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No oigo a los niños jugar de Mónica Rouanet

de Mónica Rouanet - Género: Intriga
libro gratis No oigo a los niños jugar

Sinopsis

Tras un grave accidente de coche, Alma, una joven de 17 años, sufre un shock postraumático y es ingresada en una clínica psiquiátrica ubicada en un antiguo edificio rehabilitado.

Allí convive con otros internos y sus patologías y se cruza con unos niños a los que solo ella puede ver.

Poco a poco, la historia del edificio y sus antiguos ocupantes se enreda con la realidad de Alma y la lleva a desentrañar oscuros secretos encerrados durante años entre las paredes de la enorme casona y en su propia mente


Porque la gente teme la locura. Los locos les damos miedo, somos una amenaza, casi como una agresión constante.Cuando allá por el 2015 leí Donde las calles no tienen nombre, descubrí una autora a la que sin duda no podría dejar de leer. Cuando en el año 2019 llegó a mis manos Despiértame cuando acabe septiembre, tuve claro que no me había equivocado al desear seguir leyendo sus historias. Ese mismo año, después de que la autora nos desvelara el titulo y un pequeño extracto de su nueva novela, tuve claro que Mónica es una autora a la que no le asusta enfrentarse a temas difíciles, que sus tramas son duras y atípicas y que esa nueva historia iba a sorprenderme tanto como lo que había leído hasta entonces. Estamos ante una historia que se mueve entre la fantasía y la realidad, pero sin excesos. Una novela que se adentra en los trastornos mentales a los que nos llevan momentos traumáticos de nuestra existencia. Nos lleva a la historia de Alma, esa casi mujer a la que el sentimiento de culpa le lleva a perder su estabilidad psíquica, una estabilidad que intentan recuperar en una institución que además de intentar devolverles a lo que entendemos por normalidad, guarda un montón de secretos de lo que fue su pasado. Desde dos voces y conjugando distintos momentos temporales, la autora nos lleva a conocer el presente y el pasado de los protagonistas. - El día a día de Alma y sus compañeros en la clínica, sus rutinas, sus trastornos y esa rebelión ante las normas que se encuentra claramente en Lucia, un personaje que a pesar de su rebeldía, su faltas de respeto y su superficialidad, ha conseguido despertar en mi cierta ternura. - El presente y el pasado de esos niños que solo algunos tienen la suerte de ver, y no creo que sea por su locura, sino porque su percepción es mucho mayor que la de el común de los mortales. Y es que desde que leí Los renglones torcidos de Dios me cuesta mucho creer en la locura de las personas, y tiendo mas a pensar en desequilibrios que a veces, como en este caso, no hacen más que ayudarnos a recobrar nuestro equilibrio. Los que más daño te hacen son las personas a las que más quieres, porque ese dolor no tiene cura.La novela está llena de sensibilidad hacia los que son diferentes, hacia aquellos que en general despiertan el desprecio y la burla, pero a los que la autora trata con un respeto infinito, ahondando en sus sentimientos y pensamientos, ahondando en una vida cuya diferencia hace muy distinta a la de nuestro día a día. El auténtico silencio se produce cuando eres incapaz de percibir tu propio ruido. Como cuando nadas bajo el agua.La forma de narrar de Mónica, sencilla, directa, elegante y sin artificios, te va atrapando en la trama sin que puedas remediarlo. A través de capítulos cortos en los que se intercala la visión de Alma y la de uno de aquellos niños invisibles. La novela, o las novelas, porque en realidad la novela podría desdoblarse en dos tramas totalmente independientes, el desarrollo de sus tramas te lleva a avanzar para resolver, no solo las incógnitas que nos plantea el personaje principal y la forma en que se relaciona con sus compañeros, con los profesionales y con la propia institución. Sino también, y en mi caso de una forma mucho más definitiva, el conocer el pasado de esos niños y la razón por la que siguen presentes en un lugar que debían haber abandonado mucho tiempo atrás. Y es que estos niños, han despertado en mí una ternura casi olvidada, una ternura que despertó en mi niñez en el colegio al que al que acudía y en el que existían varias aulas de integración de niños sordomudos con los que, por edad, compartíamos muchas actividades. Los paisajes en los que se desarrolla la novela son limitados, centrados casi exclusivamente en ese edificio, que sin descripciones extensas la autora llena de oscuridad y de misterio, estableciendo una frontera clara entre esa clínica exclusiva llena de luz y ventanas abiertas al jardín y las dos plantas superiores, oscuras, silenciosas, clausuradas? A través de esta novela, Mónica nos traslada a un mundo desconocido haciéndolo reconocible y familiar a través de sus palabras, regalándonos una historia llena de sensibilidad y respeto por los diferentes, trayendo a nuestros días, aunque sea de forma figurada, parte de sus vivencias personales, haciendo, que podamos vivir a través de sus historias las dificultades a las que se enfrentan multitud de niños y adolescentes en nuestros días. Una lectura que recomiendo, una autora a la que, sigo pensando, no se le puede perder la pista y de la que estoy deseando descubrir su próxima historia.Nuestra seguridad, como la del resto de la gente dependía del entorno que nos ofreciera esa sensación de inmunidad que todos buscamos y, para nosotros ese entorno había dejado de ser el mundo habitual.
La llegada de Alma marca el inicio de todo cuanto acontecerá a lo largo de la novela. Tras un horrible accidente que ha cambiado su vida para siempre, la joven de diecisiete años hace frente a una realidad que amenaza con terminar de hundirla. Para salvarla han recomendado su ingreso en la clínica psiquiátrica que será su hogar los próximos meses.Un edificio imponente y unas agradables instalaciones reciben a la joven. El personal se vuelca en que Alma se sienta como en casa y ella, aunque con muchas reservas, comienza a abrirse a los compañeros y a su doctor.Porque la gente teme la locura. Los locos les damos miedo, somos una amenaza, casi como una agresión constante.Mónica Rouanet, No oigo a los niños jugarLos días en el centro se deslizan marcados por la monotonía de las rutinas, las salidas de tono de algunos de los internos y con Alma tratando de avanzar hacia su recuperación. Pero una serie de sucesos protagonizados por unos niños a los que solo ella parece ver, cambiarán el curso de la historia y la joven protagonista de esta historia se desperezará de su letargo con el impulso que le da la empresa de descubrir todos los detalles sobre el pasado del edificio en el que ahora pasa los días. Mónica Rouanet ha tejido una historia en la que la trama principal entrelaza la narración del día a día de Alma, con la voz de uno de esos misteriosos niños que nos abre la puerta a conocer los secretos que se esconden en las habitaciones más oscuras de la clínica, las personas que allí vivían, el origen de la instalación y qué ocurrió con los anteriores residentes. Esta voz se va convirtiendo en más y más adictiva a medida que avanzamos en la novela y se transforma en una especie de cuento que, tras yacer a la sombra del protagonismo de Alma, finalmente se alza acaparando toda la atención del lector, que quiere saber qué ocurre realmente con esos niños. ¿Miedo de qué? ¿De un simple niño? Creo que, en realidad lo que me asustaba era no encontrarlo y que solo estuviera en mi mente, como las voces en la de Mario. Mónica Rouanet, No oigo a los niños jugarNo oigo a los niños jugar es un thriller psicológico absorbente, perturbador hasta el escalofrío y adictivo como pocos. Está escrito con un lenguaje sencillo, directo, que atraviesa cualquier barrera hasta conseguir que la helada mano de Alma te roce cuando menos te lo esperas o que incluso creas, en más de una ocasión, ver de soslayo a uno de esos enigmáticos niños.Recomendada para los amantes del género. Los personajes son sólidos, la trama está cerrada con elegancia y el final me ha parecido muy interesante. Sin duda, es de esos que comentarás una y otra vez con otros lectores de la novela. Mónica Rouanet es una alicantina que, desde hace más de diez años atiende a personas en riesgo y dificultad social. Especializada en Pedagogía, cursó estudios de Psicología y reside en Madrid desde los siete años. Podéis encontrar en Instagram. Enlace: http://lacopela.blogspot.com..
Decir que no he disfrutado del libro sería faltar a la verdad, pero decir que lo he disfrutado también. Y es que No oigo a los niños jugar tenía todos los ingredientes para ser una de mis mejores lecturas de este año: misterio, enfermedades mentales y fantasmas. Pero al final me ha dejado bastante indiferente.Cuando leo un libro que trata temas de enfermedades mentales, espero dos cosas: En primer lugar, que me haga conectar con los personajes y entienda por lo que están pasando; y en segundo lugar, que se dedique parte del libro a hablarnos de estas enfermedades. Pues lamentablemente, no he conectado con los personajes y tampoco he sentido que se trate el tema de las enfermedades mentales en profundidad, todo me ha parecido muy superficial y plano.Como ya he comentado, ningún personaje sufre ninguna evolución a lo largo de la historia. La autora intenta que la protagonista sí evolucione hacia el final del libro, pero el problema que he encontrado es que no vi esa evolución a lo largo de la trama, sino que simplemente al final ya había sufrido un cambio. Esto ha hecho que todos los personajes me dieran bastante igual, lo cual es una pena, ya que había muy, pero que muy buenos personajes a los que sacarle jugo.Me da mucha pena decir estas cosas negativas del libro, porque, como he dicho al principio, no es que no haya disfrutado de la novela (aunque parezca que sí). Mónica Rouanet tiene una pluma muy directa y simple, pero a la vez muy elegante, por lo que el libro se lee prácticamente solo. Además, los capítulos son muy cortitos.La idea general de la historia también me ha gustado muchísimo, pero también he sentido que se ha quedado solo raspando la superficie. Se le podría haber sacado muchísimo más jugo.El misterio no es un misterio como tal. Ni siquiera los dos giros argumentales del final me han sorprendido, creo que son bastante predecibles. Pero como historia, olvidándonos de que hay un misterio, es una idea genial.En serio, no quiero dar la impresión de que no me ha gustado, porque no ha sido así. Simplemente he sentido que me daban a probar una piruleta y luego me la quitaban. Espero seguir leyendo más libros de la autora, porque su narración me ha gustado mucho, y seguramente en otras historias logre conectar más con los personajes.
Hoy sale a la venta la nueva novela de Mónica Rouanet que lleva por título «No oigo a los niños jugar» un título tan sugerente como la historia en sí. Un libro de esos que te atrapan de tal modo que te hacen estar pendiente de sus protagonistas durante la lectura y tras la misma.Alma es una joven que tras tener un accidente de coche junto a su familia sufre un shock postraumático y es ingresada en una clínica psiquiátrica. En este edificio Alma convive con otros jóvenes que sufren diferentes trastornos. Ella es una joven encerrada en sí misma que ha intentado quitarse la vida por lo que su estancia en la clínica se le hace un poco cuesta arriba menos mal que tiene la piscina que le sirve para tener la cabeza en su sitio.No quisiera revelaros nada más de la trama, os aconsejo que os sentéis cómodamente, que cojáis el libro y empecéis con su lectura sin pensar en lo que vais a encontrar en su interior, creo que os meteréis enseguida de lleno en esa clínica y en la vida de sus personajes y que nada de lo que pase a vuestro alrededor será importante.Mónica Rouanet es una autora que profundiza en el ser humano, que busca en su interior para plasmarlo en sus novelas, para crear unos personajes que te llegan, que para nada te dejan indiferentes. Ya me ocurrió con su anterior novela y con esta he sentido algo parecido.«No oigo a los niños jugar» es una novela donde los niños y jóvenes cobran protagonismo, donde la autora se adentra en las mentes enfermas. Estos niños en ocasiones son apartados de la sociedad por el mero hecho de ser distintos, de sufrir un trastorno, por sufrir adicciones u obsesiones. La sociedad prefiere mirar hacia otro lado sin pensar en el daño que les causa, pero lo peor viene cuando son sus propias familias quienes les dan la espalda, quienes deciden apartarlos de su vida porque les molestan.«No oigo a los niños jugar» es un thriller inquietante pero tratado con gran sensibilidad. Nos encontramos con dos hilos temporales que son narrados de forma espectacular, que te crea tensión que te hace estar pendiente de cada detalle y que consigue meterte en su historia con los cinco sentidos.El edificio donde está ubicada la clínica psiquiátrica había sido un antiguo edificio destinado a niños sordos y Mónica ha sabido llevarnos de la mano por cada una de sus estancias, sin hacer descripciones muy detalladas, pero sí las necesarias para que seamos capaces de imaginarnos ese lugar tan inquietante.Respecto a los personajes ya os he dicho que me parece que la autora ha sabido dibujarlos de forma maravillosa, personajes con muchos matices que llegan al lector y que te acompañan más allá del libro. Además de Alma destacaría a Luna, una chica de familia rica, que lleva mucho tiempo en la clínica, una chica caprichosa, que quiere tenerlo todo controlado pero que en el fondo lo que desea es que la quieran, busca amor y comprensión. El resto de los personajes los iremos conociendo poco a poco, unos personajes profundamente perfilados, que me han transmitido mucho, a través de sus silencios, de su rabia, de su rebeldía?todo esto ayudado de una prosa con la que la autora profundiza en cada uno de ellos para mostrarlos sin ningún tipo de adornos ni artificios.En definitiva, «No oigo a los niños jugar» es una novela que recomiendo sin ningún tipo de duda, que sé que todos los que seguís este blog no dudaréis en hacerle un hueco en vuestras lecturas. Mónica ha creado una historia fascinante, intrigante, de ritmo fluido, potenciado por unos personajes potentes y con una alternancia de voces y temporal, pero sobre todo por ese halo de misterio creado desde las primeras páginas de la historia. Yo, de vosotros, no me la perdería.0 Enlace: https://www.librospordoquier..
Debo empezar diciendo que mi amiga Eli me lió para leer esta obra. La verdad es que fue ver la portada y dije no no, pensando que era de terror y nada más lejos de la realidad.En esta novela conoceremos a Alma, es una chica que acaba de sufrir un accidente y la trasladan a una clínica psiquiátrica para recuperarse ya que ha sufrido un shock postraumático. En este centro veremos también a otros pacientes ingresados, cada uno por causas distintas y que iremos conociendo a través de nuestra protagonista. Todos y cada uno de ellos son especiales, algunos les cogerás más cariño que a otros, pero todo tiene su porqué.Además Alma ve a dos niños, dos pequeños, que solo ella puede ver e interactuarLa clínica psiquiátrica era antes una casa para niños sordos. Esta tiene las dos últimas plantas cerradas ya que no tienen tantos pacientes y que guarda secretos que iremos desvelando a medida que vayamos leyendo.Es la primera obra que leo de la autora y me gusta su manera de escribir, clara y concisa y cómo va hilando cabos a medida que va pasando la historia. Con capítulos cortos y contado con distintos narradores hace que vayas devorando la historia sin darte cuenta.Todos los personajes nos enseñarán algo, a no temer a la vida o a la muerte, la necesidad de ser amado, la aceptación, la superación, el valor de la amistad que se forja entre ellos, de la familia...Si sois amantes de los thrillers, de esos en los que surgen preguntas y más preguntas y hasta el final no sabes la respuesta, os lo recomiendo.