Durante el invierno de 1892, Kipling recordó un cuento que habÃa escrito años atrás, en el que un personaje era criado por lobos, igual que si se tratara de un lobezno. Y allÃ, en un gabinete de trabajo rodeado de nieve desde diciembre hasta abril, Rudyard Kipling recogió aquella idea y, moldeando aquÃ, ampliando allá, y creando una galerÃa de inolvidables personajes, fue dando forma a El libro de la selva, que posteriormente ampliarÃa con un nuevo y definitivo volumen. Asà brotó este libro maravilloso, de la pluma de un escritor excepcional que, como ha dicho Borges, «era, después de Shakespeare, el único autor inglés que escribÃa con todo el diccionario».