En el páramo, una geografÃa cerrada, Doña Olga domina su negocio con mano de hierro. Cualquier esparcimiento cabe, cualquier asunto nutre el negocio. En este espacio ocurren todos los sueños, crecen todas las esperanzas, se viven todos los placeres. También todos los desengaños y tristezas del corazón. “El cuerpo translúcido de Doña Celinda fulgÃa en el gabinete con la potencia y la solemnidad de una macarena.
La novela está compuesta de 46 capÃtulos que podrÃan haber sido otras tantas novelas. Los personajes viven acontecimientos esenciales en su vida. Se convierten en misterio revelado. “La última noche, la mano de ella resbaló por su piel, infinita, hasta descansar sobre el pubis. Cuando levantó la mirada para retarme, vio llegar la bala que le partió el corazón. Fue un trabajo fácil”. La novela es una cosmogonÃa del páramo, de un territorio que comprende el mundo entero. Es un ejercicio moral celebrado en un paisaje que cincela por sà mismo los rasgos de los personajes. “Solo yo, que era el más pequeño entre los espectadores, observaba el verdadero milagro del viernes santo: la talla policromada, entre crujidos de maderas, habÃa desarrollado una erección de palmo y medio. Gloria in excelsis deo”.