Cuando el teléfono del despacho suena, Vero lo coge emocionada pensando que por fin le va a entrar su primer caso de verdad, sin embargo, Isabel, la mujer que hay al otro lado de la lÃnea, quiere contratarla para algo tan rocambolesco como el Caso Alicante.
Desde que resolvieron el asunto de la serpiente, la voz se ha corrido por el pueblo y parece que todos piensan que Vero y Triana son dos heroÃnas que se atreven con cualquier cosa.
Un pozo, un peluche llamado Papaya y un niño repelente que no deja de apuntar a Triana con su metralleta.
Esa combinación terminará con Verónica chapoteando en las aguas oscuras y frÃas de un pozo mientras Triana “averigua” la manera de sacarla de ahÃ.