Dios no está muerto o, si lo estuvo, ahora se encuentra en la plenitud de su renacimiento, tanto en Occidente como en Oriente. De aquà la urgencia, según Onfray, de un nuevo ateÃsmo, argumentado, sólido y militante; que se presente como una postura nueva y positiva respecto a la vida, la historia y el mundo. La ateologÃa debe enunciar una crÃtica robusta contra los tres monoteÃsmos principales, para después presentar un rechazo a la existencia de lo trascendente y promover el interés por «nuestro único bien verdadero: la vida terrena», el bienestar y la emancipación de los cuerpos y las mentes de mujeres y hombres. Algo alcanzable solamente a través de una «descristianización radical de la sociedad». Un libro que, sin duda, provocará discusiones y apasionará a miles de lectores. «Apuesta por una autonomÃa capaz de reÃr con los materialistas, los rebeldes, los voluptuosos, en resumen, los verdaderos filósofos» (Christian Descamps, La Quinzaine littéraire). «Este libro será un bálsamo para quien crea que la religión es una debilidad y que existe una única Trinidad: hombre, materia y razón» (Lire).