La presente obra se centra en la fundamentación racional de una ética positiva de la libertad. Según el autor, la economÃa puede ciertamente contribuir en gran medida a la defensa de la libertad individual, pero no es capaz de implantar por sà sola una auténtica filosofÃa polÃtica. Para emitir juicios polÃticos se requieren juicios de valor, por lo que la filosofÃa polÃtica es necesariamente ética y, por tanto, es preciso implantar un sistema ético positivo para poder defender con sólidos argumentos la causa de la libertad.
La clave de esta teorÃa ética es la clara delimitación de los derechos de propiedad, que el autor realiza en la lÃnea clásica del derecho natural, y concretamente el derecho que la persona tiene a poseerse a sà misma y disponer de su ser y todo aquello en que imprime el sello de su acción. Sobre esta base analiza problemas éticos fundamentales como los derechos de los niños, la genuina teorÃa del contrato como transferencia de tÃtulos de propiedad, las espinosas cuestiones de la aplicación de la ley y el castigo, y muchas otras.