Daniel ha conseguido cumplir su sueno: tener su propia casa. Ha resultado ser un trozo de paraiso en una urbanizacion tranquila donde esta, por fin, recomponiendo su vida y disfrutando de una paz largamente buscada. Pero el Demonio esta en los detalles, dicen, y Daniel ve como su paraiso comienza a desintegrarse cuando algo en apariencia nimio se tuerce.