El culto de la brujerÃa en Europa occidental (The Witch-cult in Western Europe) plantea una hipótesis que, si bien ya era popular en el siglo XIX, revolucionó a la antropologÃa y la visión que ésta tenÃa sobre el tema de la brujerÃa. Margaret Murray sostiene que la brujerÃa -especialmente en la Edad Media- es el residuo de un antiquÃsimo culto, anterior a la entrada violenta del cristianismo, bajo el concepto de Cultos Diánicos, Dianismo -rama de la brujerÃa con un fuerte sentido feminista-, o Religión de Diana. Este culto serÃa la esencia de lo que entendemos como BrujerÃa, y su espÃritu está vinculado a la naturaleza y la relación del ser humano con ella.
Esta teorÃa ha sido muy discutida y, en muchos sentidos, refutada duramente. No obstante, gran parte de sus razonamientos son aceptados: El cristianismo llega a Europa y comienza a convertir a las clases altas, mientras el pueblo continúa con sus viejos cultos. La Iglesia absorbe muchas fiestas, tradiciones, deidades, y leyendas populares, trasladándolas a santos y mártires, muchos de los cuales, ni siquiera intentan disimular su origen. Pero existe un margen de sabidurÃa popular, de creencias espirituales y folklóricas, que la Iglesia no logra fusionar con su visión del mundo. Estos aspectos rebeldes son lo que conocemos como BrujerÃa. El resto es conocido. Todo lo que involucre a estas tradiciones y creencias será minuciosamente asociado al mal, conducido por la figura de Satán.