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Fugas. Corrupción. Secretos. Mentiras. ¿Soy la única a la que le parece que el tema de las cárceles da mucho juego? Nada mejor para atraparte con una historia que empezarla por el final, cuando el malo ya está entre rejas y la justicia parece haber triunfado. O tal vez no.Porque las cosas no siempre son como nos las pintan y si Audie decidió fugarse un día antes de obtener la libertad, debe haber una razón. Apenas sabemos por qué delito le condenaron, la información nos llega por cuenta gotas y de boca de diferentes personajes, por lo que nunca sabemos a ciencia cierta si estamos recibiendo la verdadera versión de los hechos o seguimos siendo engañados.Junto a la trama principal nos encontramos otras historias paralelas con personajes tan interesantes como el propio protagonista: Moss, que fuera compañero y amigo de Audie en prisión, recibe un chantaje con el que prometen reducir su pena si consigue dar con el paradero del fugitivo. El Sheriff Valdez, quien se encargó de detenerlo hace diez años, teme por su seguridad y la de su familia ahora que Audie vuelve a estar en libertad. No faltarán otros secundarios como Belita, Eddie o Miguel. Y finalmente la que más sarpullidos me causó, la agente especial Desiree Furness a la que voy a conceder el honor de tener un párrafo para ella sola.¿Por qué? Bueno, me gustó que hubiera una mujer con carácter y determinación al frente de la investigación, pero exageraban tanto uno de sus rasgos que en ocasiones rozaba lo caricaturesco. Hablo de su estatura. En cada aparición de Furness es prácticamente imposible que ella o otros personajes no aludan lo bajita que es, cosa que toleraría si tuviera justificación, pero no la tiene: Mide metro cincuenta y ocho. ¿O digo yo a cuántas mujeres conozco con esa estatura o incluso inferior? Lo recalcan demasiado para ser una estatura, a mi parecer, dentro de la media. Aún así se agradece el intento que hace el autor por convertir ésta burla generalizada en algo que Furness usa a su favor para demostrar su validez y ser tomada en serio. Como si ser mujer no fuera suficiente.Pero volviendo a la novela, he de decir que es de esos thrillers en los que siempre pasan cosas y combina elementos previsibles con otros sorprendentes, para que hasta el lector mas crítico se enganche y siga leyendo. Hay constantes saltos en el tiempo donde te explican qué pasó realmente hace diez años y te van dando pistas sobre los verdaderos motivos que mueven a Audie a actuar como lo hace. Pero también le persiguen viejos enemigos. le acecha el peligro, la muerte y los recuerdos de lo que quiera que dejó pendiente. Una carrera contrarreloj en la que nadie es quien dice ser.Si hubo algo que me chirrió, eso sí, es que las descripciones en ocasiones eran demasiado detalladas y esto te saca por completo de la acción, al menos a mi no suelen gustarme y siempre prefiero tirar de imaginación a pasarme media página poniéndome en situación. al menos el lenguaje es sencillo, muy ameno y ágil para su lectura, así que aunque fueran partes que a mi me sobran tampoco se hacen demasiado pesadas.La crítica lo compara con Prison Break por su temática, y aunque yo suelo hacer oídos sordos para empezar las lecturas sin sentirme condicionada o generarme expectativas, la verdad es que sí llegué a ver las similitudes. Y no por ello las compararía, aunque creo que los fans de la serie disfrutarían mucho de esta novela. Ese ha sido mi caso.La novela ha recibido el premio CWA Gold Dagger a la mejor novela criminal del año y los libros de Michael Robotham han sido publicados en más de cincuenta países, así que algo tiene que tener. Si éste es tu género yo no dejaría pasar la oportunidad de conocerlo y descubrir un nuevo estilo de intriga policial.