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El Paraíso de las Damas de Émile Zola

de Émile Zola - Género: Romántico
libro gratis El Paraíso de las Damas

Sinopsis

Desde 1869 sintió Zola la tentación de escribir una novela sobre la influencia de estos nuevos comercios en la clientela femenina de la burguesía y empezó a recoger documentación para ello en 1882. A ese propósito sumó el de dejar constancia de la lucha entre el gran comercio y los pequeños comerciantes, que representaba para él a la sazón el enfrentamiento entre dos conceptos diferentes de la vida. Y quiso también que la novela fuese un canto al progreso y una exposición del papel de la banca en el florecimiento de una nueva economía. Aunque no se trate de una de las obras socialmente reivindicativas del autor, Zola no habría considerado que la novela estaba completa si no hubiera descrito también la penosa vida de los vendedores, sus duras condiciones de trabajo, sus constantes penalidades para conservar el empleo. No es ésta su única denuncia: también alude a «la neurosis de los grandes bazares, fruto de la enorme y brutal tentación y de los apetitos de lujo insatisfechos». Pero, no obstante, el corazón del escritor está en esta ocasión de parte de los hombres como Mouret y del sistema económico que los respalda y que Zola convierte, en este libro, en símbolo del triunfo del progreso sobre la tradición y, en último término, de la vida sobre la muerte. Pues, en efecto, se trata de una novela optimista, de una novela «alegre», de una novela con «final feliz», que se inspiró en un hecho real: el matrimonio de Cognac, fundador de La Samaritaine, con una de sus empleadas, encargada de la sección de lencería. Zola había pasado por una fuerte crisis de pesimismo entre 1880 y 1881 y Au Bonheur des Dames constituyó algo así como una revancha, como un exorcismo, un canto a la vida triunfante encarnada en «la actividad moderna». Dicho con sus propias palabras, deseaba mostrar «la dicha de actuar y el gozo de estar vivo».

La novela se publicó en 1883 y constituye el tomo XI de Les Rougon-Macquart. La presente traducción fue realizada a partir de la edición de Garnier-Flammarion de 1971.


Esta reseña les parecerá absolutamente contradictoria. Lo es. Cuando trato de justificar las cuatro estrellas que le puse y las comparo con la experiencia de lectura debería haber sido menos: hasta más de la mitad del libro no pude sentir nada. Desesperación, tal vez, por la mezquindad de los personajes. Y por supuesto me llevó a preguntarme qué es lo que pretendía Zola contándome la historia de una empleada eficiente y callada de una tienda cuyos otros empleados atormentan apenas cruza la puerta, solapada por larguísimas descripciones de prendas, telas, decorados y encajes. Zola, que pertenecía a esa rama de realistas que trabajaban el determinismo biológico (no me voy a poner a dar clases: piensen en si tus padres son pobres, también serás pobre y tus hijos irán por el mismo camino y ya), no podía prescindir del detalle para mostrar la complejidad de los cambios en París de fin de siglo XIX. Se lo perdona.Denise es una joven que llega a París desde una humilde provincia junto con dos hermanos menores: Jean y Pepé. Son huérfanos y Denise decide ir a la casa de su tío Baudu, que queda justo frente a una tienda llamada El Paraíso de las Damas. La idea es conseguir trabajo para poder costear los gastos y, como era de esperar, consigue un puesto como vendedora en ese gran almacén que deslumbra por fuera, pero que trae serias consecuencias tanto para los competidores, los empleados y los clientes. Su dueño, Octave Mouret, se encarga de anular cualquier atisbo de crecimiento ajeno haciendo que su propia tienda se expanda y aplaste a la rival. Denise y su miseria son sólo una excusa para contar algo. Creo que Zola la usó más como un medio que como una protagonista y encontró el modo de no resignar espacio para su historia. No descuida ni su carácter ni su desarrollo: Denise será muy inocente y estará llena de paciencia ante clientas (todas las que compran son mujeres) insoportables, pero tiene un escudo contra la sociedad que va a tratar de corromperla a cada segundo. Ahí se trazan las diferencias entre personas educadas en las afueras de la ciudad y personas educadas dentro de ella. Por supuesto, las que pierden la estima de Zola son las de la ciudad, poniendo especial acentuación en las mujeres (¿cuándo no??). Y le va a dedicar mucho tiempo a la transformación de Denise en una parisina. Si logra hacerlo o no, no es algo que vaya a contar. Los demás personajes (que son muchísimos), como Mouret, Clara Prunaire, la señora Desforges o Bourdoncle representan distintas facetas de la sociedad que Zola quiere asentar en el libro. Los principales evolucionan, pero hay unos cuantos que se mencionan al pasar o funcionan como un tipo. Está la compradora compulsiva, la empleada de mala vida que critica a las demás, el misógino fiel al jefe, el as del comercio, la amiga incondicional. Son realmente antipáticos, exasperantes y pocos se ganaron mi respeto. Lo importante es que forman grupos que luego convergen en la máquina, término con el que se habla de El Paraíso en unas cuantas ocasiones. Hasta pasada la mitad del libro, como ya dije, no hay nada explosivo. Los capítulos siempre terminan de una forma inesperada, casi teatral, para que uno siga el próximo sin dudarlo. El problema es que se estanca apenas empieza y se vuelve tedioso con las descripciones de las prendas y los objetos que se venden en El Paraíso. Y no lo hace una vez, sino varias. No resulta divertido, pero es interesante ver que en esa época la conexión entre los lugares ya permitía traer materiales extranjeros o simplemente lejanos con naturalidad, además de hacer entregas de compras que la gente encargaba por carta. Asistimos, entonces, a las ventas frenéticas, a las riñas entre empleados, a sus momentos de descanso, a la contabilidad del dinero. Todo está minuciosamente descripto por Zola y su impulso por hacer que los escenarios y las situaciones luzcan reales. Por suerte, llega un momento en que se abandona la urgencia por describir y empieza a prestarles atención a los personajes para resolver medianamente sus vidas? casi al final de la novela. Se nota que, al no querer dejar cabos sueltos, necesitó resolver muchas cuestiones en los últimos capítulos para darle el desenlace que cada uno de ellos merecía. A pesar de mis quejas, el libro se deja leer si uno le tiene paciencia. Cuando la historia se centra en seres humanos y no en telas, no hay nada que reprocharle.
Pensamos que las sociedades de consumo son un invento de hace dos días (como aquel que dice) cuando en realidad podemos encontrar ejemplos de consumismo desaforado anteriores al siglo XX. Un buen libro para darnos cuenta de que esto de las compras a lo loco viene ya de lejos es El Paraíso de las Damas, la novela de Émile Zola publicada por primera vez nada más y nada menos que en 1883. Si quieres saber de qué va esta historia no tienes más que seguir leyendo esta reseña. Una fría mañana, Denise y sus hermanos se presentan ante la puerta de la tienda de su tío, el señor Baudu. Hace un año de la muerte de su padre y la joven pretende aceptar la oferta de trabajo que su tío le hiciera tiempo atrás. Pero su tío ya no puede darle trabajo alguno. Por culpa de El Paraíso de las Damas, la galería comercial de Octave Mouret, todos los pequeños comercios se están yendo a pique, y el suyo de telas y paños no es una excepción. Decidida a conseguir una mejor posición tanto para sus hermanos como para ella, Denise va al día siguiente a pedir trabajo a El Paraíso de las Damas. Una vez conseguido el empleo, la joven tendrá que aprender a lidiar con las compañeras de trabajo, la escasez de dinero, las exigencias de las clientas y las pretensiones del dueño de los grandes almacenes. ¿Caerá finalmente Denise en las redes de Mouret? Denise es una joven trabajadora con dos hermanos a su cargo: Jean, un seductor de dieciséis años siempre metido en líos de faldas; y Pépé, un pequeño de cinco años que necesita urgentemente algo que se parezca a una madre. Aunque la joven viaja a París con la intención de trabajar en la tienda de su tío, pronto se queda fascinada por la grandiosidad y el glamour de El Paraíso de las Damas, la gran galería comercial del barrio en el que sus parientes viven. La imposibilidad de su tío para emplearla como sirvienta es la excusa perfecta para solicitar trabajo en tan atrayente lugar. Una vez dentro de uno de los departamentos comerciales, Denise, sin embargo, descubrirá nuevos problemas a los que hacer frente. Tras unos cuantos años difíciles, la joven acabará aprendiendo a moverse en la jungla de París y en la leonera de la galería comercial mientras va subiendo peldaños social y económicamente. Incluso conseguirá esquivar al más duro de sus pretendientes: Octave Mouret, el dueño del centro comercial. Octave Mouret, por su parte, es un viudo muy ambicioso con ideas innovadoras. El Paraíso de las Damas era tan solo una tienda más cuando lo heredó de su esposa, trágicamente fallecida. Gracias a las inversiones de Mouret, sus revolucionaras estrategias de marketing y sus ideas innovadoras, El Paraíso de las Damas pasa en pocos años en convertirse en la galería comercial más importante del momento. Sin embargo, Mouret no es del todo feliz. Acostumbrado como está a conseguir todo lo que quiere, no puede aceptar que haya una mujer en el mundo que se le resista. ¿Conseguirá finalmente conquistarla o tendrá que conformarse con sus numerosas amantes? El Paraíso de las Damas esconde tras sus páginas, como podéis ver, una intensa historia de amor platónico mantenida a lo largo del tiempo por dos personajes de carácter fuerte y decidido: Denise, esa joven de provincias con grandes aspiraciones en la vida, y Mouret, el rico libertino acostumbrado a conseguir todo lo que quiere. Pero no solo eso. Lo cierto es que esta obra sorprende por muchos motivos. En primero lugar, por el entusiasmo con el que su narrador describe tan ricamente el universo parisino de las tiendas y los centros comerciales. El lector se verá, gracias a él, transportado a este mundo del pasado, casi se sentirá dentro de los departamentos de El Paraíso de las Damas apreciando las exóticas mercancías y compitiendo con las señoras ricas por conseguir las mejores piezas. En segundo lugar, por descubrirnos que la guerra entre los pequeños negocios y los grandes mastodontes de las ventas no es nada nuevo. Tampoco las ganas de comprar que muchos consumidores tenían y tienen. Y, en tercer lugar, por el alegato feminista que supone al presentarnos como protagonista a una mujer de fuertes convicciones que no hace nada que ella no quiera hacer, por muy duras que lleguen a ser sus circunstancias. Una mujer que sabe capear todos los temporales hasta llegar justo hasta donde quiere. Una mujer capaz de imponerse y cambiar las reglas de juego en pleno siglo XIX. El Paraíso de las Damas, en definitiva, es una historia amena y apasionante que nos lleva a conocer de pleno el mundo de los centros comerciales y el comercio, en general, de la mano de personajes fuertes y decididos. Una novela escrita en el siglo XIX cuya trama se nos antoja tremendamente actual y un gran ejemplo de la maravillosa literatura de Émile Zola. Una historia que, sin duda, no deberías dejar escapar. Enlace: https://laorilladelasletras...
Desde que vi la serie Galerías Paradise y me enteré que estaba basada en esta novela, anduve como loca hasta hacerme con ella (super fan de la serie, me encanta). Además, tenía muchas ganas de leer algo de Zola, así que qué mejor que empezar asistiendo a El paraíso de las damas.Estamos en París, Denise queda al cuidado de sus hermanos tras el fallecimiento de sus padres, y entre que uno es demasiado pequeño y el otro demasiado inmaduro, se las ve y se las desea para salir adelante; decide entonces viajar a la capital en busca de su tío, solicitando su ayuda a la desesperada. Sin embargo, el hombre anda de capa caída, pues su negocio va de mal en peor y apenas les da para comer la familia y los empleados? y es que desde que el joven Mouret ha tomado el mando de El paraíso de las damas todos y cada uno de los artesanos y comerciantes van en declive con sus negocios.Es un concepto nuevo de negocio de moda, donde se vende de todo un poco, en su correspondiente departamento, donde a su vez trabajan gran cantidad de mozos y señoritas que se ganan su jornal en base a las comisiones que consigan a final de mes. Cada vez está creciendo más, es innovador, atrevido, cambia la decoración cada poco tiempo, hay una barbaridad de ofertas, productos de todas partes del mundo? un sinfín de lujos al alcance de la mano.Tanto el tío de Denise como el resto de comerciantes de la zona está mosqueadísimos, ya que las galerías suponen una enorme amenaza para sus establecimientos. A su vez, la muchacha queda prendada por completo, pues le parece un sueño.Así, somos partícipes de cómo Denise las pasa canutas trabajado como una condenada para ganar una miseria y pagar una micro-habitación en un barrio decadente; por fin consigue la oportunidad de trabajar en los almacenes que tanto envidia? pero ya sólo el hecho de ser aceptada le cuesta Dios y ayuda, pues las cosas no son tan de color de rosa como ella esperaba. Y eso no ha hecho más que empezar.Me ha encantado. Me quedo completamente enamorada del libro. Eso sí, no tiene acción como tal y sí es cierto que puede entender que no sea del grado de cualquier lector, pues nos ponemos al día sobre encajes de todo tipo, sedas, apliques, hilos, lanas, prendas de ropa? cualquier concepto que se nos ocurra en cuanto a moda se refiere. Aunque por otro lado, no se pierde en descripciones, nos deja lo justo y necesario, haciendo muy visual la escena narrada, sin resultar cargante.Me ha gustado mucho la forma de narrar, de adentrarnos en las galerías y saber los cotilleos entre trabajadores de todos los niveles; somos partícipes de la vida de los curritos de la época, jóvenes que deben salir adelante, pagarse alquileres a la vez que quieren salir por ahí, ir al teatro y demás. Genial el trato a todos y cada uno de los personajes que aparecen en la novela, todos están super bien perfilados y cuidados al dedillo. Por cierto, que Denise no es la protagonista absoluta auque sí tenga importancia en la historia, pues de vez en cuando se pierde en la narración para conocer otras vivencias.Lo dicho, una lectura que he disfrutado un montón y no dudo en recomendar. Estoy deseando volver leer algo del autor. Voy con las adaptaciones: 1930, versión muda homónima dirigida por Julien Duvivier. 1943, también homónima, dirigida por André Cayatte 2012, The Paradise, la serie de la BBC. Enlace: https://locaporincordiar.blo..