pequeñas mujeres rojas de Marta Sanz
de
Marta Sanz
- Género:
Policial
Sinopsis
Paula Quiñones llega a Azafrán para localizar fosas de la guerra civil. Mantendrá correspondencia con Luz (suegra de Zarco, el detective tan poco convencional que conocemos de Black, black, black y de Un buen detective no se casa jamás, cuarentón y gay, exmarido de Paula a la que contará sus amores con David Beato), descubrirá sus temores respecto a la existencia de un delator y relatará las leyendas familiares.
Al mismo tiempo, AnalÃa, madre de David, cuida amorosamente de Jesús Beato, dulce patriarca que acaba de cumplir un siglo, y atiende a los mensajes que este le sopla al oÃdoÂ… Pronto, una atmósfera gelatinosa y endogámica amenaza con aplastar a Paula: el wéstern expresionista se enturbia hasta llegar al extremo de un terror habitado por animales que podrÃan hablar, pero permanecen mudos; una niña que quiso ser cantante y peona caminera; y una legión de fantasmagóricos niños perdidos y mujeres muertasÂ…
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¿Sabes eso de que acabas un libro justo antes de dormir y cuando te despiertas por la mañana el primer pensamiento es para ese libro? ¿Cuando a lo largo de esa mañana, esa tarde, los dÃas siguientes, sus personajes y la trama, sus palabras dichas y las intuidas, se te cuelan en la cabeza en cuanto encuentran la ocasión estés haciendo lo que estés haciendo? Eso es Pequeñas mujeres rojas.Acabé el libro entre emocionada y conmocionada, pensando que querÃa hablar de él, recomendarlo a todo el mundo, imprimir fragmentos (capÃtulos enteros) y mandarlos cual paquetes bomba a muchas, muchas casas para demostrarles lo estúpidos que son. Que, decÃa, querÃa escribir una reseña capaz de convencer de la grandiosidad de esta novela aún sabiendo que me iba a costar la misma vida conseguir escribirla.
Sigo en la misma situación, pero un lo recomiendo mucho, un tenéis que leerlo no le harÃa justicia a esta gran obra revolucionaria y abofeteadora. Solo serÃa justo si consiguiera noquearos con mi recomendación como me ha noqueado a mà Marta Sanz.Paula, la guapa Paula, la guapa coja Paula llega a Azafrán en el verano de 2012 para buscar fosas de la guerra civil española y desenterrar los cuerpos que desde ellas exigen justicia, memoria y dignidad. Paula escribe cartas en primera persona a su amiga Luz, y Luz nos habla (¿a nosotras?) también en primera persona de esas cartas y los sucesos acaecidos en Azafrán. Esos muertos, esos rojos asesinados también tienen voz en esta historia. Nos hablan desde la oscuridad de sus fosas, desde sus recuerdos y también desde este presente del que son conscientes, desde su frustración y dolor por ver a sus asesinos y delatores volver a salir de las cavernas proclamándose (de nuevo) salvadores de la patria. OÃmos sus voces desde su hambre y sed, no de venganza, sino de reparación y justicia. Escuchamos sus lamentos clamando por ser recordados, rescatados y llorados, porque un pueblo con dignidad ha de saber dónde están todos y cada uno de sus muertos y, una vez localizados, seguir hablando de ellos como la única manera de que no vuelva a repetirse. Memoria para no volver a donde nunca debimos estar. Marta Sanz compone una sinfonÃa con muchas voces que al final son solo una, nos habla de un pasado que amenaza con ser presente. Compone una novela negra-histórica-polÃtica donde la ficción bien podrÃa ser realidad y la realidad supera a la ficción.
Utiliza un lenguaje riquÃsimo, muy elaborado, poético en gran parte del texto. Esta manera de escribir invita a la lectura lenta y atenta y quizá no haga de este libro una lectura fácil. También hay ironÃa, sarcasmo y hasta pequeños puntos de humor colocados estratégicamente para quitar la presión que en muchos momentos vamos a sentir durante la lectura o para hacernos conscientes de la auténtica sinrazón de lo narrado. La alternancia de las diferentes voces marcadas por los capÃtulos me ha parecido fabulosa, porque nos sitúa exactamente en el lado desde el que observar la historia y las lÃneas temporales.
No puedo si no alabar la valentÃa de Marta a la hora de llamar a las cosas por su nombre y quedarse tan a gusto porque, aunque el libro está lleno de metáforas y lecturas entre lÃneas, el mensaje está claro: existÃs, sois muchos, casi pareciera que cada vez más, pero nosotras, las pequeñas mujeres rojas, los niños perdidos y las mujeres muertas, somos más y más fuertes y no vais a poder callar el pasado ni el presente, y ni mucho menos destrozar nuestro futuro.Que nadie se pierda esta novela que, como dice la sinopsis de la editorial, sin ser una novela negra al uso es más negra que el betún.
Paula Quiñones llega a Azafrán para localizar fosas de la Guerra Civil. Nada más poner su pie cojo en el pueblo siente que el cielo se encapsula sobre ella y una goma invisible tira de su cuerpo para alejarla de su destino: el hotel de los Beato, ubicado junto a un cartel en el que se lee «Azufrón». Resulta que es la tercera parte de una trilogÃa (detective Zarco) pero funciona perfectamente como novela independiente. Supongo que como siempre si lees los anteriores mejor, en este caso quizá ayude a conocer más a algunos personajes, pero no es algo esencial.Esperaba encontrarme una novela de corte más polÃtico y en realidad es una novela negra (muy muy negra, negrÃsima) a ratos muy dura de leer, especialmente en su recta final, que sin duda los aficionados al género pueden disfrutar. Además tiene un toque diferente ya que baila entre varios géneros y no es novela negra al uso.Va cambiando los narradores, la voz principal es la de Luz, que nos va contando las andanzas de Paula y a veces se dirige a ella y otras al lector. Está parte es la de estilo más directo, narrando hechos y describiendo personas, lugares y situaciones. Va intercalando con cartas de Paula dirigidas a Luz, en los que el libro coge un tono mucho más Ãntimo e introspectivo y es cuando más vemos que se aleja de la novela negra.También tenemos de vez en cuando unas partes a leer despacio como indican sus tÃtulos en los que la autora divaga más y vuelve a alejarse de ese ritmo de thriller que decide no adoptar, ni falta que le hace.¿Recomendable? Mucho, especialmente por cómo está escrito, de hecho volveré a Marta Sanz en otra ocasión. Eso sÃ, en algunos momentos no es apto para todos los estómagos (yo he tenido que cerrar el libro en algún momento).
Historia de huesos, de olores, de múltiples voces acaso ecos acaso murmullos convivientes en fosas de dolor y olvido. Una verdadera arquitectura del recuerdo construida por una autora a la que no le flaquean las palabras, tan contundentes a veces que mandan callar a nuestra propia voz lectora, que intenta en vano confrontarse al terrible hecho de que hay seres humanos que no han podido escapar de los estratos del odio y la intolerancia.Pese a que es el cierre de una trilogÃa de la que desconocÃa sus antecedentes, los personajes se definen perfectamente, nada te falta por saber, la historia se despliega como un mapa histórico sobre las fatales consecuencias pasadas y actuales que trajo consigo la Guerra Civil. En esta historia los muertos no han desaparecido, siguen hablándonos, son un personaje más.Queda hasta pueril aseverar que es una lectura llena de matices, pero lo es. Y también lo es asumir que con cada página que dejaba atrás me apenaba y abrumaba al mismo tiempo despedirme de su lenguaje depurado, irónico. La genialidad puesta al servicio del disfrute y del ahogamiento.Pueblo-cementerio.
Pequeñas vÃctimas.
Mujeres escarbando en la violencia.
Rojas vergüenzas.
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