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Sondra Anderson es una joven texana de unos veintidós años. Sus padres ya eran mayores cuando ella llegó, así que está muy consentida. A los diecisiete años se enamora del capataz del rancho de sus padres pero él, unos diez años mayor, no le hace ni caso. Desde ese momento la relación entre ellos pasa a ser muy tensa. Me ha costado conectar con Sondra, durante la mayor parte del libro se comporta como una niña mimada, y que Kevin la contradiga en lo relativo al rancho no ayuda en nada. Kevin Carmichael me ha gustado, es cierto que algunas cosas no las hace bien, pero es sin ánimo de hacer daño. Se equivoca a veces como todo el mundo. El libro tiene un giro que no esperaba y que me ha gustado. Aunque encuentro esa parte un pelín exagerada, se le fue un poquitín la mano a la autora. La novela es entretenida, engancha y se lee del tirón, pero reconozco que no es de las que más me ha gustado de Sophie. El comportamiento de Sondra me ponía de los nervios, es una protagonista demasiado intensa para mí. Aún así he disfrutado con la lectura. Esta autora suele ser una apuesta segura así que, aunque este no me haya convencido del todo, leeré otro suyo pronto.