Enfrentarme a esta reseña ha sido el reto más complicado de los últimos meses, y no porque la novela no me haya gustado, o porque lo haya hecho a medias, ni tan si quiera porque lo haya muchÃsimo, si no porque considero que vale la pena acercarse a ella sabiendo lo mÃnimo, pero al mismo tiempo el lector no ha de ser incauto si quiere disfrutar de ella al máximo. Por eso voy a romper un poco los moldes a los que os tengo acostumbrados y voy a dirigirme a ese futuro lector y a darle una serie de pautas y consejos para disfrutar de esta pequeña joya.Querido futuro lector:Te encuentras ante una recreación al siglo actual de una novela de Shakespeare, quizás la menos conocida, a lo mejor te pasa como a mà que ni siquiera habÃa oÃdo hablar de ella, pues ahà va mi primera recomendación, antes de adentrarte en esta magnifica adaptación, acercate al original, pierde unas horas en leer La tempestad del autor inglés, seguro que de mitad para adelante agradeces este consejo.Y lo digo por experiencia propia, desde hace un tiempo a esta parte mi tiempo escasea y a pesar de que recibà esta recomendación en el grupo #SoyYincanera decidà no prestarle ninguna atención, simplemente no tenÃa ese tiempo, el resultado es que la primera mitad de la historia se lee muy bien, pero a partir de que la autora entra de lleno en la adaptación te pierdes, comienzas a no disfrutar de la lectura. Asà que me encomendé a San Google para reunir toda la información posible sobre el original y ello me dio una noción para seguir leyendo de otra forma y sobre todo para que mi cabeza no explotara de tanto pensar.La Semilla de la Bruja trata un tema tan ancestral como la humanidad, la traición y la venganza, y lo hace de una forma mágica, a través de un personaje que no sabes muy bien si es el más cuerdo de los locos, o el mas demente entre los cuerdos. Félix es una persona incauta, que metida de lleno en su actividad creativa no se da cuenta de que delegando los asuntos más mundanos en su ayudante está cavando su propia tumba. Las luces del teatro lo ciegan, la burocracia le aburre, y no ve ningún problema en que Tony haga esos pequeños trabajos que a él tanto le incomodan.¿Quién no ha pecado alguna vez de ingenuo? ¿Quién no ha delegado demasiado o ha enseñado a alguien que a la postre se ha quedado con su puesto? de la noche a la mañana desaparecen de la vida de Félix, el teatro, las luces, las actrices y actores, las bambalinas y su medio de subsistencia, todo de la mano de quien le realizaba esas pequeñas tareas que a él le aburrÃan. Eso se llama deslealtad y sobre todo TRAICIÓN.Y nuestro Félix se retira del mundo, se aleja de los flashes, de lo que le puede hacer daño, y busca una nueva ocupación, menos prosaica sÃ, pero que le de para subsistir, porque se siente muerto, pero le alimenta el ansia de VENGANZA, y sabe que pronto o tarde se le presentará la ocasión.Y aquà llega mi segundo consejo: Abordad la segunda mitad de la novela con mente abierta, porque aquà es donde comienzan los paralelismos con la novela de Shakespeare La Tempestad, precisamente la última obra que estaba preparando Félix cuando perdió su trabajo y tiene un motivo para recrearla, ha llegado el momento de su venganza, la toca con la punta de los dedos.Llegado a este punto mi cabeza ha echado humo, me he hecho un montón de preguntas que se contestaban por si solas conforme avanzaba la lectura, de ahà la mente abierta, pero también reflexiva porque muchas de las conclusiones las vas a tener que sacar tú. Y ahà radica para mi el atractivo de esta novela, no se puede leer en el transporte público, ni en la consulta el médico, ni en el parque, necesita una lectura atenta y relajada, un prestar atención a aquellas cosas que te llaman la atención, a esos personajes que aparecen y desaparecen sin ninguna razón y que sin embargo encuentran su explicación en la misma historia, o en la que se intenta recrear, los paralelismos son necesarios.Y comienzo a abordar el principal atractivo para mi, lo que más me ha llamado la atención que no es otra cosa que el nuevo trabajo de Félix, reconvertido en el señor Duke, y que no es otro que la clase de alfabetización del Correccional Fletcher. ¿Cómo se os queda el cuerpo? Pues no sabéis aún lo mejor, para lograrlo recurre a Shakespeare, ahora sà que cerrad la boca, porque a mi me costó mi tiempo digerir esa pequeña locura, que al final fue una gran genialidad porque su método de trabajo es impresionante.En un correccional encontramos gente de todas las calañas, al menos en este, asisten a clase los presos de peligrosidad baja o media, nunca los del modulo de gran peligrosidad, aún asà la mayorÃa no son hermanitas de la caridad. Félix les propone una obra del autor inglés, la analizan para la que la comprendan, la reescriben para adaptarla, se eligen a los personajes, se graba en vÃdeo y la ve toda la comunidad, presos, guardianes, y los ejecutivos.Confieso que he disfrutado como una enana con esos cursos, porque antes de que llegue la venganza se han representado ya unas cuantas obras, y se han sucedido unos cuantos cursos, y el personal de la cárcel y los presos esperan con ansÃas el nuevo curso, uno que para Félix será especial porque tendrán un público de excepción, varias autoridades polÃticas, las que labraron su desgracia y ahora les podrá devolver el golpe o eso piensa.De ahà que la obra elegida para el curso en cuestión sea poco atractiva tanto para los presos como para el personal de la prisión y ahà radica su reto, en hacérsela atractiva, y que ellos sin saberlo colaboren en el acto que está dando sentido a su vida.No quiero contaros más, necesito que seáis vosotros los que os adentréis en la historia, los que participéis de esa demencia cuerda de Félix, los que le otorguéis el beneficio de la duda, aunque en ocasiones resulta muy complicado, los que disfrutéis de la puesta en escena de una genial Venganza que necesita de la colaboración de muchas personas, y ahà radica la magistralidad de esta novela, de ser capaz de recrear y adaptar al siglo XXI una obra del s. XVII.Pero la VENGANZA no es lo único que vamos a encontrar en La semilla de la bruja, porque es una novela de segundas oportunidades, la que encuentra Félix, pero también la que les está concediendo a sus alumnos del correccional, la que le concede a aquella obra fallida que nunca vio la luz, la que le concede a sus enemigos, aunque parezca que no sea asÃ.Y también es una novela sobre las relaciones familiares porque en La tempestad son importantes, pero en esta obra no lo son al uso, y es donde más quebraderos de cabeza me he llevado yo, pero eso lo hablaremos cuando hayáis leÃdo la novela, me gustarÃa poder debatirlo contigo, con cualquier futuro lector, asà que te brindo para ello mis redes sociales y este blog.Y si hablamos del final tenemos que tener en cuenta que se adapta una obra de Shakespeare y que por lo tanto también vais a tener que ser vosotros los que tengáis que pensarlo, porque es abierto, como lo eran en las obras del inglés, de ahà que cuando acabe el curso Félix les tenga preparada una última actividad y ahà podemos ver los diferentes finales que le otorgan los equipos de trabajo.Por último por si no ha quedado claro a lo largo de esta carta ha resultado una lectura muy edificante, con la que he disfrutado, reflexionado e incluso me he ofuscado, porque buscaba explicación para todo lo que sucedÃa, solo no he encontrado respuesta a una pregunta, y se que no me la va a dar la autora, pero porqué La Semilla de la Bruja. Por más vueltas que le doy no encuentro una una explicación que me deje satisfecha ¿la tienes tú? si es asà compártela por favor.Un último punto, esta historia tiene muchos golpes de humor algunos vienen dados por situaciones que provocan los presos, otras por los requisitos que impone Félix a sus clases, otras por la obra, porque hay una mujer, hadas... y es un correccional de hombres, tortas para no representar el papel del hada las hay, y Félix tiene que solucionar el tema. Déjate seducir por la trama, por la historia actual y por la antigua y vuelve para contármelo.
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La semilla de la bruja, Margaret Atwood
Buenas tardes.Hoy os traigo un libro que me ha provocado sensaciones encontradas, se trata de la semilla de la bruja, la autora es de sobra conocida, Margaret Atwood, la canadiense nominada al Premio Nobel de Literatura. El libro está editado en tapa blanda por Lumen y tiene 329 páginas.Lo primero que tengo que decir es que La semilla de la bruja forma parte de un ambicioso proyecto que se propone recrear las obras de Shakespeare. En este proyecto participan autores mundialmente reconocidos como Jo NesbØ o la propia Atwood, en pleno auge por su novela El cuento de la criada, aunque el libro haga ya la friolera de treinta y tres años que fue escrito. IronÃas del destino, o de los hados. (Perdón, que me disperso). Como iba diciendo, Margaret Atwood escogió recrear La tempestad, y aquà ha venido mi primer problema. Tengo que reconocer (oh Dios mio, que vergüenza, soy carne de horca) que no he leÃdo La tempestad original. Si, la de Shakespeare. Lo sé, lo sé, no tengo perdón. (Asà me cubra de pústulas un viento del sudeste). Esto, que podrÃa no tener mayor importancia, de hecho, no la tiene al principio, puede llegar a pesar bastante en el desenlace de la trama. Luego os explicaré la causa.Como en La tempestad original, La semilla de la bruja es la historia de una venganza. Esta venganza vendrá de parte de Félix, un enajenado del teatro, que lleva a sus espaldas el peso y la dirección del Festival de Teatro de Makeshiweg. Después de una temporada de capa caÃda, tras el fallecimiento de su esposa y posteriormente de su hijta de tres años, piensa volver por todo lo alto con un montaje muy personal de la tempestad, de William Shakespeare. Su sorpresa es mayúscula cuando al ir a acceder al recinto donde se celebra el festival, el personal de seguridad le prohÃbe el acceso. Y su segundo al mando, su ayudante, su mano derecha... le usurpa la dirección del festival tras maniobras con la junta directiva a sus espaldas.A Félix, nuestro genio del teatro no le queda otra opción que hacer mutis por el foro. Decide desaparecer del mundanal ruido y perderse en una cabaña en medio de la nada, con la única compañÃa de Miranda. En esta cabaña Félix irá siguiendo poco a poco los pasos de su antiguo segundo al mando, ahora resplandeciente director del festival de teatro, y más adelante refulgente ministro de cultura. Como Félix necesita ganarse la vida de alguna manera, encuentra trabajo en el centro correccional de Fletcher. Allà su labor será la de poner en marcha un seminario de teatro para ayudar a la formación y reinserción de los reclusos. Su propuesta será, como no, llevar a cabo su montaje de la tempestad, que inesperadamente será un éxito entre los internos. Su forma de trabajar es innovadora, todos están contentos con él. Y tras años de larga espera, y como todo llega, y la venganza es un plato que se sirve frÃo, Félix tendrá la ocasión de vengarse.
Y como dirÃa Mayra, hasta aquà puedo leer. El argumento lo dejo aquÃ. Paso ahora a comentaros mi opinión.El libro parte de un planteamiento muy original, más si cabe, teniendo en cuenta que es una nueva versión de un clásico. Todos podemos empatizar con Félix y sentir como nuestra la afrenta de un arribista y un trepa. E iremos asistiendo al principio con cautela, luego con incredulidad y finalmente con auténtico gozo al seminario de Félix en el correccional. Donde disfrutaremos casi tanto como los propios reclusos. La lectura es ágil y rápida, aunque a veces la cantidad de presos que participan sea excesiva y cueste aclararse con los nombres. Tiene partes muy ingeniosas y divertidas como la parte de las palabrotas (ojalá se os lleve una pestilencia). Y veremos el plan de venganza desgranarse poco a poco, hasta que llegue el momento de llevarse a cabo. Hasta aquà ni un pero, o muy pocos.El problema personal, y digo personal, porque como he aclarado anteriormente yo no he leÃdo la tempestad original, viene en el desenlace de la obra, que supongo tendrá que mantener ciertos paralelismos con la obra que versiona, pero que en este libro no me ha terminado de convencer. Desde mi humilde punto de vista como lector, no me resulta creÃble. Y algún hecho puntual me ha resultado francamente desconcertante. Eso sÃ, seguramente si hubiera leÃdo La tempestad mi opinión serÃa diferente, pero los hechos son los que son. Aparte de este pestilente problema, he disfrutado de la mayor parte del libro. Tengo como tarea pendiente la lectura del clásico de Shakespeare cuando tenga tiempo. Y si mi opinión cambia, lo comentaré tal y como corresponde. Por el momento me despido y os dejo con la semilla de la bruja.LA SEMILLA DE LA BRUJA. SIETE Y MEDIO.PD: que el diablo se lleve vuestros dedos, manchas de escorbuto.
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Gracias a El cuento de la criada, leer Margaret Atwood en una portada se ha convertido para mi alma lectora en un gran reclamo. Por eso, cuando lo vi en la sección de novedades de la biblioteca saliendo de ella, decidà que se venÃa conmigo sin siquiera mirar de qué iba al libro (porque iba con prisas, que conste). Unas horas más tarde, ya en casa, me leà el resumen de la contraportada y me pareció muy curioso. ¿Shakespeare, en un correccional? ¿Deseos de venganza? Pinta bien la cosa? al comenzar a leerlo, no sé por qué, me di cuenta de que me estaba perdiendo algo. Fue entonces cuando investigué un poco, y descubrà que esta obra se incluye dentro del proyecto The Hogarth Shakespeare, en el que se ha pedido a varios autores que reinventen alguna obra de Shakespeare. Dentro de este proyecto, Atwood ha dedicado su obra a La tempestad con una maestrÃa sorprendente. Y es que los paralelismos son tantos, que tuve que hacer un parón y leerme La tempestad original, porque intuÃa que al no saber mucho de esta obra, no estaba disfrutando la novela como debÃa. Y no me equivocaba. La semilla de la bruja es una obra dentro de una obra. La tempestad de Shakespeare, dentro de la tempestad que está viviendo su protagonista.Y es que al igual que Próspero, Felix, director teatral desterrado, ha vivido doce años aislado del resto del mundo, salvo por el trabajo de profesor en un centro penitenciario, esperando a que llegue su momento de vengarse. Y cuando este llega, decide llevarlo a cabo mediante la obra que más ha marcado su vida: La tempestad. De este modo, nos encontramos por un lado con la historia pasada de Felix, el presente en el momento de preparar la obra y con la actuación final en la que la lleva a cabo con la ayuda de sus propios espÃritus/duendes. Todo ello narrado desde la perspectiva del propio Felix, lo que nos permite asomarnos a la mente de un pobre hombre caÃdo en desgracia y su posterior locura-decadencia, no exenta, sin embargo, de una capacidad de análisis y de manipulación de aquellos que lo rodean bastante asombrosa. Por otra parte, nos muestra el funcionamiento de una clase de teatro muy original en un correccional, los entresijos de la obra original y una adaptación-performance impresionante. Cabe destacar, a su vez, la maestrÃa que tiene Atwood al jugar no sólo entrelazando tres historias a partir de una (La tempestad de Shakespeare, la que interpretan los presos y la que el propio Felix vive), sino al jugar con el lenguaje. Y es que Atwood se atreve a ir más allá de la historia original de varios modos. ¿Cómo? En primer lugar, con propuestas de nuevas escenas que hacen algunos de los presos, y que ya al leerlas en su traducción al castellano sonaban puramente musicales, como si fueran un rap. En segundo, al dedicar la última parte de la historia al trabajo final que realizan los presos: describir cómo serÃa la vida de sus personajes en la obra después de ésta, ofreciéndonos asà una visión caleidoscópica y compleja de los personajes principales. Lo cierto es que no sé qué más decir. Salvo que empecé a leerla por pura curiosidad, y me ha encantado. de hecho, va a estar sin lugar a dudas entre mis mejores lecturas de este año. Y por cierto, si queréis leerla sin tener que echar mano de la tempestad antes, no os preocupéis, que al final del libro hay un resumen breve pero muy completo ;) Lo mejor: Las constantes referencias a la tempestad. El tres tempestades por el precio de una. Una adaptación original y perfecta. Lo peor: No se me ocurre nada. DeberÃas leerlo si te gustan las obras de Shakespeare. O si te gustan las historias de intriga y personajes un tanto perturbados.
El proyecto The Hogart Shakespeare pretende reescribir algunas de las grandes obras de Shakespeare con motivo de su 400º aniversario, convirtiéndolas en algo más contemporáneo y adaptado a nuestros tiempos. En España ya se han publicado tres tÃtulos: Corazón de Vinagre, donde Anne Tyler reescribe La fierecilla salvaje, El hueco del tiempo, donde Jeanette Winterson revisa Cuento de Invierno, y éste La semilla de la bruja donde la aclamada Margaret Atwood nos presenta su propia versión de La tempestad.Félix ha perdido a su mujer y su hija, de apenas tres años. Éste acontecimiento le consume tanto que marca un antes y un después en su carrera como director de teatro, tanto que su socio se aprovecha de su situación para conseguir que lo despidan de la compañÃa.
Completamente arruinado y sin un lugar al que acudir, Félix decide empezar de cero, cambia su nombre por el seudónimo de Sr Duke y comienza a trabajar en una prisión donde también se encargará de representar obras de teatro con los presidiarios menos peligrosos.
¿La obra elegida? La misma que preparaba antes de que toda esta tormenta, metafórica o no, se desencadenara.Porque Félix se ha enterado de que Tony, su socio, que ahora planea dar el salto al gobierno y se va a presentar en las próximas elecciones, acudirá de público a la representación. Pero no sólo él. Irán todos los causantes de su despido. Y ante tal situación, en su cerebro se empieza a fraguar la perfecta venganza. ¿No es La tempestad, al fin y al cabo, la historia de un terrible ajuste de cuentas?Lo maravilloso de éste proyecto, y de ésta novela en concreto, es que te sumerge en las obras de Shakespeare desde cero. Tanto si estás familiarizado con La tempestad como si nunca has oÃdo hablar de ella, Atwood te la plantea de manera simple y detallada para que comprendas su trama como si tú fueras a ser uno de los actores que deben representarla. Exprime las emociones de cada personaje, su pasado, su futuro, y los deja en manos de los tÃteres de su propia novela. Félix y los presidiarios contarán con la inestimable ayuda de Anne-Marie, la misma actriz que iba a interpretar el personaje de Miranda cuando Félix fue expulsado de su compañÃa. La chica, tras algunas dudas más que razonables, accede a ayudarlos con su representación y también en la conspiración que el anciano director está fraguando en secreto.Miranda. Las similitudes entre ambas obras empiezan en ella, y es que ese era precisamente el nombre de la hija de Félix. Aún siente la presencia de su fantasma, que ha ido creciendo con los años y convive en su misma casa. Puede oÃrla hablar. Su dolido y solitario corazón cree que es real. Tan real como Ariel, uno de los más famosos personajes de la Tempestad, quien en realidad no es más que la convocación de los deseos de Próspero, su protagonista. Y Próspero es precisamente el papel que Félix va a interpretar en su propia representación, una historia demasiado real y más macabra de lo que algunos esperan ver.Por supuesto, el proyecto no acaba aquÃ. Aún faltan por salir a la luz las adaptaciones de grandes autores como Jo Nesbo (Macbeth), Tracy Chevalier (Otelo) o Gillian Flynn (Hamlet). Con semejantes nombres es indudable que nos espera una colección de obras indispensables en toda librerÃa. La semilla de la bruja no es una excepción.
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Esta es la respuesta de una de las novelistas más destacadas de la literatura actual, al proyecto Hogarth Shakespeare (promovido por la editorial Hogarth Press, fundada en 1917 en el salón de la casa de Virginia Woolf) que consiste en reescribir las obras de Shakespeare para los lectores del siglo XXI. Porque La semilla de la bruja es exactamente eso, una revisión de la tempestad de Shakespeare. La semilla de la bruja es un divertimento muy ameno y reflexivo porque Margaret Atwood logra, de forma magistral, que el lector que no conoce la obra original no se pierda. A través del personaje de Felix Phillips, identificado emocionalmente con el personaje de Próspero en La tempestad, obra que convierte en su obsesión, asistimos una vez más a un juego ejemplar de ficciones e ilusiones, asà como a nuevas lecturas e interpretaciones, adaptadas a los tiempos de hoy. En La semilla de la bruja reencontramos pues los temas de la tempestad, como son la traición, la venganza, el perdón y la redención y se añaden los temas de la muerte y el duelo. de ese modo, los reclusos del correccional Fletcher, como en una nueva isla asolada por una tempestad, serán dirigidos por el director de artes escénicas Felix Phillips, caÃdo en desgracia tras una traición y reconvertido en el profesor Duke, para culminar una venganza que desemboca en lo que algunos interpretan como una reivindicación naif propia de la literatura juvenil, como si la literatura en general no pudiera abordar los mismos temas del perdón, la redención, las segundas oportunidades y reivindicarlos más allá de lo naif? Porque en el fondo, no deja de ser todo una percepción más subjetiva que objetiva y una excusa para superar las arcaicas lecturas coloniales y patriarcales de la tempestad, centradas en los personajes de Calibán y Miranda. Y es que en la novela de Atwood, Calibán, la auténtica semilla de la bruja, es más que un desdoblamiento del personaje de Felix Phillips, como lo es el mismo Ariel. Si Calibán es más que el lado oscuro, Ariel/Miranda es más que el lado luminoso de Felix Phillips. En la sÃntesis de los dos encontramos la paradoja. Porque la vida está llena de contradicciones, como nuestros propios interiores. Y Miranda, la hija sumisa, se ha convertido en una compleja dicotomÃa del mismo Phillips. Por un lado, en un sentimiento de culpa y fragilidad y por otro lado, en una sensación de gran fortaleza y luminosidad a la que necesita dar rienda suelta, libertad. Y la Miranda interpretada en el correccional por la contundente Anne-Marie, es algo más que un personaje secundario, más que dispuesto a reivindicar su valÃa y sus propias contradicciones?
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Sorprendente y divertido, La semilla de la bruja es una novela curiosa que nos enseña el poder que la literatura puede tener en los seres humanos, de una manera amena y muy entretenida. Es, por tanto, un libro muy adictivo que terminas casi sin darte cuenta pero que disfrutas en todo momento.La autora de este ingenioso libro es Margaret Atwood, célebre por haber escrito “El cuento de la criada”. Atwood me parece una escritora magnÃfica, con un estilo dinámico y muy depurado que consigue gracias a una prosa ágil, bien desarrollada y unas descripciones correctas y escuetas en su mayorÃa. Tengo que hacer una mención especial del lenguaje. Si bien es cierto que en su mayorÃa es pragmático, está salpicado con impresionantes aderezos lÃricos y con la divertidÃsima adaptación al idioma actual de los insultos que aparecen en la obra original, La tempestad, de William Shakespeare.Pero el gran acierto de esta obra son sus personajes. En especial, su protagonista, Felix Phillips, carismático, creativo y cautivador, es un personaje entrañable, lleno de recursos y tan sólidamente construido que resulta muy verosÃmil logrando que empatices muy rápido con él.Aunque muy bien elaborada, la trama que nos narra La semilla de la bruja es de una simpleza apabullante. Y es que, en esencia, esta es la historia de una impresionante venganza usando el teatro Shakesperiano como telón de fondo. Asà que nuestro protagonista, Felix Phillips, pasa de ser un famoso director teatral a un don nadie gracias a la traición de su equipo y el consejo directivo. Inmerso, además, en una serie de pérdidas personales, Felix acaba resurgiendo de sus cenizas con un solo propósito: vengarse de todos aquellos que le perjudicaron. Aunque aquà surge el problema ya que no sabe cómo llevar a cabo sus planes. Mientras tanto, Felix cambia de identidad y empieza a trabajar como profesor de teatro en un centro para reclusos. Como el Sr. Duke, Felix conseguirá no solo su anhelada venganza, sino también ayudar a los presos y demostrarnos el poder purificador que la literatura puede tener en nuestras vidas. Asà que asistimos a una maravillosa obra de teatro, similar a la Tempestad de Shakespeare, y que termina de la misma manera que la obra del Bardo. Y, por una vez, dejé mi cinismo en un cajón, y disfruté del happy ending de manual, sin complicaciones.En resumen, La semilla de la bruja es una obra que demuestra la maestrÃa de su autora, entretenida, innovadora y con un plan de acción original. Merece la pena leerla aunque sea como mero entretenimiento para comprender por qué las buenas obras pueden ayudarnos a marcar nuestro camino en la vida.
Autor del comentario: REAH_29
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