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Naturaleza es la obra en la que Ralph Waldo Emerson nos invita a salir de la cáscara confortable y artificial creada por el hombre para realizar una inmersión total en la creación, participando y entendiendo de una forma filosófica e intuitiva de toda la naturaleza que envuelve a nuestro mundo en todas sus versiones y apariencias.Cuando hablamos de naturaleza en estos términos tenemos en mente un sentido peculiar y extremadamente poético que nos introduce en el trascendentalismo, donde el alma del individuo se identifica con el alma del mundo y con todo lo que este contiene, desde lo mas pequeño hasta lo más grande, hasta componer la grandiosa naturaleza. Esta teoría une lo científico con lo espiritual iniciando y transformando la conciencia, dejando pasar el misticismo, intuición y el romanticismo al tiempo que desaparecen los milagros y las jerarquías. Y es que el milagro está en la esencia de las distintas materias que componen la grandiosa naturaleza, haciendo una inmersión total en ella, observándola y poniéndola en contacto con el creador, con un Dios que se confunde con el espíritu del mundo, con la energía de la naturaleza y las sensaciones que esta transmite, las cuales se transforman en un gozo místico y romántico que construye esta nueva filosofía transformadora de la conciencia humana.El amante de la naturaleza es aquel cuyos sentidos internos y externos siguen plenamente ajustados entre sí, alguien que ha conservado el espíritu infantil incluso una vez alcanzada la madurez.Emerson compone Naturaleza en ocho capítulos: Naturaleza, Bienes, Belleza, Lenguaje, Disciplina, Idealismo, Espíritu y Perspectivas. No son palabras elegidas al azar; todas ellas están intrínsecamente relacionadas con el sentido que daba a su obra y la visión que él tenía de lo que le rodeaba.La belleza tiene sentido si, además de la observación, dejamos entrar a la sensibilidad, la intuición y la sutilidad.Donde el lenguaje es el vehículo de los pensamientos... al interpretarla y definirla en un objeto, lo que era una verdad inconsciente pasa a formar parte de la esfera del conocimiento: una nueva arma de arsenal de poder.Después pasa a decirnos:La naturaleza es una disciplina del entendimiento en las verdades intelectuales. Nuestro trato con los objetos sensibles es un ejercicio constante del indispensable aprendizaje de la diferencia, la similitud, el orden, el ser y el parecer, la progresiva ordenación, del ascenso de lo particular a lo general, de la combinación de diversas fuerzas para lograr un único fin.El idealismo ve el mundo en Dios.El mundo procede del mismo espíritu que el cuerpo del hombre. Es una encarnación más lejana e inferior de Dios, una proyección de Dios en el inconsciente.Y entonces llega a la percepción:Para el naturalista más leído, aquel que preste una absoluta y devota atención a la verdad, comprobará que aún queda mucho por descubrir en su relación con el mundo, y que no cabe esperar descubrirlo mediante ninguna adición, sustracción o cualquier otra comparación de cantidades conocidas, sino que es algo a lo que se llega mediante espontáneas agudezas del espíritu, mediante una continua reivindicación de uno mismo y una humildad absoluta.En el estilo de vida de Henry David Thoreau, amigo y discípulo en su filosofía, encontramos la puesta en práctica y la experimentación de toda esta nueva corriente filosófica, la creencia del individuo en la inmersión y la comunión con la naturaleza, su contemplación gozosa y mística, modelando y trasladándolo todo a su día a día en lugar de quedarse en esas alcobas a las que se refiere Emerson y de las que parece que no salió lo suficiente. Tal y como Thoreau decía de su protector, sería incapaz de manejar la carretilla en el jardín. La cuidada y preciosa edición de Nórdica (con las maravillosas ilustraciones de Eugenia Ábalos salpicándolo todo) está a la altura de la obra de Ralph Waldo Emerson y su particular visión del mundo, donde todo estaba íntimamente relacionado: lo material con lo espiritual, la observación con la intuición, y la sensibilidad, la belleza y el sentido del individuo en el mundo con el Creador. También incluye doce poemas reflexivos y descriptivos (en edición bilingüe inglés-castellano) que cantan y homenajean el sentido de la vida, la materia, el espíritu y la naturaleza. Por todo ello vemos, sentimos e intuimos que estamos, sin duda, ante un gran libro. Enlace: https://inquilinasnetherfiel..

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Acercarse al pensamiento de Emerson con esta edición ilustrada por Eugenia Ábalos y publicada por Nórdica Libros ha sido una experiencia de lectura bastante satisfactoria. Este ensayo nos propone revisar la relación del ser humano con la naturaleza, con su entorno y consigo mismo, desde la filosofía trascendentalista en la que el alma de las personas se identifican con el alma del mundo desde la conciencia y la intuición.La naturaleza aquí se desgrana a través de la idea de los bienes, la belleza, el lenguaje, la disciplina, el idealismo, el espíritu y las perspectivas (que componen los capítulos del libro). Los bienes como todo aquello que los sentidos le deben a la naturaleza. La belleza como el placer que produce la apreciación de las formas naturales. El lenguaje como el uso que la naturaleza pone a servicio del hombre. La naturaleza como disciplina del entendimiento de la verdad. El idealismo como la creencia instintiva en la existencia absoluta de la naturaleza. El espíritu como la proyección (y el origen) de dios y de la naturaleza en el inconsciente. Las perspectivas como el entendimiento que deriva la relación del hombre con la naturaleza y el poder que puede ejercer sobre ella. En el pensamiento de Emerson, el papel del hombre en la naturaleza no es el del protagonista o creador, no está regido por el poder, si no por la consciencia de ser parte como un elemento más, que para que pueda estar en comunión con su entorno, debe abrir su percepción, saber ver, saber escuchar, comunicarse desde la intuición y también desde la humildad. Esta como las demás ideas centrales de esta obra sorprenden por su lucidez y vigencia en estos tiempos, ya que fueron escritas o publicadas en 1836. En estas páginas el arte y la figura del escritor o poeta juegan un papel fundamental para la concepción de la naturaleza y sobre todo para la comunión con esta que se da a través de la intuición y mediante la contemplación. Hecho que vemos reflejado en la segunda parte del libro que incluye una selección de poemas del pensador estadounidense, en inglés y en español, textos que deambulan entre el interior y el paisaje.

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Pues nada, que este me ha venido muy grande, lo reconozco. Si os soy sincera, lo cogí por los dibujitos 😅. El señor Emerson dice cosas muy interesantes y bonitas, pero son tan filosóficas y tan cultas que a mi mente superficial de rubia ha llegado un momento que le ha dado lo mismo lo que leía ...si ya con ver en la sinopsis que usan la palabra incontrovertible me tenía que haber dado una pista...no sé lo que significa 😂 Conclusión, las ilustraciones son maravillosas, pero el texto me ha aburrido una barbaridad.

30 Mari14 marzo 2020Señalar este contenidoVer la página de la crítica En este ensayo, Emerson habla del lenguaje, de lo efímero y cambiante que es el paisaje e incluso de los simbolismos que puede albergar la naturaleza. Sus palabras hacen que los ruidos de la ciudad se apaguen, que dejen de ser un ruido sordo con el que vivimos constantemente, para perdernos en la quietud de la naturaleza. Está escrito con un lenguaje muy poético, algo elevado y, en ocasiones, enrevesado (no olvidemos que se escribió en el siglo XIX). Es un libro para leer detenidamente, prestándole mucha atención a las palabras y a la sensación que estas nos transmite. Sin embargo, no me ha dado la sensación de ser un texto excesivamente académico, por decirlo de alguna forma, sino que el tono me ha parecido muy intimista y contemplativo. Esto, junto con las preciosas ilustraciones de Eugenia, hace que nos sintamos inmersos en el bosque del que nos habla Emerson y nos anima a apreciar no solo la belleza, sino todo lo que la naturaleza puede ofrecernos a través de las estaciones.En cuanto a los poemas, mantienen ese tono intimista y contemplativo, hablando de las flores, los campos y la relación del hombre con su entorno. Vamos, que no se aleja mucho del tema central de su ensayo. Lo que sí os puedo decir es que me han gustado más los poemas que el ensayo. No es por nada, solo que me han conmovido más precisamente por lo bien que transmite esa sensación reverencial hacia la naturaleza.Si os gustan los escritos más filosóficos y la naturaleza, estoy segura de que os gustará este ensayo y recopilación de poemas. Si no, se os puede hacer un poco pesado. Quitando esto, la edición está cuidada hasta el más mínimo detalle, desde la traducción hasta el número de página, pasando por las acuarelas de Eugenia que, sinceramente, me han robado el corazón. Sobre todo, las ilustraciones de los libros y las flores *-* Enlace: https://wanderingbookreader...