Acaso dos o tres figuras de la literatura guatemalteca alcanzan jerarquÃa dentro de los escritores de América. Las causas, muy diversas, no pueden ser consideradas con brevedad. Pero es evidente que también se debe a que de cada diez escritores nacionales uno a lo sumo es trascendente, pero esta calidad o se pierde por el ejercicio creador no continuado o porque en nuestro paÃs la edición de libros es más difÃcil que construir una casa propia. Rafael Arévalo MartÃnez es uno de esos pocos escritores que han trascendido no sólo más allá de las fronteras del paÃs, sino que su jerarquÃa intelectual se ha impuesto fuera, por sus propios valores.