oleebook.com

Los mejores cuentos de fútbol de Roberto Fontanarrosa

de Roberto Fontanarrosa - Género: Otros
libro gratis Los mejores cuentos de fútbol

Sinopsis

Hay muchas clases de grandes escritores. El Negro pertenece —creo— a esa categoría de grandes escritores que disfrutan de un oído privilegiado para reproducir voces, modos de pensar y de sentir, personajes certeramente próximos a las personas de verdad. Y no son muchos los autores tocados por ese privilegio. Y hay otra virtud que me encanta en la literatura del Negro: sus cuentos parecen siempre estar buscándote las cosquillas. Vos lo leés e inevitablemente tus labios están todo el tiempo cerca de la sonrisa o a la carcajada. Dicen que no es fácil hacer reír. Y que no es fácil hacer reír con recursos inteligentes. Y que no es fácil hacer reír a partir de un texto escrito. Pues bien: Fontanarrosa lo hace fácil. Como mis recursos descriptivos son mucho más limitados que los suyos, me lo represento como uno de esos delanteros vertiginosos que juegan con el cuerpo un poquito encorvado, que siempre parecen caminar por un desfiladero tan estrecho que no le caben ni los pies, y que sin embargo nunca pierden el equilibrio. El Negro no se cae nunca. La lleva atada y sin tropiezos. Y tiene esa cualidad que tienen los talentosos: hacen que parezca fácil. No estoy seguro de que estos sean los mejores doce cuentos de fútbol de Roberto Fontanarrosa. Son, eso sí, los doce que a mí más me gustan. Puede ser, amigo lector, que usted esté de acuerdo. Y si no, lo lamento: Planeta me encargó a mí la antología, y no a usted, de modo que si no le gusta mi selección, “a llorar a la iglesia”. (Eduardo Sacheri)


No sé ustedes, pero la literatura que me interesa a mí es la que es capaz de hablarnos. de dirigirse a nuestro corazón, de decirnos algo. Y para eso puede partir de cualquier sitio: una novela de detectives, de batallas intergalácticas o de romance juvenil, pero que terminan contándonos algo acerca de nuestros sueños, miedos e intereses. En cambio, me aburre la narrativa que se agota en sí misma, en la anécdota o aventura relatada. Para un ratito está bien, sobretodo si está bien escrita y es adictiva, pero ya luego me cansa y empiezo a preguntarme si quiero leer más de lo mismo. Igual me pasa con esas historias empalagosas, culturosas y pretenciosas que andan por ahí y que en realidad no hablan de nada, sólo del rollito emocional del autor, y de reflexiones más o menos vacías y posmodernas sobre el arte, la vida y el acto de respirar echando vaho contra el espejo. Y mira, el fútbol es un estupendo lugar para hablar de nosotros, los futboleros. Para plantear lo que pasa por la cabeza del tipo que está en la cancha, o del que sigue a su equipo a todos lados, o del utilero, o del que vive de comentar los partidos en el bar. de los estadios de primera división lo mismo que de las canchitas de tierra. Todos los personajes que pululan por el mundo del fútbol encuentran su voz acá. Y es que Roberto Fontanarrosa destaca justamente en eso: en el oído sutil para captar el discurso de los distintos actores, sus preocupaciones, esperanzas y formas de ver la realidad. Entre los cuentos puede encontrarse la historia de un niño jugando a los tiros libres en el pasillo de la casa, la historia de un futbolista salido de la mitología griega (pero contada por el utilero), el discurso del viejo al que le gusta el fútbol de antes, sencillo y claro... y que es el puntero derecho de un juego de mesa, una posible aparición de Cristo debajo de los tres palos, una sátira de los relatores deportivos de la radio, un par de cuentos absurdos y delirantes, y un par de textos para el análisis psicológico del hincha. Si hay que detenerse en alguno, por supuesto que es en 19 de diciembre de 1971, considerado por muchos el mejor cuento de fútbol del mundo. En él Fontanarrosa despliega toda su magia: su oído para el diálogo, su capacidad de ponerse en la cabeza de cualquier futbolero, su humor capaz de crear situaciones absurdas, y luego darle una resolución que podemos comprender. Un cuento hilarante, terrible, de un humor muy negro y sin embargo entrañable, un cuento que puedes querer, en el marco de la rivalidad futbolística más demente del mundo entero: el clásico Newells-Rosario Central. Punto aparte para Eduardo Sacheri, recopilador, prologuista y comentarista, que escribe una pequeña entrada para cada cuento. Sacheri se comporta como un hincha, selecciona y comenta con amor: queda claro que se divierte un montón en el proceso. Sus comentarios no siempre son profundos, pero siempre son afectuosos y agradecidos con el maestro Fontanarrosa. En cuanto a su selección, yo eché de menos un par de cuentos: Lo que se dice un ídolo, una reflexión sobre lo que es ser un ídolo en el fútbol moderno y Jorge, Daniel y el Gato, un cuentito situado en el fútbol de amigos, de esos que se juntan a pelotear el fin de semana, y cómo el paso del tiempo es indetenible, y termina golpeándolos a todos. Pero, como dice Sacheri, al que le encomendaron la selección es a él, y si no nos gusta, a llorar a la iglesia. Un libro totalmente disfrutable, nos guste el fútbol o no. Una colección de cuentos para disfrutar con la gracia inimitable de Roberto Fontanarrosa, del talento del autor para enganchar una situación y construir un cuento increíble. Un librito para acercarse a la mente de los fanáticos del fútbol, para intentar entender a los loquitos que vemos una pelota y nos nace correr a patearla, y también para descubrir que al final, somos todos parecidos y tenemos el corazón en el mismo sitio, aunque tengamos un tornillo que gira en banda.