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Rabia es la primera novela que Stephen King publicó con el seudónimo de Richard Bachman. Una novela que años después, tras una serie de sucesos, el propio King pidió no volver a publicar, ni vender. Y es que sucedieron algunos hechos parecidos a los de la novela, en los que además los causantes la tenían en su poder, y se le relacionó directamente con ellos, como si una novela así fuera la que llevara a las personas a hacer las cosas que hacen. Sinceramente, me parece bastante hipócrita achacar a un libro que sucedan ciertas tragedias, cuando EE.UU. es un país que permite las armas a casi cualquier persona, y en donde es tan fácil hacerse con una. Pero bueno, eso es tema aparte, ¿verdad? El caso es que este libro nos habla de un adolescente, Charlie, que está a punto de ser expulsado para siempre de su instituto para ingresar en un correccional, por haberle pegado con una llave inglesa a su profesor en la cabeza. Quizá por la mente del joven pase irse por la puerta grande, o demostrar que todo va más allá del simple acto de violencia, pero una mañana secuestra a toda su clase a punta de pistola, sin saber qué va a ser de ellos. ¿Os imagináis una situación así? Por desgracia, pasa más de lo que creemos, y no por culpa de un libro.La verdad es que es un libro que tenía muchas ganas de leer, y como siempre, King no decepciona y me ha gustado. Pero no negaré que de momento, de todos los que he leído en el pasado, y desde que estoy en el Club Atreyu, es el que menos me ha gustado. Sobre todo por el final. Y es que me repito muchas veces, pero no me gusta que haya cosas que queden a mi imaginación, que yo deba interpretarlas o que ni siquiera se terminen, ya lo sabéis, y en este libro pasa exactamente eso. En el secuestro, suceden cosas que hacen que toda la clase participe, opine, reflexione e incluso cambie, como si la rabia del propio Charlie, o su manera de ver las cosas, contagiase poco a poco al resto. Y al parecer, al final hacen ciertas cosas, que yo no he comprendido, primero porque no creo que se explique bien el motivo, y segundo porque ni siquiera se nos cuenta por la situación final de Charlie (es complicado explicarlo sin soltar spoiler, pero bueno). Y no me ha gustado nada que todo quede como queda.Por otro lado, en la lectura nos ha pasado algo curioso a casi todos, y es que hemos empatizado con Charlie. Y lo pongo entre comillas porque quizá esa no sea la palabra exacta, pero es una sensación parecida. Obviamente somos conscientes de que lo que hace es horroroso, y merece que se haga justicia con él por ello, pero conocer su historia, la que él mismo va contando a sus compañeros a lo largo de la mañana, hace que podamos entender un poco sus motivos. O no, yo creo que nada justifica ciertos actos, pero sí entendemos que es un chico que necesita ayuda, y la necesita desde hace mucho tiempo por la situación familiar que tiene. Y quizá sea la sociedad y las orgnizaciones las que han fallado con él. Igual que con muchas otras personas. Y ojo, y repito, nada justifica que se hagan ciertas cosas, obviamente, pero a veces hay que ir un poco más allá.Como siempre, King vuelve a hacer una crítica a la sociedad disfrazada de novela. Y me alucina sobre todo saber en qué año la escribió. Porque quizá ahora sea más normal que se grite sobre lo que falla en el mundo, y se critique, y se escriba sobre ello. Pero en una época en la que todo era tan distinto, me alegra y mucho que hubiera autores como él que se decidieran a dar su visión, camuflándolo en ficción, de una manera tan sincera y tan tajante. Como ya hizo en Carrie con el bullying y el extremismo de la madre, aquí habla de familias desestructuradas, de la mala educación por parte de los padres con los hijos, del pasotismo de las instituciones con los problemas, entre otras cosas. Y lo hace a través de la voz de Charlie, y de sus compañeros secuestrados. Porque al final todos tienen algo que decir y contar, demostrando que sus vidas no son tan bonitas ni tan fáciles como puede parecer.En resumen, Rabia es un libro de ficción que nos cuenta una historia que, por desgracia, puede ser muy real. Un libro con una gran polémica detrás, en una sociedad en la que la violencia está presente en todas partes, por la facilidad del uso de las armas para casi todo el mundo. Es un libro que nos cuenta la historia de Charlie, que secuestra a su clase a punta de pistola antes de ser expulsado y trasladado a un correccional, y que nos relata sus problemas y los de sus compañeros, provocando que, aunque seamos conscientes de lo que él se merece por sus actos, podamos ver que hay algo más allá que hay que conocer. Os lo recomiendo, aunque sea difícil conseguirlo, porque estoy segura de que os hará reflexionar sobre la sociedad, mucho. Enlace: http://amor-y-palabras.blogs..

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¿De que habla Rabia? Bueno, nuestro protagonista se llama Charlie, un joven tranquilo que en realidad no se mete con nadie pero que no es el prototipo de adolescente estadounidense ideal, no es atlético, ni súper guapo, y básicamente es un friki que vive su vida con un Padre increíblemente violento, una madre sobreprotectora y un par de amigos. Un día, justo el día que nuestra historia inicia, Charlie decide que ya basta de que abusen de él, decide que ese es el día en que dejará que la locura lo invada y es así que llevando un arma como acompañante quema su casillero y secuestra a una clase entera, asesinando a dos profesores en el proceso. A partir de ese momento Charlie nos sumergerá en su historia donde nos contará su pasado, su relación con sus padres y con la vida en general y en la que poco a poco los otros estudiantes de la clase también abrirán sus corazones hasta darse cuenta que ninguno es muy diferente de Charlie...No tengo la menor idea de como comenzar esta reseña, en sí el libro es cortito y la trama, a primera vista, no va más allá de lo que ya les conté pero es que el trasfondo tiene mucho que ver con la razón de que la novela fuera prohibida, verán en muchos tiroteos ocurridos a escuelas, en las pertenencias de los chicos que masacrarón a otros encontraró en común este libro, así que como la gente todo tiene que ligarlo a algo pues Stephen King prefirió evitarse problemas y pedir que no se reimprimiera el libro, pero ¿Por qué? ¿Es que Rabia llamaba a la violencia? Pues, desde mi punto de vista, no. Charlie tampoco es que hiciera una masacre pero si que tenía justificadas sus acciones, es ahí donde radica el problema, Rabia justifica y nos muestra las razones del porque de las acciones del protagonista, e incluso hace que el lector sienta una empatía por el y que sea imposible no sentirse reflejado en algún momento, esto puede sonar loco pero tienen que leer el libro para comprender de que demonios hablo. de alguna forma, King logra reflejar en cada página el mundo adolescente que impulsa a la violencia en algunos jóvenes, la discriminación, los padres negligentes, la indiferencia de la sociedad, lo podrido del sistema escolar y como cada chico y chica se enfrentan a un mundo donde, básicamente, sus problemas e inquietudes no valen un pepino, King tocó una fibra sensible pero necesaria pues su crítica social es tan cruda, brutal y real que la gente se siente ofendida por ella, cuando todo es real. El mayor problema con la novela es que al empatizar con Charlie el lector no puede dejar de cuestionar si está bien la cabeza o esta a un paso de masacrar a todos, y es que esa es una gran verdad, la gente que comete estos actos (masacres escolares) no es por maldad (bueno, no en todos los casos ¿vale?) muchas veces es el último grito desesperado de una persona que nadie escuchó, que nadie ayudó, que nadie salvó. Ellos son tan víctimas como los masacrados y merecen que sus historias se digan, aunque sea en forma de ficción, ¿Sabían que a los chicos de la Masacre de Columbine los retiraron del memorial por considerarlos sucios? O ¿Qué sus cruces fueron vandalizadas por los padres de los jóvenes que habían muerto? Seguramente pensarán: Bueno Annie, ¿Qué esperabas? ¡Ellos matarón a sus hijos!, si, eso es totalmente cierto pero también es verdad que Eric y Dylan habían sufrido muchísimo acoso escolar, acoso que reportarón a los profesores y del que nadie movió un dedo por evitar, ¿Creen que eso no lleva a una persona a sus límites? Y así como ese ejemplo hay muchos más de historias que no sabemos, que se nos venden como el estudiante loco que mató nada más porque sí...Rabia es una historia oscura, sobre la locura, la adolescencia, la violencia y el sistema escolar, es un grito de atención tanto para padres como para profesores, es una historia ágil, adictiva, sombría y que nos enfrenta a todos al fantasma de nuestros años adolescentes que nos han convertido en los adultos que somos. Brutal, sarcástica y real, es una lectura ¡Altamente recomendable! Enlace: http://trancedeletras.blogsp..

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Es imposible leer Rabia sin tener en la cabeza todas los sucesos que ocurrieron tras su publicación. Por alguna razón fue el propio King el que decidió quitar la novela del mercado y eso la convirtió directamente en un de esos pequeños incunables que te gusta atesorar. Sin embargo, no lo había leído hasta anoche y, tras su lectura, entiendes los motivos que llevaron al autor a renegar de la historia. Un adolescente se encierra en su aula con un revólver y decide cambiar las cosas. Bajo esa premisa se desarrolla la historia y Stephen King (Richard Bachman) hace un análisis muy interesante acerca de la naturaleza de los seres humanos, de como pueden reaccionar ante situaciones de estrés y lo manipulables que pueden llegar a ser las mentes de los adolescentes bajo ciertas condiciones. Y creo que ahí está lo mejor de esta novela. En apenas doscientas páginas el autor te plantea una situación en la que terminas por empatizar con el, digamos, villano de la función, terminando por entender su comportamiento y olvidando por completo los actos que le han llevado a esa demoledora situación. Y eso me resultó impactante. Porque en todo momento te identificas con el antagonista de la novela, con su forma de razonar, su independencia y su juicio clínico y, sin embargo, llega un momento en el que tú también pierdes el sentido común y te alías con el que lleva el arma. Un síndrome de Estocolmo narrativo que, por desgracia, termina acercándote a la realidad y te hace entender por que el King ha decidido retirar la novela del mercado. No todo es perfecto, claro. A mi los personajes adultos me dejaron fríos. Sobre todo aquellos que esperan resolver la tensa situación que están viviendo y no son capaces de resolverla con cierto criterio. Están ahí como meros espectadores y su torpeza llega a ser desesperante por momentos. Pero tampoco va más allá. Están ahí para complementar la historia y no te distraen del meollo del asunto bajo las personas de un aula. Impactante, directo y certero.

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A veces las cosas suceden así. Cuando todo va mal, tu mente arroja todo a la papelera y se marcha un rato a Florida ~ Rabia de Stephen King. Charlie Decker, un alumno del instituto, toma como rehenes a los alumnos de su clase tras matar a la profesora. Durante el encierro, Charlie cuenta historias de su vida que han podido llevarlo a tomar esa decisión. Pero también escuchamos a sus compañeros, con historias no muy diferentes lo que nos hace reflexionar sobre porqué a unos les hace algo click en el cerebro y a otros no. Charlie se enfrenta en su día a día a un padre que quiere hacer de él un hombre, pero lo que él entiende como hombre es un hombre violento, que replique la violencia con violencia. ¿Lo logra? Curiosamente, el Charlie que vemos en el libro, al margen de su respuesta con el arma y el secuestro de sus compañeros, es un joven inteligente y con una gran sensibilidad hacia sus compañeros. Este libro está descatalogado por petición del propio King después de que se hubiesen replicado los hechos del libro en varios institutos. Pensé que me iba a encontrar con un libro súper violento, con una matanza sangrienta, y la verdad es que no. Detrás hay una fuerte crítica social. Para mi la frase solo pretendo plantear que los jóvenes norteamericanos viven rodeados de violencia, tanto real como imaginaria lo dice todo. Pero además esa cultura de la violencia que critica el libro; el que para ser un hombre tengas que ser violento, la necesidad de saber manejar armas o de dar la cara en vez de hacer una digna retirada. al final he llegado a la conclusión que más que la violencia, el problema con este libro es que le coges cariño al personaje, incluso sientes empatía por él e incluso podrías llegar a justificar sus actos.

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Tenía muchas ganas de leerlo, pero tampoco me ha parecido para tanto, me refiero al hecho de que el propio autor descatalogara el libro, después de encontrarlo entre las pertenencias de algunos chicos, que como el protagonista, llevaran a cabo actos delictivos en su instituto.Todo comienza cuando Charles Dicker lleva una pistola al instituto y secuestra a su clase, dejando un par de cadáveres en el camino. Lo que a priori te resulta chocante, luego no lo es tanto cuando se empiezan a intercalar presente y pasado y descubres que esto solo es una reacción (desproporcionada) al acoso, las burlas, las presión y el maltrato que ha sufrido el protagonista durante toda su vida.Dentro del aula se desarrolla un Síndrome de Estocolmo por parte del resto de alumnos, que hace que a medida que él va exponiendo sus vivencias, los demás también se animen a hablar de sus miedos, inquietudes y mierdas varias. Me dio la sensación de que sus propios compañeros estaban más locos y eran más inestables que el propio Charlie, que en cierta parte de la trama, me pareció el más cuerdo de todos.Los personajes adultos no me parecieron tan relevantes en la trama, pero bueno, estaban ahí negociando la puesta en libertad de los rehenes y lo pongo así entre comillas porque no me dio la sensación de que lo fueran en ningún momento. La excepción es un único alumno, Ted, que aún teniendo razón en todo lo que decía, sus compañeros se mostraron en su contra en todo momento.El final me dejó bastante fría, termina con una carta en la que hay partes censuradas y no terminé de comprender.En fin, que la crítica a la hipocresía de las relaciones familiares y escolares, me ha parecido buenísima y muy actual, aunque se escribiera hace 40 años.