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Lo primero que hay que decir de Los lanzallamas es que se trata de la continuación de Los siete locos, novela publicada dos años antes. Por tanto, es más que aconsejable la lectura previa de esta para disfrutar al 100% de aquella.Y lo digo porque en Los lanzallamas, además de continuar con las idas y venidas de Erdosain, el Astrólogo, Barsut o El Hombre que vio a la partera, Arlt nos ofrece datos fundamentales referentes al pasado de algunos de ellos que nos harán comprender mejor su posterior recorrido.En cualquier caso, y más allá de lo anterior, Los lanzallamas profundiza el camino emprendido en Los siete locos. Se trata de una novela de marcado carácter filosófico - existencialista en la que los estados subjetivos de Augusto Remo Erdosain, principal protagonista de la novela, marcan el devenir de la misma. Se trata Erdosain de un personaje a caballo entre la angustia y la humillación, entre el vacío existencial y el deseo de pertenencia y serán estos estados los que le conducirán a un periplo desquiciante y desquiciado en el que se cruzará con cínicos, hipócritas, locos, aventureros, etc. Este recorrido sirve a Arlt para trazar un brutal retrato de la sociedad de su tiempo y de los eternos problemas del hombre, en un momento histórico marcado por la aceleración del ritmo de la Historia.El citado trasfondo filosófico-existencialista da paso a la trama propiamente novelesca, cercana por momentos a la novela distópica y a la novela negra o de misterio, en la que cobran gran importancia elementos tan disímiles como lo folletinesco y lo onírico. Todo esto hace de Los lanzallamas una novela densa y compleja que tiene como puntos fuertes el retrato brutal de las tribulaciones y miedos del hombre corriente y la despiadada crítica a una sociedad hipócrita a más no poder y como punto más flojo algunos pasajes centrados en explicaciones de carácter técnico sobre el funcionamiento de hipotéticas nuevas formas sociales., los cuales rompen, a mi modo de ver, el ritmo de la narración y se hacen algo pesados e innecesarios. Pese a este último apunte, Los lanzallamas es una magnífica novela, plenamente universal y atemporal.

Comentarios de lectores del libro Los lanzallamas