Joyita de Patrick Modiano
de
Patrick Modiano
- Género:
Drama
Sinopsis
Thérèse es una joven solitaria e infeliz, huérfana, que jamás conoció a su padre. Su madre, una artista fracasada, quiso convertirla en una Shirley Temple y le puso el apelativo de Joyita para una pelÃcula en la que la incluyó como si fuera su osito de peluche. Luego, la abandonó siendo muy pequeña en manos de unas personas de su confianza y, según le explicaron éstas a Thérèse, murió en Marruecos.
El relato arranca quince años más tarde, un dÃa cualquiera de finales de los cincuenta, a la hora punta, en la estación de Châtelet del metro de ParÃs. Thérèse se fija en una mujer mayor vestida con un abrigo amarillo. Tras observarla con detalle y percibiendo en ella un rictus de amargura, se convence de que es su madre, que en teorÃa está muerta. Decide seguirla y descubre dónde vive.
Almas a la intemperie. Historias de desapego afectivo. La indiferencia de unas vidas anónimas y cotidianas.
Modiano es sorprendente. Con apenas un gesto mueve montañas, una frase simple recrea un mundo.
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Narrativa del susurro, del desamparo, de la perseverancia involuntaria de la dignidad. Modiano escribe siempre sobre lo mismo. Cada novela suya es una variante de una gran novela que nunca escribió y que tampoco podrÃa escribir porque no tiene palabras. En este caso, el abandono infantil toma la forma del relato de una niña que nunca dejó de serlo al crecer. Su apodo le viene de un perrito perdido, de un accesorio artÃstico de su madre que fracasó en los escenarios. La persecución de fantasmas de recuerdos por el metro de ParÃs. Los bajos fondos, las identidades oscuras. La niña desamparada que trabaja de niñera. Que el daño durante la infancia genera duplicidad es algo tan literario, como cientÃfico. Modiano está lleno de dobles. Por lo mismo, hay algo extraño en esta narrativa tan sosegada, tan prÃstina, que se asoma al abismo, peligro de Babel. No tanto por ese surrealismo sobrio que alivia la opresión emocional de los personajes, sino justamente por la sobriedad. No se rompe el mundo cuando irrumpe lo extraño. Sigue todo igual. Quizás Modiano escribe desde una forma de melancolÃa personal, muy elaborada, que se ha vuelto funcional. Por algún rebote estético que serÃa interesante estudiar, esa melancolÃa se transforma en ternura. Una dulzura restitutiva. Un consuelo mÃnimo que se amplifica hasta cubrirlo todo. Quizás por eso Modiano sea tan adictivo. La eficacia de los opiáceos no está en el opio, sino en la quÃmica del ser humano.