Cinelandia es un lugar fascinante, una ciudad falsa y surreal, con algo de circo universal y negocio del siglo; en ella se gestan y difunden las historias que harán soñar a la media humanidad civilizada. Es la capital del cine, la factorÃa mundial de los sueños, y a ella afluyen, de todos los rincones del planeta, hipnotizados por la fama, bellas de cuento y apuestos galanes; pero también hombres increÃblemente feos, siniestros o con aspecto de malos rabiosos, gordos inverosÃmiles o toreros falsos: el cine está naciendo y es el rostro «quien» transmite la emoción de la historia. Es la Era Dorada del cinematógrafo cuando Ramón desembarca en Hollywood y contempla con fervor inaugural la eclosión de un arte hoy ya centenario.
Cinelandia es la crónica genial y novelada de ese descubrimiento: una visión disparatada, greguerizante, de un mundo fastuoso y exótico, con esa comicidad torrencial que caracteriza su prosa, con esa fantasÃa rara y caprichosa que convierte en tesoro de metáforas todo cuanto toca.