No habÃa escrito mi diario de la rabia y de la pena que tengo. Resulta que mi papá y mi mamá se fueron a Estados Unidos y a mà me dejaron con la tÃa Rosarito en el campo. Asà es que ahora soy “Casi” huérfano".
Una vez más Papelucho escribe su diario para consolar la soledad y abandono que siente. Marcela Paz, esta vez relata cómo Papelucho se involucra en tratar de hacer felices a los trabajadores del campo y sus familias, buscando el ganar plata y asà comprarles casas y regalos de Navidad.