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Pájaros en la boca y otros cuentos de Samanta Schweblin

de Samanta Schweblin - Género: Fantástico
libro gratis Pájaros en la boca y otros cuentos

Sinopsis

La presente compilación incluye veinte relatos ya publicados en ediciones anteriores de sus libros de cuentos y en ediciones internacionales, así como un relato inédito publicado por la revista Granta. La selección, llevada a cabo por la propia autora, configura una antología de su mejor prosa breve hasta la fecha, así como una pieza indispensable de la literatura contemporánea argentina.

Heredera de la más prestigiosa tradición literaria, en la línea de Raymond Carver y Flannery O’Connor, Schweblin maneja el lenguaje de una forma extraordinaria, con una prosa sobria y eficaz al servicio de historias que se mueven en el límite entre lo real y lo fantástico. Los cuentos de Schweblin, perturbadores y desconcertantes, plantean un enigma que provoca y atrapa profundamente al lector.

«Una implacable máquina de relojería narrativa capaz de mantener en vilo al lector, al extremo de arrebatarle la respiración, [...] de cuya descarga eléctrica ningún lector podrá librarse.» El Mundo«La sorpresa de descubrir que en un texto literario están contenidas todas las demás artes. Schweblin es una experiencia más parecida a la que se puede tener en una galería o frente a una película de autor que delante de un libro sacado de un estante gris.» MARIO BELLATÍN«Samanta Schweblin es, tal vez, la mejor escritora de cuentos que ha dado la literatura hispanohablante en los últimos 30 años.» FLAVIA PITELLA«Tenemos a la mejor cuentista argentina, sin distinción de géneros.» ANA MARÍA SHUA, Perfil«Schweblin escribe de forma libre y con un estilo altamente impresionista que abraza lo inestable; [...] ha encontrado maneras de electrizar y desestabilizar el mundo físico.» ELLIE ROBINS, Los Angeles Times


Pájaros en la boca y otros cuentos, de la argentina Samanta Schweblin, reúne 22 cuentos (valga la redundancia) de distintos años. Confieso que no sabía qué esperar porque es la primera vez que leo a la autora y pude ponerle fin a las dudas. Disfruté muchísimo del libro.⠀ ⠀ Los cuentos no tienen un hilo conductor: no tratan todos los mismos temas ni los desarrollan de la misma forma. Sí subyace en todos ellos un dejo cruel, absurdo y estoico sobre las cosas que suceden como, por ejemplo, que un niño se enfrente a la depresión de su madre, dos hombres vayan a una cantina donde hay una mujer muerta en la cocina o que una persona esté obsesionada con cavar un pozo. No puedo encasillarlos en un solo género: algunos son realistas, otros tienden a la fantasía (son mayoría) y otros al terror. La lectura de Schweblin, Mariana Enríquez y Claire Keegan en un mismo año me hizo pensar que la literatura necesita nuevas discusiones y definiciones. Y eso está buenísimo.⠀ ⠀ Pero volvamos a Schweblin. Sus cuentos te dejan preguntas, no certezas. Crean la necesidad de hablarlos con alguien, de intentar entenderlos, de considerar varios puntos de vista. No se puede terminar El cavador o Hacia la alegre civilización sin pararse a pensar unos minutos (que luego se hacen horas). Para mí, esa es la literatura que importa y la que más me gusta. Sé que voy a releer y que va a cambiar mi interpretación, que el libro me va a contar otra cosa ¿Hay algo más lindo que eso? No lo creo.⠀ ⠀ Schweblin escribe bien y tiene un punto fuerte en los diálogos, que incluso llegaron a sacarme una risa en situaciones que son delicadas. Y hay otros cuentos, como Mi hermano Walter u Olingiris donde no hace falta un intercambio de palabras para provocarte incomodidad. Seguiré leyendo a esta autora, sin lugar a dudas.
Tardé bastante en leer los 22 cuentos que componen esta antología porque cada uno de ellos me dejó con la boca abierta, googleando interpretaciones y rumiando mi propia lectura. Son cuentos muy kafkianos, donde Schweblin lleva situaciones de angustia emocional cotidianas y reconocibles (el duelo ante el abandono amoroso, la llegada de un embarazo no deseado, la imposibilidad de concebir, los conflictos en la relación entre padres e hijos, y tantas más) y las pasa por el tamiz de lo maravilloso, lo fantástico o lo absurdo para producir verdaderas parábolas que nos hacen tomar distancia de esas situaciones y verlas en una luz completamente nueva. Schweblin tiene una impronta de escritura absolutamente personal y creo que indudablemente viene a sumarse al panteón de grandes cuentistas argentinos.Les dejo mi top 5 de cuentos de la antología (aunque me costó MUCHÍSIMO elegir):🍯 Conserva: ¿Qué se puede hacer con ese hijo que llegó en un mal momento a la pareja? ¿Se puede simplemente dejarlo para más tarde? Un cuento para pensar...🐥 Pájaros en la boca: Cuando los hijos crecen, se convierten en personas con sus propios problemas, y puede que no siempre sus padres estén listos para acompañarlos... ¿Qué hacer con una hija con un hábito asqueante? Un cuento inolvidable sobre los dilemas de la paternidad.🎅 Papá Noel duerme en casa: Un conflicto tremendo de pareja visto desde la mirada inocente de un niño. La ironía dramática crea una mezcla de humor, ternura y tristeza inigualable.👰‍♀️ Mujeres desesperadas: Una novia abandonada por su marido en un baño a la vera de la ruta descubre que no está sola... un cuento extraordinario!🛅 La pesada valija de Benavides: Benavides acaba de matar a su mujer. El dr Corrales tiene una solución novedosa para el destino del cuerpo...
Todo es impecable en este libro, pero hay algo con el terror gótico rioplatense que no funciona, al menos en versión Schweblin. Ese inframundo que nunca se muestra del todo, pero sostiene los cuentos, tiene algo de trivial, de cine clase B, pero en el mal sentido. El encapsultamiento del horror en lo monstruoso me parece ingenuo, aun cuando se muestre la cercanía de lo monstruoso. Es posible que la negatividad esté mucho más cerca, más entrelazada con lo constitutivo del ser humano. Ponerlo afuera, hacerlo ajeno para sugerir después que no estamos a salvo me parece una maniobra precaria. Pienso que hay más lucidez en el terror que no recurre a este artefacto teenager ni en la semántica ni en la sintaxis. Pienso en el horror que astilla el lenguaje en La débil mental, Matate, y Precoz de Mariana Harwicz. Pienso en la carne desgarrada, los huesos rotos, la sangre palpitante de la trilogía de Pablo Forcinito. Pienso en lo macabro visto cara a cara en Australia de Santiago La Rosa. Pienso en esos malvados rancios de Selva Almada. Pienso en esas mujeres eclipsadas de Carina Radilov Chirov. La epifanía universal está en el William Wilson de Poe, en la tradición del Doppelgaenger en cine, que muestran la imposibilidad de la metonimia del mal -que sustenta los cuentos de Schweblin-. Creo que en estos casos el mal es más auténtico que en los cuentos de Pájaros en la boca. Algo similar pienso que ocurre con Las cosas que perdimos en el fuego de Mariana Enríquez. Puede ser que Cabezas contra el asfalto sea el mejor cuento de Pájaros en la boca.
Samanta Schweblin tiene una imaginación y un talento para torcer situaciones mundanas hasta convertirlas en extraordinarias. Hace qué te preguntes qué acabas de leer (yo no estoy segura del todo ¿Alguien si?).En esta recopilación de relatos mantiene el ritmo pero muestra una faceta distinta a Siete casas vacías, más cercana a lo absurdo. Utiliza la ironía en el juego de la realidad, moviendo las piezas de la violencia, la brutalidad, la depresión, el abandono, la disfuncionalidad.Desarrolla las historias con maestría, invitando a adentrarte en las vidas de esas personas y en el momento de mayor tensión, de un tirón te retira de ese pequeño mundo, dejándote desorientado en medio de un silencio cargado.Todos son únicos, a los más breves no se los llega a apreciar bien.Mis favoritos fueron La valija de Benavides al mostrar cómo la fantasía del asesinato se convierte en una obra de arte real; Mujeres desesperadas por la fuerza que se desprende, haciéndote sentir los pies de las féminas corriendo en tu dirección desde el campo; Conservas por la originalidad con que Teresita se invierte en una almendra; y En la estepa por la cacería nocturna, siguiendo los consejos para mejorar la fertilidad en guantes, linternas, mochilas, redes y hasta escopetas.Son cuentos del estilo de Mariana Enríquez, algo retorcidos, con dosis menores de oscuridad. No creo que sean aptos para cualquier lector.
(...) eso de que el mundo lo que tiene es una gran crisis de amor, y de que, al fin y al cabo, no son buenos tiempos para la gente muy sensible 🇦🇷 Samantha Schweblin . Este conjunto de cuentos me lo recomendaron mucho, y le tenía bastante intriga a la autora. Los cuentos son definitivamente algo especial. Dejan una sensación que no sabría como describir, no diría que son cuentos de terror, como muchas veces se les cataloga, sino quizás relatos que causan incomodidad, a veces incluso asco, pero en general, diría que hay un sentimiento de extrañeza en sus 22 relatos. . Son relatos cortos, abiertos a distintas lecturas e interpretaciones. Todos buscan cuestionar al lector sobre distintas temáticas, entre las que se encuentran la paternidad, la depresión, el aborto, el arte, etc. Algunos me parecieron realmente fascinantes de leer, y me dejaron con una incomodidad que me acompañó luego de cerrar el libro. Otros los sentí más forzados y no tan interesantes, pero creo que es algo de gustos personales. . Los cuentos que, a manera personal, disfruté más, fueron los siguientes: Matar a un perro Mi hermano Walter Conservas Papá Noel duerme en casa Cabezas contra el asfalto La pesada valija de Benavides . Si les gustan las lecturas extrañas y un poco inquietantes, este es el libro para ustedes 🌊📚🏊🏽‍♀️