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Con Un estiu que comença ya me enamoré del estilo de la autora y quería leer más de ella en busca de esa conexión. No me ha decepcionado. La novela relata la vida de Valeria Isern desde su adolescencia hasta su muerte, narrada desde la perspectiva de sus últimos días, condenada por una enfermedad que le permite hacer balance de su recorrido. Hay una diversidad de formas narrativas que retratan Valeria desde diferentes puntos de vista: relato en primera persona, el diario que ella había ido escribiendo de manera irregular. También las cartas de Elisa, su gran amiga y entrevistas donde los hijos y otros conocidos expresan sus puntos de vista.&#xNaN;La mayor parte de la novela se enmarca en el contexto de la dictadura franquista. La descripción de las diferentes etapas queda muy bien reflejada: la dureza de la moral católica del franquismo (las parejas no podían hacerse besos largos sin irse a confesar), las dificultades de las mujeres para poder estudiar, la llegada del turismo, una mayor apertura ya en los tiempos predemocráticos , etcétera.&#xNaN; En el libro hay referencias explícitas a Nada o La Plaza del Diamante. Me parece una manera muy bonita de introducir literatura dentro de literatura.En definitiva, Sílvia Soler es una de mis escritoras catalanas contemporáneas favoritas.