Fallon elevó sus ojos de su móvil y comprobó que su objetivo estaba todavÃa en su lugar. Imposible dejar de ver al maromo vestido de impecable traje y gabardina de lana fina con el gesto más hosco. Era buen mozo, sin dudas. Todos esos pijos O´Malley lo eran, pero esteÂ… HabÃa algo difÃcil de descifrar en el rostro compuesto y ojos tormentosos de Brian O´Malley. El eslabón débil de la cadena, asà lo habÃa establecido la vigilancia que los suyos hacÃan sobre la familia. Los demás estaban casados y protegidos en sus mega mansiones o pent-houses de lujo. Con guardias constantes y sistemas de vigilancia anti-hackeo. Lo habÃan intentado, vaya que sÃ, pero los sistemas que protegÃan sus cuentas bancarias, empresas y casas eran infranqueables. Como si tuviesen en su nómina a los mejores hackers. Tal vez era asÃ, Fallon no lo sabÃa. El aviso de abordar a primera clase se escuchó, y el pijo se dirigió a paso vivo a la puerta mencionada, pasando apenas a cinco metros. Era alto y musculoso, elegante. No se podÃa ignorar lo obvio, no importaba el furor y los deseos de venganza que recorrÃan a Fallon y su familia. Era una cuenta muy vieja la que venÃan a cobrar, y tal vez no lo harÃan con el responsable primero, peroÂ… DarÃan sufrimiento por sufrimiento. Endureció sus facciones y tomó sus pertenencias para dirigirse al avión que la esperaba. No irÃa en primera, pero eso no importaba. EstarÃa a metros de O´Malley y separada apenas por una cortina. Al llegar a DublÃn, los suyos se encargarÃan de la extracción, y ella comandarÃa la misión que, por fin, harÃa justicia por su abuelo.