Sebastián San Vicente estaba de paso por México en 1921, porque por las geografÃas se pasa, no asà por las ideas. Durante tres años robó la nómina de una fábrica, dirigió campesinos que asaltaban haciendas al grito de «¡Viva Lenine, mueran los gachupines!», redimió prostitutas, durmió en un circo, leyó libros prestados sin nunca devolverlos, se hizo amigo de un enano que creÃa en el control de la natalidad, lo deportaron y volvió a entrar clandestino por la selva chiapaneca, se enfrentó a tiros al ejército en las calles de Uruguay, comió tacos, dirigió huelgas, soñó en tono de pesadilla y despertó en una ciudad alucinada en la que era perseguido, predicó la última utopÃa. Luego, se fue. La última novela de Paco Ignacio Taibo II, un reto resuelto de técnica narrativa. Un reto al lector, que una vez que lea la primera lÃnea, no podrá abandonarla.