A juicio del famoso novelista William Somerset Maughan el único fenómeno literario del siglo XX que recordará la posteridad es el extraordinario éxito del género policÃaco durante su transcurso. Éxito que, en algunos casos, ha sido merecido, porque hay un rango de novela policÃaca que suma cualidades nobles a las propias de su clase: elegancia de estilo, originalidad en el tema, humor, penetración, vigoren la pintura del personaje. «EN LA MAÑANA DE UN LUNES» con cuyo argumento ha hecho una pelÃcula la Metro-Goldwyn-Mayer, pertenece a tal rango. Su autor cautiva con las aventuras de los protagonistas en medio de intrigas, secuestros, espionajes y un asesinato y nos deleita con la descripción de un muchacho y su preceptor, dos tipos magnÃficos que en todo momento subyugan. Ejemplo de la admirable maestrÃa con que durante toda la novela combina Michael Innes la emoción con el arte es el capÃtulo XV, en el que el preceptor recorre de noche un fantasmal castillo irlandés donde operan dos bandas de secuestradores. El inefable personaje encara filosóficamente las difÃciles situaciones en que se encuentra dominando el pánico a fuerza de cabeza, a lo largo de algunas de las páginas más divertidas que se han escrito en obras de esta clase.
El tÃtulo español «EN LA MAÑANA DE UN LUNES» recoge simplemente las palabras iniciales del relato.