NewarkÂ… ManhattanÂ… BaltimoreÂ… una tras otra fueron cayendo. Una serie de prósperas ciudades se apagan de súbito como llamas vacilantes. Hombres, mujeres, niños quedan dispersos por el suelo a semejanza de grotescos maniquÃes.
Steve Waldron sabÃa que no podÃa ser una plaga. TenÃa que haber alguna conexión con la desaparición de los principales cientÃficos del paÃs. Y entonces penetró hasta el centro de una ciudad muerta y contempló, boquiabierto, la aterradora verdad. ¿Qué podÃa hacer contra aquella fuerza diabólica que habÃa sido capaz de engullir a una nación entera?