No era muy agradable lo que les aguardaba. La noche era especialmente gélida y lo parecÃa más dentro de aquel siniestro convento.
SentÃan hambre y sed, pero no habÃa agua ni comida y el desconcierto más grande se habÃa apoderado de ellos. ParecÃa que la única salida a su situación era que se hiciera de dÃa.
Si era una pesadilla de alguno de ellos y los demás formaban parte de ese sueño como seres de ilusión, desaparecerÃan, pero si era una pesadilla, ¿quién de ellos era el que la sufrÃa? Era todo tan extrañoÂ…