En Tres mujeres podemos observar la puesta en escena de estos dos Estados, los tres relatos están precedidos por la figura de una mujer: Grigia (una mujer campesina e infiel), La portuguesa (una enigmática extranjera) y Tonka (una doncella sencilla que despierta una obsesiva pasión). El acontecer de las historias de estas tres mujeres evidencia el carácter cerrado de la realidad al tiempo que manifiesta la manera en que el erotismo la cambia, la hace revelarse en una forma nueva y asombrosa.