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Estamos en una novela ambientada a finales del siglo XIX, la famosa época victoriana que tanto me gusta, y ante una situación habitual entonces, en la que algunos comerciantes enriquecidos queriendo entablar relaciones con la aristocracia, algo empobrecida por su estilo de vida, y a través de insuflar dinero en sus cuentas vacías, conseguían emparentar con ellos gracias a matrimonios pactados entre sus hijos. Hija de uno de esos comerciantes, Maddison es una chica tímida y tranquila a la que quieren casar con el hijo de unos condes, que sobreviven gracias al dinero de su padre. Ese matrimonio se pactó cuando eran unos niños y al llegar a su mayoría de edad es cuando se desencadena esta historia, que sorprende por su planteamiento y por el camino que toman los acontecimientos.Cada capítulo viene encabezado por una cita en relación con el amor de William Shakespeare y siempre tiene algo que ver con lo que vamos a leer, lo que aporta valor narrativo a lo que estamos leyendo y nos acerca al espíritu literario de la autora; o al menos esa es la sensación que me ha dado a mí.Dejando a un lado el carácter romántico que tiene la novela, hay que ser consciente de lo habitual que eran las situaciones de este tipo: se engañaba y se llenaba de ilusión a niñas que creían en la vida maravillosa que tendrían tras casarse con jóvenes, príncipes educados y guapos, que les harían ser unas damas increíbles, y cuyo amor duraría eternamente, cuando al final todo era una simple transacción económica, política o social, dependiendo del caso.Durante la primera parte de esta historia tenía la sensación de que el protagonista era él, más que ella, para luego hacerme cambiar de idea. Es verdad que la Maddisson niña no llegaba a convencerme, haciendo que dudase sobre la valía de una protagonista tan pusilánime como ella; pero luego me di cuenta que no era más que inocencia y desconocimiento de la vida por haber vivido aislada del mundo. Maddison pasa de ser manejada y engañada a tomar las riendas de sus propias decisiones y ser una mujer fuerte y valiente.Tengo que reconocer que sorprende mucho el giro que lleva la historia y cómo está planteada; por un lado, es realista, y por otro nos muestra que somos humanos y nos equivocamos. El texto es un claro ejemplo de que los sentimientos prevalecen pero los actos tienen consecuencias, y como tal hay que asumirlas. Creo que si la primera parte del libro, quitando ese disgusto que desencadena todo, ha sido para mí algo tranquila y pausada, y no ha levantado más sensaciones que alguna sonrisa, ha sido esa segunda mitad la que ha aportado más intensidad a esta magnífica historia de amor y me ha hecho creer que no todo está escrito y que los personajes no dicen su última palabra hasta el final de una historia.Puede que sea el libro que más me ha gustado de esta autora, y para mí el mejor escrito, aunque eso es solo una apreciación personal. Me ha parecido un texto más conciso, con una trama más clara y elaborada, sin añadidos que nos distraigan de la lectura, aunque sí he echado en falta que consiguiera sacarme alguna lagrimita, por ponerle algún pero, lo que no ha desmerece mi opinión sobre la misma.Si me pidieran una frase para definir esta novela, diría que es un romance de época muy completo que te lleva a pasar por distintos estados de emoción: la incredulidad, la desilusión, el engaño y, de nuevo, la ilusión, el amor y la comprensión. Hay amor, hay amistad, hay verdad y hay mentira; hay familia, hay sueños y hay realidad; hay dolor, hay pena, hay comprensión y hay aceptación. Creo que sabe redimir a los personajes, algo que agradezco, y mucho, y sobre todo nos trae una gran evolución en ella, en Madisson, que es el personaje en torno al que se mueve todo.Además de la historia de amor de ellos, la autora nos lleva por Londres, por Charleston y por las colonias de la India y lo hace de forma más que interesante, lo que aporta más valor a esta lectura. Además, nos recuerda que algunas mujeres intentaron rebelarse de su futuro, ya establecido, buscando algo más en la vida que simplemente ser esposa y madre.A veces me gustaría poder hablar más del libro y cada uno de ellos pero creo que eso sería dar demasiados datos, y la historia se merece ser descubierta poco a poco, como lo hice yo; así que si os gusta la novela de ficción histórica y romántica, os gustará este libro, así de simple. Confiad en mí. Tessa sabe contar y sabe escribir, y eso es muy importante. Una de las cosas que saco de esta lectura es que siempre hay buenas personas que te pueden ayudar y que hay diferentes tipos de amor, y que todos ellos son igual de importantes. Está claro que hay que luchar por lo que uno quiere y uno cree, hasta sus últimas consecuencias. Enlace: https://millibrosenmibibliot..

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Una historia increíble, emotiva, simplemente perfecta...La trama es adictiva. Inicia cuando los protagonistas se conocen, siendo apenas unos niños a los que sus padres ya han marcado el destino. Sin embargo, no es un destino que estén dispuestos a aceptar fácilmente. Luego viene su primera juventud, donde se nos presentan con esa inmadurez propia de la edad. Ella soñadora y romántica; él, rebelde y malhumorado. Finalmente, la autora nos va narrando su transición a la madurez a través de los golpes sorpresivos de la vida.Esta es la historia de un amor luchado, conquistado y vencido. Un amor sufrido, que forja la personalidad y el carácter de los personajes, y que nos deja algunas escenas de amor y dolor verdaderamente bellas, de esas que te tocan el corazón y te hacen derramar lágrimas. Porque los personajes no son palabras plasmadas en un papel, sino que la pluma de Tessa los hace reales, y se te encoge el corazón cuando sufren, y te emocionas cuando aman.Debo decir que todos, absolutamente todos los personajes me han robado el corazón. He amado a Arthur y he llorado por él; me he reído y suspirado con Adam y Coralia; me he enfadado y me he emocionado con William y Emma; y qué decir de los protagonistas, Cam y Maddison, los adoro. El cambio que experimentan a lo largo de la historia es impresionante, y el amor que se profesan, maravilloso. Me ha encantado el simbolismo de los pensamientos y el juego que se hace con la palabra y la flor.Cam no es perfecto, ni mucho menos, pero ama con todo su ser. Enamora por su picardía juvenil, pero conquista por la humildad de su madurez, en la que ha aprendido a aceptar sus errores, sus defectos, y a darse a sí mismo sin reservarse nada.Maddison florece a lo largo de las páginas, pero sin dejar de ser ella misma. A pesar de los desplantes y rechazos a los que somete a Cam, en ningún momento te parece una persona dura, frívola o una arpía, sino la chica dulce y buena que era en su niñez, pero más madura y más cauta.El estilo de Tessa es impecable y magistral. No nos deja solo palabras, sino sentimientos, y eso es lo que, a mi parecer, hace grande esta novela. Dejas a un lado la ambientación, las posibles incoherencias de la época (pequeñas licencias que la autora se toma en favor de la historia), para sumergirte en un mundo de sentimientos y emociones que te envuelven, te conmueven hasta las lágrimas y te dejan suspirando.No puedo sino recomendarla al 100%, porque es una historia maravillosa de principio a fin.