la "fiesta mundial de la muerte".Obra que expresa el sentir de una época, con sus matices, reflejo a su vez de una transición en el pensamiento del autor alemán, uno de los grandes clásicos contemporáneos de la literatura universal.

Autor del comentario: TITUMARCO
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Una novela espectacular, obra maestra. De difícil lectura no recomendada para todo el mundo pero también de las mejores creaciones literarias de la humanidad. La disfruté mucho aunque en ocasiones tiene partes muy complicadas de leer cuando Setembrini y Napta se ponen a discutir temas filosóficos. Además el final es totalmente inesperado. Thomas Mann fue un genio, un hombre de amplia cultura y adelantado a su época, muy merecido el premio Nobel de Literatura.

Autor del comentario: CEMESA79
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