En el mismo momento en que el 11 de septiembre del año 2001 el World Trade Center y el Pentágono eran atacados por terroristas musulmanes, un avión del Ejército Popular de Liberación chino procedente de PekÃn aterrizaba en Kabul. La delegación china, la más importante que los talibanes habÃan recibido jamás, tenÃa por objetivo firmar un contrato, auspiciado por el propio Osama ben Laden, que dotarÃa a los talibanes de misiles y de sistemas de defensa antiaéreos. A cambio, los chinos obtendrÃan de los talibanes la promesa de terminar con los ataques de extremistas musulmanes en las regiones de la China noroccidental. Unas pocas horas más tarde, George Tenet, director de la CIA, recibÃa un mensaje del cuartel general del Mossad de Tel Aviv codificado como «alerta roja» sobre la posibilidad de que China utilizara a Ben Laden para atacar Estados Unidos.