"Se sentó en uno de los cómodos sofás con uno de los libros que habÃa empezado semanas atrás. Le habÃa llamado mucho la atención uno de los capÃtulos, y no hacÃa más que releerlo. Trataba acerca de las virtudes cardinales. Según decÃa, Platón habÃa establecido cuatro virtudes para la estabilidad del alma: Prudencia, Templanza, Fortaleza y Justicia. Cuánto más leÃa, más deseaba saber. LeÃa y releÃa las frases más importantes y las descripciones de las virtudes, y se preguntaba si ella serÃa capaz de completar las cuatro..."