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Los trenes del azúcar de Mayelen Fouler

de Mayelen Fouler - Género: Ficcion
libro gratis Los trenes del azúcar

Sinopsis

Amor y pasión bajo la sombra de un secreto del pasado.
Plantación El Guaurabo. Cuba, 1895. Willhelm Baßler, hacendado de origen alemán, es dueño de la plantación de caña de azúcar El Guaurabo, con más de 2.500 esclavos. Diez años después de la muerte de su padre, Willhelm conoce el secreto de su pasado y decide llevar a cabo la última voluntad de su progenitor.
La joven Lisel Sagnier disfruta de una acomodada vida en Londres. Apenas recuerda nada de su pasado en Barcelona, donde reside su familia, ya que su educación y costumbres la han convertido en una exquisita y exigente dama inglesa. Sin embargo, un telegrama cambiará su vida. Su padre, ocultándole que está prácticamente arruinado, le pide que vuelva a Barcelona.
Las circunstancias harán que Lisel deba cambiar sus elegantes vestidos, sus idílicas estancias en la campiña inglesa y sus aspiraciones de formar parte de la más alta aristocracia del imperio británico por el áspero paisaje de un campo de caña de azúcar y la ruda compañía de Willhelm, un hombre acostumbrado a ganarse la vida a base de esfuerzo.
Una historia en la que el amor, los celos y las ansias de libertad harán que una extensa galería de personajes entrecrucen sus vidas en un momento histórico para la isla, que lucha por lograr su independencia de la metrópoli. Una trama que nos mostrará la vida de la plantación y de los esclavos de la época.


Willhelm Baßler es el dueño de la plantación El Guaurabo, una plantación de caña de azúcar situada en Cuba, y de más de 2500 esclavos. Su abuelo y su padre también fueron dueños de esa hacienda que vió nacer y crecer a Willhelm hasta que éste salió de Cuba para completar sus estudios. Tras la muerte de su padre, Willhelm descubre el secreto que tan celosamente su padre le ocultaba y decide cumplir su última voluntad. Willhelm también asume su función como nuevo dueño de la plantación realizando a su vez algunos cambios importantes en la hacienda como la liberación de todos los esclavos entre otros. Lisel Sagnier es una joven a la que su padre envía a Londres para que sea educada conforme a la exigente sociedad londinense. Allí Lisel vive una acomodada vida a la espera de ser presentada en sociedad, sin embargo, ella siente la necesidad de saber qué va a suceder en su futuro y va a consultar a una adivina que le augura un reciente viaje y muchas más sorpresas que Lisel no es capaz de comprender en ese momento. Poco después de este acontecimiento, Lisel recibe un telegrama de su padre donde le pide que regrese a Barcelona, cuál será su sorpresa cuando al regresar se dé cuenta de que su padre está arruinado y vive con su tía Cati.Los caminos de Lisel y Willhelm acaban coincidiendo, viéndose forzada Lisel a aceptar la propuesta de matrimonio de Willhelm para salvar la reputación y economía familiar y a mudarse a Cuba, a la plantación de El Guaurabo, para convertirse en la Reina del Azúcar. Su relación no comienza nada bien, ella es una refinada señorita que soñaba con un matrimonio que le facilitase el pertenecer a la aristocracia británica, sin embargo, su matrimonio se convierte en su peor pesadilla al darse cuenta de lo rudo que puede llegar a ser su marido y las costumbres tan diferentes que tienen en Cuba. Por si todo esto no fuese poco, terceras personas harán su aparición en el matrimonio de Lisel y Willhelm provocando celos y desconfianza.Willhelm es un hombre trabajador, de carácter fuerte, acostumbrado a ganarse todo lo que tiene con su esfuerzo, noble, algo rudo y poco caballeroso. Los estudios que completó fuera de Cuba le han capacitado para tener ideas totalmente innovadoras y peculiares para la época como la abolición de la esclavitud o las mejoras que realiza para llevar a su máximo esplendor su hacienda. al principio le mueve la venganza, pero a lo largo de la historia irá cambiando su discurso y conoceremos a un Willhelm totalmente diferente.Lisel es una jovencita caprichosa, egoísta, fría y bastante superficial. No he logrado empatizar con ella hasta el final de la lectura y, aun así, me ha costado mucho. Su manera de actuar, la distancia que toma en todo momento y la manera que tiene de juzgar a los demás ha hecho que su evolución como personaje sea un poco abrupta hacia el final de la historia.Los personajes secundarios como Cati, María Antonia, Gerard y el capataz han ofrecido en muchas ocasiones un punto de humor a lo largo de la historia. El padre de Lisel, Sagnier, es un hombre que, desde un primer momento, provoca escalofríos consiguiendo jugar un papel clave en toda la historia.Es una novela con mucha información histórica, el proceso de documentación llevado a cabo por la autora ha sido realmente impresionante. La autora sitúa la historia en 1895, en lugares tan diferentes como Londres, Barcelona o Cuba.Al estar dividida en capítulos cortos se hace más amena la lectura resultando un poco densa en algunos momentos debido a la necesidad de explicar determinados hechos históricos, aun así el ritmo es ágil y la pluma de Mayelen es intensa, atrevida y que te engancha desde el primer momento.Los trenes del azúcar es una lectura perfecta y muy recomendable si te gusta la narrativa histórica. Está muy bien documentada, es precisa, interesante y la autora consigue combinar amor, intriga y pasión en un perfecto equilibrio.
Lo que me llamó de la historia era la ambientación en una hacienda en Cuba a inicios de la Guerra de la independencia cubana. Sin embargo, la primera mitad transcurre en Barcelona y la otra mitad ya sí lo hace en Cuba. Por otro lado, la narración está plagada de saltos en el tiempo si bien esto no me molestó. Sin embargo, mi problema con la historia ha sido otro. Para empezar mi gran problema ha sido Lisel. La autora recrea de manera íncreíble las costumbres de la época y hace a Lisel el prototipo de mujer de entonces. Una mujer florero, únicamente preocupada por el aspecto, por lo que le han enseñado que son las buenas costumbres y con la única meta de casarse bien para poder seguir haciendo exactamente eso, lucirse. Así que Willhelm está muy lejos de ser el hombre que quiere pero es el hombre con el que acaba muy a su pesar. Y bien que hace notar ese disgusto a su marido y a cualquiera que le quiera escuchar.Por otro lado, no se entiende ese amor que dice sentir Willhelm por Lisel. Deseo, sí. Querer tener de su brazo a la idea de lo que se consideraba la perfección en la mujer, tal vez. Amor, no. No se puede amar a una persona de la que no se sabe nada y que únicamente te trata con la punta del pie y te hace desplantes aun cuando te esfuerzas por darle lo mejor de lo mejor. Tampoco ayudó la bipolaridad que sufre Lisel al llegar a un punto de la historia donde pasa de detestar a su marido a lanzarse a sus brazos sin que el lector pueda entender por qué.Además, el desenlace se siente apresurado aunque para entonces estaba más preocupada por terminar el libro que por otra cosa así que tampoco me importó. Aún así la pluma de la autora no es mala y estoy más que dispuesta a darle otra oportunidad.