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Aviso: cierta información puede ser spoiler de libros anteriores.Otro libro de una saga que sufre por ser el último. Es una verdadera lástima que La búsqueda del asesino no haya podido escapar de esa ley, ya que confiaba en el talento de Hobb para sortearla. No pudo ser: este tercer libro tiene las fallas típicas de un cierre excesivamente largo (sin motivo aparente) que se concibe y se escribe a las apuradas.No constituye una novedad que Traspié sobrevivió gracias a haberse convertido temporalmente en lobo. Eso le va a traer consecuencias y en buena parte del libro ya no parecerá él, pero se recuperará. Cuando lo hace, tiene que emprender un viaje que combina las ganas de matar a Regio con la búsqueda de Veraz, que parece estar perdido más allá de las montañas. En el camino (en el laaaargo camino) vivirá algunas aventuras mientras intenta superar el daño que le ocasionó Regio.Se puede entender que una persona se la pase viajando a pie durante mucho tiempo por un tema de distancias. Lo que no puedo entender es la falta de acción durante ese acontecimiento, a excepción de diálogos con mujeres que inexplicablemente encuentran atractivo a Traspié y quieren seducirlo. No encontré nada más para destacar en esos capítulos que eso, que la incapacidad de Traspié para dejar ir a Molly, sin olvidar las eternas descripciones del uso de la Maña y su vinculación con Ojos de Noche. En un punto se hace tedioso que nunca llegue a destino porque esas escenas se soportan una o dos veces, no más. Se repiten metas y pensamientos sin ninguna consideración por la cantidad de páginas que se están rellenando. Eso hace que el final sea un cúmulo de acciones y de revelaciones en veinte carillas. Las cosas suceden como con un cuentagotas y luego explotan, por decirlo de alguna forma. El hecho de que tres cuartas partes del libro no sirvan de mucho hizo que surjan cuestiones de la nada, como la del mapa (Traspié está reflexionando y de repente se acuerda de él). No recibí ninguna sorpresa en este libro. Entre la lentitud y lo monotemático de la primera parte y el vacío de acción de la segunda parte (hasta las veinte páginas que mencioné), mis expectativas fueron bajando y ya nada de lo que se decía me interesaba. Tampoco me importó si Traspié encontraba a Veraz o no. Es una verdadera lástima porque amé los libros anteriores. Hobb sigue siendo una excelente escritora pero me da la sensación de que se guardó mucho para las sagas siguientes y abandonó el desarrollo de la búsqueda? ya pensando en los interrogantes que iba a dejar abiertos a propósito. Se notó demasiado para mi gusto. Lo peor fue ver que resolvía el destino de Regio volviéndolo un niño caprichoso y servil, en lugar de darle un final más determinante. No era lo que esperaba para un archienemigo, incluyendo también a Will en esto. En cuanto a los personajes y sus andanzas, hay una variación inesperada en algunos casos (si bien Molly aparece en el libro gracias a la Habilidad, el centro de la atención está puesto en Estornino y en su insistencia por llamar la atención de Traspié) y en ocasiones casi no pude reconocer a los que ya se habían presentado. Por eso me pareció que algunos cambios se hicieron para mal y me impidieron concentrarme en lo que estaba leyendo. Ya no lo sentía tan propio. Traspié se me hizo desconocido ante algunas actitudes que tienen relación con la falta de luces, ya que parece que en el libro todo se lo tuvieron que explicar dos veces. Además, los personajes ponían empeño en dilatar el desencadenamiento de la verdad y el del final, como si estuvieran complotados. También puedo enumerar lo que aprecié. La primera parte, a pesar de ser repetitiva, está muy bien escrita. Hobb se desenvuelve bien, por más que este libro haya sido un tropiezo en cuestiones de desarrollo y contenido. Las secuelas del ataque de Regio en Traspié me gustaron, ya que acostumbro a ver que los personajes se levantan como si nada después de un ataque. Esta vez no fue así y hay una especial atención en las consecuencias de haber recibido esas palizas. La Maña y la Habilidad siguen teniendo sus misterios pero al menos se resuelven algunos que aportan características interesantes a estos dos dones. No es la última vez que voy a leer a Hobb. Sé que tiene otras grandes historias por ahí y no quiero perdérmelas. Lo único que pido es que alguien se digne mientras esté viva a cerrar una saga como corresponde. La búsqueda del asesino podría haber sido maravilloso y me decepcionó un poco. de todos modos? larga vida al bufón.

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Sobre todo después del buen ritmo que tenía el segundo libro, este se me ha hecho mucho más lento. El constante viaje y las penalidades se me han hecho repetitivas a la vez que la trama se diluía, hasta que el mismo motivo del viaje acaba casi en un segundo plano. Los grandes momentos se ahogan tras la predominancia de la mente de Traspié, sus pensamientos recurrentes y una pátina de cotidianidad que a veces no casaba con los hechos que estaban teniendo lugar. Por otro lado, creo que la autora representa muy bien la depresión y el trauma. En eso un diez. Pero en lo que se refiere a la trama, creo que se resiente muchísimo. También ha habido partes en las que la fantasía y la magia cogen más protagonismo, y el tipo de esta que se nos muestra me parece súper interesante y original. Sin embargo, también trata estos momentos como acciones mecánicas y repetitivas. Hay una buena batalla, pero en ella Traspié se nos desvanece varias veces, lo que me exasperaba un poco, no voy a mentir. Y bueno, tampoco me ha encantado cómo se ha desarrollado el desenlace, más contado que vivido. Ojo, el final creo que está muy bien, sólo que hubiera preferido que se extendiera más en el cierre de los arcos abiertos, dejándonos vivirlos de primera mano, y se redujera la historia de los días repetitivos de viaje o con esos personajes que aparecen y luego no aportan nada. Pero esto, por supuesto, es una preferencia personal. En cuanto a personajes, mi favorito sigue siendo el bufón, aunque en este tercer libro su aportación ha sido más errática. de los nuevos, Hervidera me ha encantado. Enigmática (aunque se veían venir algunos de sus secretos), directa, fuerte y vulnerable al mismo tiempo. El resto no se me han hecho tan completos como en los libros previos, y Traspié me ha exasperado en más de una ocasión (aunque dado la edad que se supone que tiene, su comportamiento es muy acorde. Aún así, a veces me ponía de los nervios) En general, pasamos tanto tiempo dentro de la cabeza de Traspié, que creo que todo lo demás se reduce considerablemente (lo cual también tiene su lógica, ya que vemos la historia desde el punto de vista de una persona que sufre de depresión y acarrea traumas)En general me ha parecido una buena trilogía, con elementos originales y un mundo con una historia muy interesante. Quizá con un tono de tristeza constante subyacente, pero que a pesar de su lentitud, no cansa. Lo dicho, es una buena trilogía, pero tengo ganas de leer más de la autora para ver su evolución.

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Si bien mi calificación es de tres estrellas, creo que el sentimiento general que me dio el último libro de esta trilogía es de decepción. No fue el final que imaginaba ni el libro que imaginaba así que voy a tratar de desglosar lo que pienso.Primero y principal, mi opinión general es que este libro estuvo llena de sorpresas y no necesariamente positivas. Hubo muchas cosas que sucedieron o surgieron de la nada, y sí hablo de Molly y Burrich. Toda esa línea narrativa no la entendí para nada. Ni en mis más locos sueños hubiera imaginado que la historia de esos dos personajes fuera a culminar así en esta trilogía, y creo que fue un tanto irreal por lo que venimos conociendo sobre Burrich durante tres libros. Y ni hablar de Traspié en este libro. Creo que tomó las decisiones más estúpidas que podía haber tomado, y sus acciones me exasperaron muchísimo.Otra cosa que también me decepcionó fue el final. Siento que fue uno de los finales mas anti-climáticos que leí. A ver, toda esta serie se centra en la guerra contra los corsarios o las velas rojas y solo leemos sobre como termina todo en un recuento de los eventos en una página y media. A esa altura me daban ganas de revolear el libro por haberme tragado más de 800 páginas para solo leer en una sobre como había terminado todo.Cuando sacás lo mejor que tienen estos libros, que son las dinámicas entre los distintos personajes, y me das 300 páginas sin saber nada de ninguno de ellos más allá de nuestro protagonista, tu libro va a sufrir demasiado. Y más si no compensás esa perdida con acción. Creo que eso fue lo que sucedió en gran parte de este libro. Lo único que pude sacar positivo de esta culminación fue la relación entre Traspié y el Bufón. Amo tanto esa dinámica que voy a continuar con las demás series solo por ellos dos. Fue un final amargo, con destellos de cosas que me gustaron, pero sin ser suficientes como para calificar este libro por encima de las 3 estrellas.

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La cruzada, y vaya cruzada, del asesino. En definitiva este no era el final que esperaba para una trilogía que había entregado dos libros tan adictivos. Para empezar, la narrativa es muchísimo más lenta, en especial en la segunda parte del libro, se convierte en una narración excesivamente descriptiva y poco fluida. Si bien hay bastantes giros argumentales, y cómo siempre Traspié sufre más que un personaje del Marqués de Sade (aspecto que se vuelve un tanto repetitivo y tedioso) el libro no logra enganchar al lector del todo, por el contrario, cada página es un pequeño tormento mientras se espera un qué pasará que se demora eternidades en llegar. Es importante resaltar cómo lo mencioné en la reseña de Asesino Real que la guerra contra los corsarios de la vela roja pareciera que sucede en otro mundo, los libros están más orientados a política, por lo que no se me hizo extraño que el final de la guerra llegará en no más de 2 páginas. Personalmente creo que La Trilogía de los Vatídico merecía un final diferente, sin embargo Robin Hobb sigue siendo una autora brillante.