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Los nombres propios de Marta Jiménez Serrano

de Marta Jiménez Serrano - Género: Realista
libro gratis Los nombres propios

Sinopsis

¿Quién es Belaundia Fu? Es la mejor amiga de Marta a los siete años: la amiga invisible que, en esos momentos en que las cosas no salen como había planeado y ni siquiera la abuela es capaz de consolarla, se sienta con ella y espera hasta que se le pase. Belaundia Fu es la voz sensata, ideal e infalible que, cuando Marta tiene dieciséis años y pese a que prefiera no escucharlas, le dice las verdades a la cara: por ejemplo, que ese chico, Charlie, no le conviene. Pero cuando Marta ya ha cumplido veintidós, cuando ya se ha licenciado, cuando está empezando a tomar las decisiones que van a marcar el resto de su vida, ¿qué hace aún ahí Belaundia Fu? Ahí sigue porque es quien, desde siempre, le narra a Marta su propia historia. ¿Quién es Belaundia Fu?, nos preguntamos; y, sin embargo, la pregunta que verdaderamente importa es: ¿quién es Marta? Luminosa y emocionante, Los nombres propios es una indagación sobre la identidad y la relación que establecemos con el mundo que nos rodea. Dominada por una voz narrativa de una madurez excepcional, la primera novela de Marta Jiménez Serrano reflexiona acerca de cómo llegamos a convertirnos en quienes somos, sobre el hecho mismo de crecer y la manera en que lo hacemos: aprendiendo a nombrar aquello que nos importa.


He terminado este libro llorando como una magdalena. Porque este libro es el retrato de una generación, la mía, y también es un viaje desde la infancia hasta la edad adulta. Pero, por encima de todo, este libro es una carta de amor a una abuela. Anuncia. La abuela que te pregunta sin querer modificar la respuesta. La abuela que te deja ser. La abuela que te cuida. La abuela, que se sabe pocas palabras, pero se las sabe con todo el cuerpo. La abuela que te quiere, que te apoya, que te admira crecer a tu manera, sin querer que seas otra cosa más que lo que eres. Y mientras tú, Marta, la protagonista de esta historia, que crees saber todas las palabras pero sólo conoces su estructura, su sonido. Crees saber todas las palabras, pero aún tienes que aprender a nombrar las cosas. Tienes que aprender que las cosas tienen los nombres que les son propios y tú, a veces, tardas en descubrirlos. Las palabras no sólo hay que memorizarlas, sino también conocerlas, vivirlas, usarlas, digerirlas, pasarlas por la garganta, pero también por el estómago. Entenderlas desde lo más profundo. Amor, enfermedad, traición, vida. Palabras que tendrás que entender con todo el cuerpo, como tu abuela. Y tú, Marta, que a la vez eres muchas Martas, necesitas una voz de la conciencia que te avise cuando unas Martas no están dejando hablar a las otras. Una voz que te guíe y te ayude a crecer, a ir pasando por todas las experiencias vitales que tendrás que pasar, como todas. El amor, el dolor  al asco, la ira. Los saltos, los vuelos, las caídas. Cada sitio que veo es un sitio desde el que me he caído. Y mientras, Belaundia Fu, la amiga imaginaria que mantiene a raya a todas las Martas, te observa y te aconseja para que esas caídas duelan menos, o para que, al menos, aprendas algo de ellas. Al leerte, Marta, he pensado mucho en La flor, de Mary Karr. El uso de la segunda persona es poderoso. Mary Karr también se revolvió cuando la obligaron a taparse el pecho por primera. El paso de la infancia a la adolescencia es duro, empiezan a pasar cosas que te marcan de manera diferente si eres una chica. Además, tu historia también me ha recordado la mía en algunos aspectos. En otros difiere totalmente, pero qué interesante verse reflejada en una vida que es tan diferente a la tuya, pero a la vez tan parecida. Me ha encantado conocerte, Marta. Y me ha encantado conocer a Simba, al niño, a Dani, Eli , Martin, y, sobre todo, a Belaundia Fu, y a tu abuela. Me he quedado con una sensación de ternura infinita después de leerte. La vida es larga. Hay que vivirla, al menos como si fuera larga. Solo hay un modo, ya lo sé, de calcular la magnitud del salto.Nunca has medido ni más ni menos que tú misma
Los nombres propios nos adentra en un viaje de crecimiento, autoconocimiento y formación de identidad, en una obra de autoficción, donde la autora, Marta, se inspira en sus vivencias para crear una historia en tres actos: infancia, adolescencia y puertas de la treintena.    Contada desde el original punto de vista de una narradora omnisciente, Belaundia Fu, la amiga invisible de la Marta niña, y que termina por ser algo así como su conciencia, un desdoblamiento de la propia protagonista. Esto dice mucho de lo que vamos a encontrarnos: una obra sobre Marta, que son muchas Martas, narrada por (otra) Marta dentro de un libro escrito por Marta. Su familia, sus amigos, y cualquier persona, no parecen ser más que meros satélites (habitualmente molestos) de la propia Marta. Esto ha hecho que no consiguiera conectar a nivel emocional? me agobiaba un relato que destilaba algo de egocentrismo y a ratos, soberbia. Puede que se trate de una crítica / observación de la autora de cómo somos los que hemos nacido en esta época, o? cómo sentimos que somos el centro del mundo en ciertas edades? O puede que yo no haya entendido nada?   A pesar de esto, he disfrutado otros aspectos, como ver reflejados ciertos recuerdos de la infancia como la magia de las noches de reyes o los veranos infinitos. Para mi, el personaje de la abuela es el salvavidas de la obra (Quiero ser lo que mi abuela fue para mi).   El estilo me ha gustado bastante, muy sensorial, basado en frases muy cortas, que lo hacen muy ágil de leer. No obstante, a veces se hace algo repetitivo cuando las mismas oraciones surgen una y otra vez. Sin duda, tiene una intención narrativa o estética, pero se me hizo algo pesado.   Este libro gusta tanto porque narra vivencias comunes a casi todo el mundo a lo largo de su crecimiento, experiencias casi universales, con un estilo muy fácil de leer y una trama que no requiere una gran concentración, sino más bien, dejarse llevar y sentir mucho. Una lástima no haber conectado con él.
Este libro es muchas cosas. Es la infancia en los noventa, los días de vacaciones de verano elásticos e infinitos, la abuela y también la madre (que podrían ser la tuya o la mía, como seres mitológicos que todos compartimos e idealizamos), el primer amor, los amigos, la adolescencia, las mil versiones de una misma intentando hacerse hueco a la vez en el mundo, intentando entender qué es el mundo, qué es una misma, cómo se elige y cómo se sigue un camino si no se pueden seguir todos. «Quién eres, si no eres las Martas que eras, si eres Martas que no sabías que existían».Pero, sobre todo, es ese aprender a nombrar, a hacer propias las palabras comunes y sabérselas de verdad, no de oídas. Es aprender las palabras grandes, que abarcan tanto y podrían ser siempre algo difusas hasta que llega un día en que algo hace click y pasas a entenderlas de verdad, ahora sí.«Te sabes muchas palabras, te las sabes todas. Pero tienes algo una polilla atorado en la garganta que impide la deglución. La abuela podando los rosales, la abuela limpiando la piscina. Hijo. Muerte. Huérfana. Humor. Posguerra. Marido. Soledad. Pan. Amor. La abuela se sabe pocas palabras, pero se las sabe con todo el cuerpo».Este libro es de lo más bonito y certero que he leído, es el libro que (en un mundo ficticio e ideal) me habría encantando escribir a mí. Es tierno pero real y otra vez tierno pero directo y sí, dulce, pero contando verdad. Mención especial a la voz narrativa. Suelo sentir las historias narradas en segunda persona del singular como un poco impersonales y frías, pero ese prejuicio mío aquí queda totalmente desmontado.
Preciosa novela que narra el paso de la infancia a la adolescencia y de la adolescencia a la juventud de la protagonista. Nos cuenta sus vivencias, pero sobre todo, sus sentimientos, emociones, actos y pensamientos. También nos cuenta cómo son sus relaciones: sus padres, su abuela, sus hermanos, sus amigos y sus parejas. La novela está narrada por la amiga imaginaria de la protagonista, un punto fuerte del libro y muy original. Es muy fácil sentirte identificado con las vivencias de la protagonista, con sus reacciones ante lo que le ocurre, tanto con lo que siente como con su forma de actuar. Libro emotivo que te hace sentir y ponerte en la piel de la protagonista en todo momento. Libro que habla de la identidad, de quienes somos en cada momento, de que no somos siempre los mismos, de que somos muchas cosas a la vez y de cómo las distintas facetas de nuestra personalidad luchan por salir ante aquello que estamos viviendo. Lectura muy agradable y 100% recomendable.

00 MrWonderBook10 agosto 2021Señalar este contenidoVer la página de la crítica Ha sido toda una experiencia esta lectura por haberme hecho recorrer por momentos mi propia infancia y adolescencia, cosa que les pasará a multitud de lectores de la generación de los 80-90 tras leer este libro.Cuanto todo el mundo recomienda por las redes sociales un libro es casi obligatorio al menos echarle un ojo, y tras hacerme con él, me uno a las buenas críticas que ha conseguido Marta Jiménez. Nada más empezar sus primeras páginas ya sabía que me iba a encantar el resto de novela. Añado a esto, la fabulosa portada de la collagista Lara Lars.A través de cuatro largos capítulos conocemos a Marta, alter ego de la propia autora, donde recorre su infancia, adolescencia y comienzo de su vida adulta.El primer capítulo está narrado en segunda persona por Belaundia Fu, amiga imaginaria que vive dentro de la cabeza de la pequeña Marta y la acompaña y le da consejos a través de su mente. Los principales personajes de la novela son los más cercanos a la vida del día a día de la joven, tal como su abuela, principal referente que tiene en su niñez. Una mujer que la entiende y comprende y a la que la autora, hace un bonito homenaje.En esta novela no te encontrarás nada más extraordinario que el recorrido y experiencia de una vida que podría ser la de cualquiera de nosotros. Recorremos la infancia de una niña a lo largo de las vacaciones de verano junto a su abuela, a la que es capaz de contar sus secretos, o el día a día con sus fieles amigos. Según avanza la obra, damos paso a la adolescencia y las infinitas dudas que se le presentan, como la elección de estudiar ciencias o letras, o el descubrimiento del amor, así como todas las primeras veces, errores y descubrimiento en general de la vida. Los altibajos de una vida a través de una montaña rusa de emociones e inseguridades que todos hemos vivido alguna vez.En resumen, una novela con una prosa sencilla que te engancha y hace que te emociones. Tras sus primeras páginas no pude separarme para conocer más sobre la vida de Marta, recorriendo la que podría ser tu propia vida. Un homenaje a lo cotidiano que te recomiendo descubrir. Enlace: https://www.mrwonderbook.com..
Descubrí a esta autora con ‘No todo el mundo’, el libro que más he disfrutado en este 2023. Y, por supuesto, busqué sus anteriores trabajos, y me animé con esta, su primera novela, que le confirma como una escritora que me llega, me conmueve y me divierte. Tanto en aquella colección de relatos como en esta historia larga, quedan de manifiesto las dotes filólogas de quien escribe, y también un estilo narrativo muy bien estructurado, con afición por repetir expresiones y situaciones con logradas variaciones de contexto y significado. Me parece brillante, y la disfruto mucho. Seguiré atentamente su carrera.

Autor del comentario: NLOPETEGI
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